El calor del mes de mayo ya se estaba haciendo presente mientras Jungkook caminaba de regreso a su departamento. En la espalda llevaba una mochila con su carta de los resultados de reintegro a la carrera de medicina, y en la mano que no utilizaba para taparse el sol, llevaba una bolsa con pastelillos de fresas con crema batida y sardinas enlatadas porque cierto omega tenía antojo de esos extraños alimentos.
Las cosas habían ido hacia arriba apenas fue capaz de reunirse con su nueva familia, la salud de su chico mejoró rápidamente y al cabo de un par de meses, ambos se mudaron juntos a un departamento cerca del complejo universitario en él que terminaría su carrera de medicina. Había presentado el examen unas semanas antes y lastimosamente había tenido que ir por los resultados hasta ese día. Aún tenía el sobre cerrado, pues había prometido que lo abriría con su hermoso novio.
Quien por cierto estaba muy, muy embarazado.
El omega era incansable, a pesar de que se la pasaba quejándose todo el tiempo de que le dolía la espalda, Jungkook no era capaz de detenerlo. Siempre estaba de aquí para allá, decorando la habitación de su cachorro y preparando cualquier receta de galletitas que veía en Internet, o pidiéndole que lo acompañase a dar paseos cortos para estirar las piernas. Él por supuesto que no se negaba, pero a veces tenía micro infartos cuando los movimientos restringidos de Jimin le provocaban tropezarse o cualquier otra locura.
En algunas ocasiones quisiera arrancarse el cabello por el estrés que le causaba ver al azabache danzando por la sala, pero se le pasaba cuando veían películas románticas y el mayor terminaba llorando a moco tendido pidiendo que le diera mimos, muchos, demasiados mimos.
Su lindo omega era alguien fuera de lo común, no le gustaba estar quieto y él debía aceptarlo y ayudarlo cuando fuera necesario.
Subió con algo de nerviosismo al ascensor, pues, no quería ver la carta de la facultad y decepcionarse. Entró al departamento quitando sus zapatos y al levantar la mirada, sintió terror al ver al omega parado en el borde de un banquito mientras intentaba acomodar el cortinero sin éxito.
—Joder, Jimin, te he dicho que no te subas más a esa cosa, me da miedo —casi gritó arrojando las cosas al suelo y corriendo a sujetar la cintura del omega, quien dio un respingo al escucharlo.
—Jungkookie, amor, ya volviste —sonrió su chico prácticamente aventándose contra su cuerpo.
El alfa dejó salir un suspiro cuando lo atrapó con cuidado de no lastimarlo a él o a su cachorro. Sólo entonces se permitió observarlo, tenía puesto un bonito overol de mezclilla que hacía lucir aún más adorable esa enorme pancita que parecía a punto de estallar, pero no le diría nada al respecto porque sabía que iba a terminar o bien muerto, o el más bajito llorando a mares.
Sabía que Jimin estaba agotado, podía verlo en sus ojos, pero aún así el omega le sonrió bonito y se puso de puntillas para poder alcanzar sus labios. Jungkook aspiró fuertemente sus dulces feromonas mientras acariciaba la espalda de su omega con amor.
Se permitió abrir los labios cuando la lengua atraviesa del azabache quiso jugar con la suya, era un beso lleno de cariño como todos los que se daban cuando el menor iba a ayudar a Namjoon a la cafetería y volvía después de su jornada laboral. Un beso que podría haber subido de tono si el omega no hubiera sentido que las piernas le temblaban ante el calor que comenzaba a subir por su cuerpo.
—Mmm, alto ahí —murmuró separándose con la respiración un poco agitada.
—¿Te encuentras bien, amor? —preguntó el alfa preocupado al ver a su chico separarse y correr a sentarse al sofá dejando que sus extremidades cayeran a sus costados como si hubiera corrido una maratón.
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Predestined Love 𐦍 KookMin 「Omegaverse」
FanfictionJimin jamás imaginó que se encontraría con su alfa predestinado después de que su padre muriera y su madre quisiera obligarlo a casarse para mantener la empresa familiar en pie. Jungkook jamás se imaginó que se encontraría a su omega predestinado y...