Jimin había oído demasiadas cosas acerca de los predestinados. Unas buenas, otras malas, pero en general la que más se repetía era que si lograbas encontrar al tuyo, eras probablemente una de las personas más afortunadas en el mundo, porque no todos tienen ese hilo rojo atado a alguien más, no todos tienen un lobo esperando por ellos.
Según las creencias populares, los predestinados comparten un hilo rojo invisible que con el tiempo los atraerá el uno al otro, por medio de sueños, aromas o encuentros dictados por el destino.
Los predestinados eran lobos que se encontraron en vidas pasadas y se amaron en algún punto. Sus lobos no olvidarían, y harían todo lo posible por unirlos nuevamente, sin importar que la historia tuviera que volver a iniciar. Sin importar los posibles obstáculos, que quizás fueron los mismos que en el pasado.
Jimin sabía que eso era una leyenda, pero por alguna razón estaba ahí, de pie, frente al alfa que decía soñarlo diariamente tal como él llevaba haciendo por tanto tiempo. Su aroma era igual al del lobo de pelaje oscuro de sus sueños, su aura era la misma. Su lobo blanco parecía saberlo y lo único que hacía era querer empujarlo hacia el cuerpo del chico, pero él sólo trataba de contenerse.
—Lo lamento, no quise sonar precipitado —volvió a hablar el alfa cambiando su expresión por una preocupada, haciendo ademán de acercarse. —¿Te encuentras bien?
El omega se confundió al oír esa pregunta, pero de pronto se dio cuenta de que estaba llorando, su vista se nubló un poco por las lágrimas que estaban acumuladas y comenzando a escapar de sus ojos, cayendo como gotas largas y amargas por sus mejillas. Avergonzado parpadeó tratando de disiparlas, sin saber la razón del porque se había puesto a llorar sin darse cuenta. Llevó sus manos a su rostro para limpiarlo, resintiendo un poco en el área del golpe que le había dado Minrae.
—Lo lamento, no ha sido mi mejor semana —admitió dando otro paso hacia atrás, de manera inconsciente. —Ni siquiera sé como llegué hasta aquí.
El alfa miró su mejilla con una expresión indescifrable, Jimin no pudo evitar ladear un poco el rostro para tratar de ocultarlo.
—Tú lobo te guió hasta aquí —le dijo a pesar de que nuevamente quería preguntarle si estaba bien. —Así como al mío, hoy es mi día de descanso y no planeaba salir, ni siquiera abrir las ventanas, pero te olí desde el último piso...
El alfa se giró para apuntar hacia arriba de uno de los edificios. El azabache tragó saliva algo nervioso.
—Tengo que admitir que esto es extraño —asintió jugando con sus dedos. —Pero quizás es sólo una coincidencia.
El alfa pareció indignado por sus palabras, su expresión fue adorable, por lo que a Jimin le provocó reírse, pero aún así no pudo ni sonreír ante la adorable expresión, porque de pronto el más alto se movió hasta donde estaba él y agachó la cabeza ligeramente para mirarlo de cerca, demasiado intenso para su gusto. Ambos tuvieron que controlarse al olfatear el aroma del otro tan cerca.
Era demasiado embriagante.
Los dedos tatuados del alfa se dirigieron sin permiso hacia su mejilla y la tocaron suavemente. Pero eso fue suficiente para que la corriente eléctrica los recorriera, por todos los huesos hasta llegar a la columna vertebral. Los ojos del omega se abrieron de par en par y los del alfa se veían decididos.
—Mi padre me decía todos los días que si llegaba a estar así de cerca de mi predestinado, no lo dejara ir —le dijo con voz fuerte y clara, haciendo que el lobo de Jimin temblará de deseo.
Por un momento lo pensó, quiso arrojar se ciegamente a los brazos de aquel extraño, pero contrario a eso, carraspeó al recordar lo horrible que estaba su vida en ese momento. Alzó los dedos para apartar los del alfa, notando como sus manos eran mucho más grandes que las propias, se quedó mirando esa mano sobre las suyas por un momento, tratando de recuperar el valor suficiente para hablar.
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Predestined Love 𐦍 KookMin 「Omegaverse」
FanfictionJimin jamás imaginó que se encontraría con su alfa predestinado después de que su padre muriera y su madre quisiera obligarlo a casarse para mantener la empresa familiar en pie. Jungkook jamás se imaginó que se encontraría a su omega predestinado y...