feyre.
A las ocho de la tarde el timbre empezó a sonar y no fue hasta las diez cuando llegaron todos los invitados previstos. Pansy y yo nos situábamos al lado de la puerta con mis padres y Rue saludando a todas las personas que entraban y nos deseaban felices fiestas, al principio no me importaba, pero luego se me empezó a tensar la sonrisa a otros niveles. Era un infierno.
-Sácame de aquí, Cycy, esto es peor que una tortura en Azkaban.- le miré con una mueca.
-Eres una teatrera.- me burlé.- Deja de llorar, ahí viene tu príncipe.- sacudí la cabeza hacia delante para que mirara detrás de ella. Una estúpida sonrisa tiró de sus labios y no pude evitar reírme por ello.
Blaise y Draco entraban a la par por la puerta de mi casa, ambos vestidos con un ajustado traje negro, en lo único que se diferenciaban era en las corbatas, Blaise la llevaba negra, como el vestido de Pansy y Draco, él la llevaba blanca, como mi vestido, ¿De dónde diablos se había sacado el color de mi vestido? yo no se lo había dicho. Sus ojos se toparon con los míos y esbozó una leve sonrisa coqueta mientras se acercaba a mí.
-Hola, tú.- sonreí y rodé los ojos.
-¿Quién te ha chivado el color de mi vestido, Malfoy?- interrogué.
-Tienes una amiga un poco bocazas.- miré a Pansy quien ya estaba perdida en la sonrisa de Blaise, estaban en ese punto de la relación en la cuál todo lo que hacía uno al otro le causaba ternura.- Por cierto, estas increíble, Cyra.- susurró acercándose a mí. Una fuerte mano se colocó en su hombro.
-Draco Malfoy.- pronunció mi padre mirándole fijamente. Oh no, esto no podía ser bueno.
-Sí, encantado, señor Dawn.- le tendió la mano.- Feyre me ha contado grandes cosas de usted.- mi padre miró atentamente su mano.
-Ojalá poder decir que he oído buenas cosas de tí, hijo.- tomó su mano.- Ha tenido que ser duro, ya sabes, pasar por todo eso.
-Bueno.- se encogió de hombros.- Intento sobrellevarlo, mi madre me ha ayudado bastante y me ha presentado a un buen psicólogo para trabajar los traumas de la guerra.- le miré con sorpresa, pues nunca me había contado nada de eso.- También su hija es un gran apoyo, señor Dawn.
-Llámame Lyon, hijo.- sonrió de lado, Draco me miró y agarró mi mano.- Venid, mi esposa estará encantada de conocer al chico que está volviendo loca a nuestra hija.
-¡Papá!- exclamé con sorpresa.- Me dejas en ridículo.- musité, él y Draco soltaron una carcajada.
-Tranquila, Cyra.- susurró Draco una vez comenzábamos a andar.- Tu también me vuelves loco a mi.- dijo depositando un beso en mi mejilla, a lo que yo sonreí con timidez.
(...)
La cena había acabado y era la hora de los cócteles. En mi mesa estábamos sentados Theo, Eurin, Draco, Blaise, Pansy, Daphne y Astoria, esta última no paraba de mirarme recelosa y hacer muecas cada vez que hablaba, era verdaderamente insoportable y si la fiesta no fuera en mi casa y mis padres no fueran los anfitriones, ya le habría tirado un vaso de agua a la cabeza, con cristal y todo.
-Feyre.- me llamó.- Tengo entendido que vas a visitar a las comadrejas antes de volver a Hogwarts.- rió con cinismo.- Por lo menos ya sabes donde está tu lugar.
-¡Astoria!- exclamó Daphne.- Compórtate.- la mayor de las Greengrass no era horrible, era bastante agradable.
-Oh, vamos.- rodó los ojos con aburrimiento.- Ella sabe que estoy de broma.- me miró.- ¿A que sí, Fey?
-No lo sé, Tori.- hizo una mueca al oír como le había llamado.- Eres tan venenosa que no sé por dónde vas a salir.- sonreí mientras mis amigos reprimían una risa.
-Mejor venenosa que estúpida, y tú, mi querida Feyre, eres la bruja más estúpida de esta mesa.
-¿Quieres callarte ya, Greengrass?- espetó Pansy.- Eres muy molesta.- Daphne estaba tan avergonzada por la actitud de su hermana que ni siquiera salió en su defensa.
-Vaya, ¿no lo sabéis?- una pizca de maldad inundó su iris.- Draco, amor ¿no se lo contaste?- Draco hizo una mueca.
-Cierra la boca, Astoria.- musitó.- Eres una pesadilla de ser humano.
-Cuéntale a tu querida Feyre a quién has recurrido estos días que ella no ha querido saber nada de tí.- imitó un puchero.
-Por Merlín.- rodé los ojos.- ¿Crees en serio que me lo voy a tragar? Eres penosa, Astoria.- negué con la cabeza.- No puedo siquiera creer que andes presumiendo de que te has acostado con el hombre de otra mujer.- antes de que pudiera contraatacarme, Draco habló.
-¡Basta!- exclamó.- Estoy harto, verdaderamente harto de tí, Astoria.- ella se sorprendió tanto que se sobresaltó.- No quiero que vuelvas a hablar a Feyre así, no quiero que te vuelvas a meter entre nosotros porque, a diferencia que tú, ella me importa, y me importa muchísimo.- le miré expectante.- Así que por favor, mantente alejada de nosotros si no quieres problemas.- miró Daphne.- Confío en que consigas que se quiera a sí misma y deje de hacer el ridículo.- unos golpecitos de cubiertos en un vaso nos interrumpieron.
-Bueno.- habló mi madre.- Sabéis que a mi marido y a mí nos encanta la música.- miró a mi padre con una expresión de cariño.- Y sabéis que nos encanta compartirlo con todos. Esperemos que disfrutéis de este baile improvisado.- dijo mientras una pequeña orquesta entraba al salón y se disponía a tocar.
Rápidamente, todos los invitados cogieron de la mano a sus parejas y se levantaron para bailar al son de la música, Blaise se levantó de un salto agarrando a Pansy, Draco y yo nos miramos divertidos mientras él acariciaba mi mano con su pulgar.
-¿Te apetece?- sonreí, bajo la atenta mirada de Astoria y asentí.- Genial.- dijo levantándose.- Voy a bailar con la chica más guapa de la fiesta.- nos acercamos a donde todo el mundo estaba bailando y posó una mano en mi cintura.- Déjate llevar.- susurró.
Comenzamos a movernos al ritmo de la lenta balada que estaba representando la orquesta, por un momento, sólo éramos él y yo. Ya no había celos, discusiones, malas palabras ni malas personas queriendo perturbar nuestro amor. Éramos él y yo contra todo el mundo, bailando y mirándonos fijamente a los ojos, demostrándonos con tan sólo una mirada todo lo que significábamos el uno para el otro.
-Eres increíble, Cyra. susurró.- Jamás me hubiera imaginado encontrar a alguien como tú.- sonreí.- Eres un puto ángel, no sé ni cómo es posible que seas real.
-Eres un teatrero.- reí.- Me gustas mucho, de verdad Draco, me gustas un montón.- me confesé. Él apartó un mechón de pelo de mi cara con una sonrisa.
-¿Me acompañas al balcón? Necesito un momento de privacidad.- me pidió y yo asentí.
Me agarró la mano y nos dirigimos a la puerta que daba al balcón. Una vez fuera, el frío me golpeó todas las partes del cuerpo a lo que Draco reaccionó colocando su americana negra encima de mis hombros.
-Cuéntame, Malfoy.- me senté en una silla cruzándome de piernas.- ¿Qué se te ofrece?- me burlé.
-Tengo algo para tí.- rebuscó en su pantalón y sacó una caja pequeña roja, casi me quedo sin respiración.- Feyre, eres la persona más importante en mi vida, no me puedo creer que seas mía.- habló.- Eres una mujer maravillosa y me siento muy afortunado de poder admirarte.- abrió lentamente la cajo, era un anillo con forma de serpiente con las iniciales D.M y F.D grabadas a su alrededor. Menos mal, no era un anillo de pedida.- Quiero que siempre tengas algo de mí en tí.- sonreí con ternura.
-Gracias, Draco.- dije poniéndomelo.- Me encanta, de verdad, es perfecto.- me levanté para colocarme frente a él.
-Tú eres perfecta.- dijo dándome un corto beso en los labios.- Te quiero, Cyra.- mi corazón se paró por unos segundos, no sabía muy bien como responderle a esa afirmación, así que dejé que actuara mi corazón en vez de la razón.
-Yo también te quiero, Draco.
-C.1308.
sorry por tardar, mañana tendréis otro cap para compensarlo!!
gracias por leer <3
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𝙘𝙤𝙢𝙛𝙤𝙧𝙩 | 𝓓.𝓜
FanfictionLa guerra ha acabado, Voldemort ha sido derrotado. La generación del Elegido debe de volver a Hogwarts este año y acabar lo que la guerra les impidió, graduarse y vivir su vida, es un plan sencillo. Para todos, menos para Draco Malfoy.