𝐏𝐒𝐘𝐂𝐇𝐎𝐏𝐀𝐓𝐇𝐘 || 𝗦𝗮𝗻𝘇𝘂 𝗛𝗮𝗿𝘂𝗰𝗵𝗶𝘆𝗼

𝐂𝐀𝐓𝐎𝐑𝐂𝐄

—Lia! Ven y pelea conmigo!— gritaba el niño, corriendo detrás de la chica, ambos practicaban artes marciales juntos, pero por alguna razón, tenía una obsesión por querer si o si pelear con la chica, para según el 'calcular su fuerza'.

—No quiero Baji! Déjame ya en paz!— decia quejandose la rubia, corriendo del chico.

Daban vueltas alrededor del gran salón donde entrenaban, los niños ya se habían ido a casa, pero ella, al no tener una razón exacta para volver, debido a que sus padres no estaban y su hermano estaba vagando por las calles, se quedaba en la casa de los Sano, almorzando con ellos. 

—Ven aquí! Se que eres fuerte, déjame pelear contra ti!— volvió a gritar el chico, pero al casi poder atraparla, de un rápido movimiento ella se escondió detrás del mayor de los sano, el cual pasaba por allí, haciendo que el pelinegro se parara de golpe y los miré a los dos enfadados.

—Eso no es justo! Sal de detrás de Shincihiro!—  decia sin poder hacer nada, sabía que no tenía oportunidad contra el, así que solo le quedaba quejarse. Shincihiro solo lo miraba con una sonrisa, mientras ella solo se reía, sacándole la lengua.

— Baji, cuantas veces te tengo que decir que dejen en paz a Lía, es una chica, no busques pelea con ella

—Ya pero! Ella es más como un chico! Tiene más fuerza que una chica— decía el niño, haciendo que, la chica al escucharlo, empiece a llorar falsamente, para dejarlo mal.

—No entiendes nada de chicas— respondió el mediano de los sano, apareciendo junto a su hermana por detrás, la cual se acercó a Lía. 

—Cállate Manjiro, y deja de llorar bruja! Todos sabemos que estás fingiendo!— decia el pelinegro que la perseguía momentos antes.

—Ya no peleen, vamos a comer, el abuelo nos llama—dijo la pequeña, llamada Emma, agarrando la mano de Lia, y saliendo juntas hacia la cocina, mientras los demás chicos iban por detrás. 

—Tu que crees que vayamos a comer?—pregunto Lia

—Bueno, por lo que yo se comeremos espaguetis 

—De verdad? Son mis favoritos!—decía emocionada ella

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—Haruchiyo, vienes a comer también?— pregunto manjiro, mirando a su amigo que no quería hablarle a su hermana pequeña Senju, desde el suceso del avión y sus marcas, desgraciadamente le guardaba rencor. 

—No te preocupes Mikey, nosotros nos íbamos ya, disfruten la comida— dijo el chico, levantándose del escalón que estaba sentado junto a su hermana, despidiéndose con la mano de los sano y de Baji, marchandose a su casa. 

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—Hermanito, porque no nos podemos juntar con Lia? Se ve muy bonita y amable— pregunto la pequrña Akashi, caminando de la mano con su hermano.

—No nos podemos juntar con ella Senju, sabes que si te juntas con ella le harás daño también, y yo voy a impedir eso— dijo el, sin un poco de lástima.

—Está bien Haru..— dijo la pequeña, bajando la cabeza, la culpa la consumía desde ese día, quería ser amiga de la rubia, pero simplemente su hermano no le dejaba acercarse a ella, en cambio, el tampoco se le acercaba, y eso la peliblanca no entendía el porqué. 

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—Lo recuerdas Baji? Siempre solíamos pelear de pequeños, a pesar de eso, nunca pude tomar mi revancha.—dije, mientras bebía mi zumo.

—Pero no te preocupes, te juro que sigo tan fuerte como antes, así que ya no hay motivo por el cual tengas que protegerme en las peleas, yo puedo sola, ahora seré yo la que cuide de lo que queda de ti. 

—Kazutora está otra vez en la cárcel, también fui a verlo esta mañana, esta muy arrepentido cada día que pasa, mientras que kisaki fue expulsado de la toman.

—También nos peleamos contra los black dragon, te lo puedes creer? Bueno, realmente no todos, solo algunos por un pequeño problema, hice una nueva amiga, Yuzuha, la hermana de Hakkai.

—Tu madre también está muy preocupada por ti, llora todos los días, y siempre viene a verte, por las tardes cuando entro, siempre está ella aquí, y luego se va para que yo te pueda contar las novedades.

—Por cierto, están pasando muchas cosas malas, Tenjiku empezó a atacarnos por todos lados, haciendo trampas, pero a mi aún no me hicieron nada, con suerte. Recupérate pronto por favor..

Tome la chaqueta de encima de la cama de hospital, el frío se estaba haciendo presente, llegando casi la nieve, hoy había reunión, en cambio, no estaba muy de humor para ir, miraba la cama donde se encontraba mi mejor amigo, durmiendo tranquilamente, llevaba en coma más de un año, y según ellos, si no despertaba pronto, lo desconectarían. 

No podia evitar empezar a sollozar, odiaba saber que el me escuchaba, en cambio el no podía decirme nada, regañarme por todas las cosas malas que hacía, felicitarme en sus buenos momentos, verlo en mi casa cada que podía, jugando con sus dos gatos, de vez en cuando jugando tambien cartas con mi abuela.

Me levanté poniéndome la chaqueta, y luego mirar al pelinegro, agarrándolo de la mano, apretándola sin hacerle daño, era fría.

  "—Baji siempre tenía las manos clientes—" pense, recordando todas las veces que paseabamos agarrados de la mano, o mejor dicho, escapando de los señores que les querían pegar por tocar su timbre por 4 vez al día.

Me acerqué a la ventana, pudiendo observar a mi alrededor, todo era una tragedia, Emma ya no estaba entre nosotros, y Mikey estaba devastado.

—Ojalá estes despierto, para ir juntos a comer al restaurante que tanto nos gustaba ir, o pelear juntos contra las otras pandillas.

Pude ver como cerca de allí se encontraban dos personas de la pandilla de Tenjiku, que hacían allí? Mire más de cerca, intentando no ser vista, dándome cuenta de que entre ellos, estaba Sanzu. 

Mire atentamente, dándome cuenta que de la nada este levantó la mirada, haciendo contacto visual. El no tenia ninguna expresión en la cara, o eso pensé, ya que solo se le venían los ojos. 

Rápidamente cerré la cortina, no volvi a hablar con Sanzu, y al ver que nos traicionó de esta forma, para ir con Tenjiku, me provocaba más rabia, ya que siempre estuvo junto a Mikey. 

Me acerque por última vez a Baji, dándole un cálido beso sobre la frente, para luego salir de la sala. No tenía pensado ir a la reunión, por lo que no llevaba un uniforme, llevaba solo la chaqueta negra que Baji me había dado que era suya, junto a unas botas y un vestido largo gris de invierno. 

Llevaba  una bufanda blanca al igual que unos guantes para la moto, pero, al ver a Sanzu en la entrada se replanteó si realmente no ir.

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