Te odio.

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Cale despertó ya entrada la madrugada. Se sentía completamente agotado y su cabeza dolía por haber llorado durante mucho tiempo.
El solo hecho de recordar la escena que experimentó momentos atrás, hacía que quisiera volver a llorar. Era tan difícil creer lo que dijo Kim Rok Soo. Era difícil adaptarse a esa realidad, una realidad en que Kim Rok Soo amaba a la Estrella blanca.

El pelirojo se sentía terrible, quería seguir llorando pero a la vez quería enojarse y gritar. Quería volver a dormir y no pensar en nada, no obstante, pensamientos se arremolinaban dentro de su cabeza y no le dejaban hacerlo. Y para empeorar su situación el dolor de cabeza aumentaba. Era frustrante.

De pronto su estómago rugió sonoramente, no probó bocado desde la tarde. Se levantó de la cama y tomó un poco de agua para amortiguar un poco el hambre. Pensaba en llamar a Ron para que le trajera algo de comida aunque dentro de sí lamentaba molestarlo a estas horas. Justo cuando iba a llamar al mayordomo este apareció como por arte de magia con un carrito de comida. Era sorprendente como siempre sabía lo que necesitaba o requería en el momento justo. Ron era genial.

—Joven maestro, traje algo delicioso para usted. Mi hijo se esforzó mucho en prepararlo. Disfrútelo.
Con una pequeña sonrisa en los labios, Cale estaba agradecido por el par de padre e hijo que lo cuidaban. Ayer lo consolaron, algo que nunca creyó que harían, pero lo hicieron, fue extraño y confortable.
Muy agradable.
—Gracias Ron y dile a Beacrox que también se lo agradezco.
Agarró la cuchara, tomó una porción de la comida y se la llevó a la boca.
«Delicioso»
—Delicioso,— pronunció.
Una pequeña lágrima se derramó, sin embargo Cale siguió comiendo cómo si eso no hubiera pasado.

Para cuándo el pelirojo despertó ya eran las 2 de la tarde. Había dormido por mucho tiempo. El descanso le ayudó a despejar su mente y también quitó el dolor de cabeza. Se levantó de la cama y caminó hacia el baño para tomar una ducha. Su humor mejoró bastante luego de esta.

Después de haberse cambiado encontró otro carrito de comida en su habitación, sin duda ese par lo apreciaba. Comió uno de los sandwiches del plato y se sentó en la ventana. Debía pensar.
Miraba fijamente el paisaje mientras su mente se encontraba dispersa y enredada. Analizaba todo lo que pasó y organizaba la información que conocía, pero también recordaba a Kim Rok Soo.

***
Pasaron las horas y se dió cuenta de algo. La maldita Estrella blanca le había dado dos días para convencer a Kim Rok Soo, ni siquiera pudo enfrentar una media hora con él. Ese imbécil tal vez sabía del resultado y por eso lo había permitido.
—Maldito

Bueno ya era demasiado tarde para hacer algo al respecto, perdió contra ese imbécil.
—Haaa...

Sonó el timbre de su celular.
«¿Quién será?»
No tomó la llamada puesto a que no tenía la energía para hablar con alguien.

Insistieron dos veces más en contactarlo, a las cuales el pelirojo no contestó. A la tercera vez, Cale se hartó y cogió su celular.
En la pantalla aparecía el número de Kim Rok Soo.

Se sorprendió.
«¿Por qué me llama?»
Una creciente ansiedad se asentó en su cuerpo y con nerviosismo contestó la llamada.

—Hol...
—Cale...ven al departamento en una hora. Debo decirte algo... Pip..pip..pip

La respentina llamada dejó al pelirojo paralizado. Quién le había llamado era Kim Rok Soo, aquel que hace unas horas atrás destrozó su corazón.
Su hyung simplemente había dicho una sola frase, que para Cale significaba esperanza y tan enamorado como estaba depositó la última gota de confianza que le quedaba en su hyung. Era la última vez que le daría está oportunidad.

Temía que lo decepcionaran otra vez pero igualmente quería confiar. Quería confiar en quien amaba sin importar que.
Pensaba que tal vez su hyung había tenido que actuar así por algo, tal vez era verdad que la Estrella blanca lo amenazaba y tal vez  en ese momento no podía decirle nada.

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