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(Diario de Andy)

En mi mente retumbaban múltiples voces. Voces llenas de amor en varias ocasiones y también llenas de odio. Visualizaba como era mi vida en mi niñez.

Recordaba aquellos momentos en los que mi padre se volvía violento conmigo. Me aterraba la idea de que me pegara, pero aún así debía permanecer con él.

Solo pensaba en huir como auto de escape en algunas ocasiones. Lo meditaba, el resultado iba a ser uno más violento que el de una simple discusión "normal". Lloraba, pero debía reprimir mis emociones. "Los hombres no lloran"—decía el.

Sabia que eran incorrectas sus palabras cuando en el colegio hablaban sobre liberar las emociones, su contención puede ser abrumadora. Pero yo sabía que el mínimo acto de debilidad frente a mi padre podría desencadenar un grave problema. «Debía ser fuerte» me decía a mí mismo en silencio mientras lloraba encerrado a la hora de la ducha.

Pretendía que debía ser normal. Tampoco habían lazos de afecto entre nosotros. Solo conocía de ellos cuando encontraba refugio en los brazos de mi madre. Reconocía y adoraba su amor, pero dos días cada fin de semana no eran suficientes para mí. Necesitaba amor, necesitaba ese refugio para siempre. Pero unas tontas letras impresas en un papel legal disolvían cualquier posibilidad de alargar mi estancia en ese lugar tan confortante para mí.

Eventualmente crecí, lleno de espacios en blancos en mi historia de vida que hoy en día no logro rellenar.

Me cuesta mucho confiar y sobre todo expresar mis sentimientos de una forma sincera...

Es por eso que he decidido aislarme, reconozco que mis emociones y sentimientos hacia cualquier persona podrían hacer daño. Pero meditar sobre lo que he construido hasta este momento me duele y más cuando no tengo la certeza del peligro que se acerca...

Midnight Rain Donde viven las historias. Descúbrelo ahora