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(Andy)

¿Puedes dejar de hablar ya?—grité

Mi hermano me incomodaba, odiaba tener que compartir mi habitación con este sujeto. Tras que invadía mi privacidad, también me hostigaba e incluso no respetaba mi espacio personal.

—¡Ya para! no me toques ¡tú y tus juegos bruscos!
—ay ya para—me imitaba—hermano no seas tan pesado, solo quiero pasar tiempo contigo. Recuerda, soy tu hermano mayor y pronto me iré de la ciudad nuevamente.
—Ay, como si fuera importante para mí, me da igual estés o no estés, además hace falta que te vayas.

Se lanzaba en mi cama e intentaba agarrarme por las piernas solo para hacerme cosquillas en la planta de los pies.

—¡Ya basta! ¡No! No...me gustan las cosquillas—gritaba mientras intentaba salirme con vida de sus manos fuertes en mis piernas.

Sin pensarlo, solo agarré mi botella metálica de agua, y no pude evitar golpearlo en la cabeza hasta que me dejara vivir. Lo golpeé unas ocho veces, hasta que finalmente agrupé la botella metálica dejándola completamente chueca.

Quejándose de dolor, fue a llevarle la queja a mi padre, sin importar lo que dijera, me sentía súper feliz de haberlo hecho y no dejar que ese idiota siguiera siendo un patan abusivo con mis pies cosquillosos.

¡Lo odiaba!

—Deja de ser tan pesado con tu hermano, tienes veinte años podrías al menos comportarte. Escuchaba las palabras de mi padre, pero no podía quedarme tranquilo, necesitaba agrandar la situación, sin duda alguna por esa razón me liberaría de las molestias de mi hermano.

Me acerqué a la mesa donde estaban ambos, mirando a mi hermano con una bolsa de hielo en su cabeza y a mi padre sentado a su derecha totalmente serio.

Agarraba mi taza mientras me dirigía a prepararme un té, pero simplemente quería romper aquel silencio tan profundo.

—Se lo buscó—dije riendo
—Que idiota eres, eres solo un estúpido que no sabe lo que es "bromear".
—Bromear? De hecho no es "bromear" como tú lo expresas, eres un fastidio, desde que llegaste no has parado de fastidiarme la vida.
—¡SILENCIO!—gritaba mi padre.

Mi padre nos miraba a ambos, yo simplemente le volteaba los ojos al idiota mientras daba un sorbo de mi té.

—Henry, te vas este fin de semana con tu madre, no es discutible, Andy tiene razón...
—Pero ¿Realmente le vas a hacer caso a este llorón?
No paras de molestarlo es evidente que ya está cansado de ti, hasta yo lo estaría. Está decidido te vas con tu madre y no regresarás hasta la próxima semana.

—¡Bravo! Finalmente conseguiste lo que querías Andy, tú y tu maldita forma de siempre conseguir lo que quieres.

Sonreía mientras volvía a beber mi té de manzanilla, mientras mi padre me miraba con furia y una mirada profunda. Luego, medité todo lo ocurrido y simplemente pensé, tal vez me pasé un poco pero, tampoco puedo seguir dejando que un idiota como él me siga fastidiando día y noche.

Al menos tiene su merecido castigo por imbecil.

Midnight Rain Donde viven las historias. Descúbrelo ahora