⚡Max Ricci: ¿Final o Comienzo?

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Ya ni siquiera salgo con Lina, odio ir a bares y que las chicas quieran acercarse, sin mencionar que no dejan de insistir, se me hacen ridículas, solo quiero a una y ella en primer lugar me odia y en segundo esta a miles de kilómetros. 

Cada día me quedo hasta más tarde en la oficina, siempre encuentro que hacer o que mejorar, reviso millones de veces los informes, incluso logre una expansión, MAEX RIC jamás había estado tan bien, en lo más alto y volviéndose la mejor empresa minera de todas.

Hoy me siento bastante ¿solo?, lo acepto ya no soy el mismo y necesito hablar con alguien que no quiera presionarme con volver a ser el idiota que era antes, así que llamo a Eric, sé que es el único que podría entenderme...

Miren quien se digna a llamar — dice en cuanto contesta.

Estoy bajo mucha presión — comento.

Lo sé, por eso no te he llamado, creo que necesitas tiempo...

Gracias, eres el único que no me hace sentir peor — se ríe.

—¿Quieres venir a casa en la noche?

, ¿A Paulette no le molesta?

No, ya sabe que cuando estás triste vienes — ambos nos reímos.

Termino el trabajo y justo antes de irme Lina entra a la oficina, me mira con esa cara de preocupación, la misma que pone mi padre, a veces me sorprende lo mucho que se parecen cuando no es su hija.

—¿Qué pasa? — pregunto fingiendo una sonrisa.

—Perdón por pedirle ayuda a Marie.

—Da igual... de todas formas ella no dejará de insistir.

—Por cierto hoy hablé con Gueil — la observo confundido.

—No quiero saber — digo rápido y se ríe.

—¡Cobarde! — comenta entre risas.

—No me digas — suplico y asiente.

—¿Sabes que te quiero?— pregunta.

—Eres mi hermana, estás obligada a quererme.

—Eso es mentira, Alex es nuestro hermano y no nos agrada — ambos reímos — Bueno... nos vemos mañana — asiento con una sonrisa — oye — dice girándose antes de salir.

—Dime.

—Emma no a estado con nadie en estos cinco meses — dice muy rápido y sale corriendo.

Sabía que diría algo, no puedo evitar sonreír, incluso suelto una carcajada y algo de felicidad me invade, hace mucho no la sentía, cierro los ojos y sonrío como un idiota, mi estado de animo se activo en un segundo, aún no estás con nadie mi amor... sigues siendo mía, lo sé, lo siento, suena mi celular y contesto.

— Hola — digo aún sonriendo, pero nadie habla — ¿Hola? — no responden, mi corazón se acelera — ¿Nena? — siento su respiración, estoy seguro que es ella — ¿Nena eres tu?, di algo por favor — el silencio sigue — estoy seguro que eres tú — continúo — te amo, de la misma forma, de hecho creo que más y te extraño, no te imaginas como quiero abrazarte, perdóname, por favor, dame una señal, ¿Qué hago para arreglarlo?, dime algo, por favor... necesito escucharte.

— Hola — habla un hombre — lo siento la señal se escucha muy mal, ¿Alba?

El golpe de decepción me invade y me siento bastante avergonzado, soy un idiota, corto de inmediato y bloqueo el numero, estoy muy jodido.

Tormenta de sombras [ LIBRO 1 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora