Al fin te encontré

Escape

Cale se despertó luego de haber escuchado una especie de alarma proveniente de su muñeca. El reloj digital le avisaba que no habían pasado más de cuatro horas desde que se había quedado profundamente dormido.

Al parecer, era el momento de escapar. El pelirojo se cercioró de que todas las herramientas que había conseguido estuvieran bien resguardadas en su ropa antes de salir.
Con la llave que había encontrado en la segunda caja abrió la puerta de la habitación en la que se encontraba y al salir entendió porque sería tan difícil encontrarlo si no podía escapar.
En el exterior habían inumerables habitaciones con puertas similares. Y por lo visto, gracias a los numerosos pasillos era como un enorme laberinto, no había ventanas y ciertas zonas estaban en completa oscuridad.

No sería fácil encontrar el camino a ciegas. Por fortuna tenía una pista con la que guiarse para salir, un camino de sangre. Si seguía las marcas de arrastre no se perdería.

La mayor parte del camino fue sencillo de avanzar, no obstante, se encontró con la primera dificultad en su escape. El camino no era visible debido a que la zona por dónde debía pasar no se podía distinguir nada, no había luz. Con tantos desvíos no estaba completamente seguro de saber cómo continuar.

-¿Qué hago...?

Pronto escuchó un pequeño pitido desde su muñeca. Una linterna se encendió, como sabiendo lo que necesitaba.
-¡Wow!.. esto es bastante útil eh.

Sin más contratiempo logró llegar hasta el final del camino. El recorrido no fue tan largo, sin embargo, inesperadamente terminaba frente a una pared lisa.
-¡Que mierda!.
«¿Cómo atravesaron la pared?»

Un nuevo pitido llamó su atención, dentro de la pantalla del reloj se encontraban escritas instrucciones y un código.
"Busca la computadora, C****"

El pelirojo no perdió el tiempo y se dedicó a palpar la pared, entendió que posiblemente la pared era un puerta oculta y en pocos segundos se confirmó su suposición. A simple vista, uno no notaría la irregularidad en el muro. Escribió el código y vió cómo la pared se abría hacia arriba.
Cuando visualizo el nuevo entorno se encontró con un hecho algo desalentador, el rastro que lo había guiado una gran parte de su escape no estaba. «Seguro que la estrella blanca no era tan descuidada». Solo dejó evidencia dónde sabía que nunca la encontrarían.

Frente al pelirojo se podía observar un simple pasillo de dos direcciones que tampoco tenía ventanas.
Sonó otro pitido, aparecieron nuevas indicaciones.
"Camina hacia la derecha y no seas ruidoso"
«Quién sea que lo ayudaba, le gustaba dar órdenes», pensó Cale en su interior.

Sin más quejas el pelirojo avanzó con precaución por dónde le indicaron, no quería alertar a nadie después de haber llegado tan lejos. Tomó la navaja del bolsillo de su pantalón y la sujeto con más fuerza en sus manos, solo así caminó con mayor seguridad por el pasillo.

El pelirojo cuánto más lejos caminaba, más cauteloso se volvía, pues se oían las voces de personas a la distancia.
Cada que llegaba a puntos con desvíos o dónde se escucha las voces de personas, el reloj le daba indicaciones que le ayudaban a evadirles. La tensión y el estrés eran abrumadores. Por fin pasada una media hora, el reloj le indicó que ingresara en un cuarto en específico, por lo que cuando entró, la cerró con seguro. Luego de eso soltó un suspiro de alivio y comenzó a temblar. Cuando caminaba, podía escuchar a personas hablar y correr. Estaban cerca de él. Muchas veces casi entra en pánico cuando creía sentirlos a pocos metros de distancia, o cuando el reloj le daba instrucciones se alrmaba, el pitido no era fuerte pero con la ansiedad el sonido se maximizaba.

-Es..estoy bien...lo hice bien.

-No dejaré que me atrapen.

Para Cale, no era difícil defenderse, el problema era que su prioridad era escapar sin llamar la atención, además trataba de no perder tiempo haciéndose el valiente al tratar de pelear y salir lastimado.