Tormenta de sombras [ LIBRO 1 ]

⛈️Capítulo 32: No perdamos el tiempo

Entramos a la habitación, enciendo la luz y Max cierra la puerta, se apoya en la pared y me observa, le sonrío mientras voy al closet por una toalla, por su parte él sigue en la misma posición, lo observo, no se que le pasa.

—Me iré a duchar — asiente y dejo la puerta abierta para que pita no ladre, ella se apoya en la entrada y se acuesta para esperarme.

Me quito la ropa,  me meto y comienzo a mojar mi cabello, intento relajarme pero tengo muchas cosas en que pensar, evito todo lo negativo o lo que me genere estrés, he tenido muchas emociones últimamente y por eso mi ansiedad a aumentado, respira Emma respira, trato de auto calmarme, pediré una hora con la psicóloga, siento a pita ladrar, pego un grito y un salto, estas jodida Emma.

—¿Estás bien?

—Sí, pita me asusto muchísimo.

Salgo de la ducha, me envuelvo en la toalla y me dirijo a la habitación, Max está con su computador, me sigue con la mirada, pero no dice nada, definitivamente está molesto... siento que se mete a la ducha mientras estoy en el vestidor, busco un pijama, nose porque no lo hice cuando busque la toalla, encuentro unos que compre en Paris son muy sensuales, elijo uno rojo, tiene copa con encaje, unos tirantes que van desde el centro de mis pechos hasta los tirantes que sostienen mis pechos, se apega al cuerpo hasta la cintura y luego tiene una delicada tela semi transparente que cae libremente, cubre hasta la mitad de mi cola, me seco el cabello y me dirijo a la cocina por un té, siento a Max salir del baño y termino de preparar mi té de canela, me acomodo el cabello hacia la derecha y voy a mi habitación con toda la seguridad que puedo tener, veamos si me sigue ignorando. Entro y Max ya está dentro de la cama con el computador en sus piernas, no me mira, así que me dirijo al closet, para nada, simplemente para poder volver a pasar y que me vea, estoy loca, no puedo evitar reírme de mi misma, escucho cerrar la pantalla de su computador, y me muerdo el labio, ahora si... salgo del vestidor, me río y niego con la cabeza, ya madura.

—¿Por qué te ríes? — pregunta, mientras me mira realmente embobado y no hay bolsillos para controlarse, vuelvo a reír.

—Por nada, estoy loca — sonríe y por un segundo se cruza de brazos y lleva una de sus manos a su mentón.

—Sé lo que tratas de hacer — dice intentando sonar serio y molesto.

—¿Qué se supone que trato de hacer? —  sonríe

—No cerraste la puerta — observo la puerta y es verdad, me dirijo a ella, la cierro y miro a Max, levanta las mantas que cubrían sus piernas y da pequeños golpecitos para que me siente encima, sonrío.

Me mira fijamente y se lame los labios, enserio amo que haga eso, llego a su lado y coloco una pierna a cada lado y me siento sobre su ropa interior, cierra los ojos, pone sus manos en mis caderas, el contacto de sus manos con mi piel hace que hormiguee, muevo suavemente mi pelvis y Max presiona sus manos en mis cadera, nos miramos siempre a los ojos, llevo mis manos a su pecho y lo toco hasta alcanzar su cuello mis brazos lo rodean y continuo realizando mi movimiento mientras siento su erección, ambos abrimos un poco la boca, nuestros cuerpos son como imanes, de pronto suena su teléfono, pero lo ignora, este vuelve sonar una y otra vez.

—Quizá sea importante — digo y Max me besa.

—Dame un minuto.

Toma su celular y en la pantalla dice Serena, pongo los ojos en blanco y me levanto, no estoy molesta ni celosa, pero que incomodo que llame de esa forma, Max me mira mientras me quito de encima y me siento a su lado, me meto bajo las mantas y le doy la espalda, sé que me está mirando, aun no contesta y su teléfono sigue sonando, enserio es molesto, puedo entender que se la cogiera en el pasado, está bien ya pasó, pero que aún siga llamándolo y así, eso afecta nuestro presente, su celular deja de sonar y cierro los ojos, al fin, pero no... vuelve a sonar y enserio me molesto es demasiado, me levanto y salgo de la habitación