capítulo 8.- draco

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draco.

Me desperté dando un respingo en la cama. Otra puta pesadilla más. Desde que cumplí 16 años tengo una serie de pesadillas que me atormentan todas las noches, no hay ninguna que me de un poco de tregua. Me levanté a duras penas y comprobé la hora, las 6:00 de la mañana, teniendo en cuenta que la última vez que me había despertado en esa noche había sido a las 3:00 de la mañana, se podría decir que he dormido unas muy buenas tres horas. Caminé perezosamente hacia los baños para intentar darme una ducha que pudiera despertarme antes del desayuno, desde que mi padre entró en Azkaban, me privaron de todos los privilegios que tenía antes de que todo se fuera a la mierda, de mi habitación individual, de mi baño... ahora solo era un alumno más.

Me senté en la mesa de Slytherin junto con Blaise, Theo y Rue, las miradas y los cuchicheos aun persistían y sinceramente, hoy había dormido fatal y no me gustaría reventarle la nariz a nadie antes del desayuno, pero es que no me lo están poniendo nada fácil.

-Hermano, no les hagas caso.- llamó mi atención Theo.- Juzgan sin saber la historia completa.

-Nosotros siempre seremos los malos.- se encogió de hombros Blaise.- ¡Eh, que os jodan!- gritó enseñando el dedo del medio a unos cuantos hufflepuffs que nos miraban descaradamente pasando por nuestro lado y quienes nada más oír el grito de mi amigo, salieron corriendo.

-Pasad de ellos.- continuó Rue.- Ya sabéis que aquí la gente no olvida, pero dadles tiempo, además, el año que viene ya estaremos todos viviendo nuestras vidas, felices y contentos.- comentó sonriendo. Es verdad, no recordaba que este era mi último año en Hogwarts, quién lo diría, pues cuando llegué con once años era el niño más feliz del mundo aquí, ahora no aguanto ni el colegio ni a su gente.  Bueno, no a toda.

-¿Qué tal ese excelente en el TIMO para ser auror, Dawn?- preguntó Blaise mientras se servía un poco de zumo de calabaza.

-Bueno.- respondió.- Ni bien, ni mal. Lo intento.- reí.- Ya sabemos que la inteligente de mi familia es Feyre.- dijo mientras le daba un mordisco a su tostada. Sólo oír su nombre produjo en mi una estúpida corriente eléctrica.

Feyre y yo estos días nos habíamos vuelto mucho más cercanos, si bien puedo decir que nos agradábamos bastante. Nos sentábamos juntos en clase, dábamos paseos juntos y muchas veces me ayudaba a estudiar, era una bruja admirable, de todo sabía y lo que no, no tardaba mucho en hacerlo. Es la primera persona después de la guerra que se ha preocupado un mínimo en acercarse a mi y conocerme, y no se cómo tomármelo. A veces, siento que me mira la marca asquerosa que sobresale por el dobladillo de mi camisa, pero ella hace su gran esfuerzo por conseguir que yo no me percate de eso, aunque a mis ojos les gusta tanto admirarla que se me hace imposible no darme cuenta de estos pequeños factores.

-Por cierto.- dijo Rue sacándome de mis pensamientos.- ¿Qué te traes con mi hermana? Pensaba que al que le gustaba era a Theo.- vi como Nott, se atragantaba con el vaso de agua mientras me miraba.

-Yo nunca dije eso.- respondió el nombrado.

-No lo parecía cuando no parabas de coquetearla, Nott.- respondió el hermano.

-Bueno, Rue.- habló mirándole directamente.- Fey siempre ha sido una chica muy guapa, pensaba que este año podría haber pasado algo entre nosotros pero... no sé.- musitó.- Creo que sería todo muy complicado, después de lo que hemos vivido y de mi historia con Daphne, no creo que Fey sea la que deba lidiar con todos mis traumas.

-¿No has vuelto con Greengrass?- pregunté, sorprendido.

-No.- sonrió un poco triste Theo.- No os voy a engañar, me hubiera encantado volver a estar con Daph ahora que todo por fin esta mucho más calmado y en paz.- continuó.- Pero no podemos, por lo menos no por el momento, nos conformamos con ser amigos mientras nuestras heridas van sanando, es lo mismo que intento hacer con Fey, no quiero perderla, es de las mejores personas que conozco y la única que hace que todo lo que ha ocurrido duela un poco menos.- sonreí como un estúpido ante estas últimas palabras porque tenía toda la razón del mundo. Así me sentía yo con mi pequeña Cyra, como si nada de lo que hubiera hecho hubiera sido real.- Malfoy, creo que tu deberías hacer lo mismo.

𝙘𝙤𝙢𝙛𝙤𝙧𝙩 | 𝓓.𝓜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora