Al fin te encontré

La verdad. Tortura

Advertencia: Violencia, tortura, armas de fuego, pensamientos de muerte.

Kim Rok Soo, se había mantenido oculto y cambiaba de ubicación cada cierto tiempo. No era fácil, muchas personas corrían y se movían de un lado a otro a través de los pasillos y habitaciones. Y las únicas cosas que facilitaba sus movimientos eran los puntos ciegos de las cámaras de seguridad y la ubicación de la Estrella blanca, porque cuando estaba en un rango cercano, todos se alejaban de los alrededores. Era sumamente estresante evitarlo y ahora más que nunca, puesto que era consciente de que si lo capturaban estaba muerto.

Durante casi una hora había estado haciendo esto y se había acercado bastante a la entrada del sótano.
«A estás alturas, Cale ya debe estar despierto».

«Seguro debe estar llorando» . Kim Rok Soo lo conocía lo suficiente para saber cómo sería su reacción ante la impotencia y el odio, incluso estaba seguro de que el pelirojo no querría verlo, mucho menos le gustaría su ayuda. Eso abatía al pelinegro, lastimó tanto a Cale y destruyó su confianza un sinfín de veces...no merecía su perdón.

De una forma extraña percibió algo, era una sensación asfixiante. Al principio pensó que era por el dolor que nuevamente lo atormentaba, sin embargo, presentía que era algo más. Tenía miedo.
Al tener esa particular extrañez no dudo en esconder todas las herramientas que le dió el hombre en una de las habitaciones secretas y solo cargó consigo la pequeña caja negra que ocultó entre su ropa. Al cabo de unos minutos su presentimiento se hizo presente de una forma aterradora, había estado avanzando sigilosamente por el largo pasillo hasta que la Estrella blanca apareció frente a él junto a los dos subordinados de siempre. Ese fué su fin.

Kim Rok Soo emprendió carrera tan pronto los vió, pero fue en vano. Lo atraparon.
—Sabía que vendrías por Cale. Es una lástima...hasta aquí llegó tu travesía.
Kim Rok Soo contuvo el terrible impulso de llorar mientras temblaba impotente. No pudo ir con Cale. No pudo ayudarle.
—Traiganlo.
Kim Rok Soo fue llevado a una sala diferente al cuarto donde había estado confinado y después lanzado brutalmente al suelo sin compasión.
—Eres verdaderamente insoportable. Te subestime demasiado.

La Estrella blanca lanzó una señal a sus subordinados quienes enseguida empezaron a darle una paliza.
—¿Quién te ayudó a escapar?
Kim Rok Soo no respondió y mantuvo una mirada desafiante.
—Jajajaja creo que no entiendes cuan amable he sido contigo. Mi paciencia se agotó...al final de esto, vas a decírmelo.

Atado de brazos y piernas a la silla, experimentó un episodio de su vida, que nunca quisiera volver a recordar.
Tal vez nunca se recuperaría de ello y mantendría las cicatrices producto del abuso y tortura sobre su cuerpo de por vida.

Kim Rok Soo respiraba con dificultad, su cabeza estaba empapada de agua, su garganta estaba completamente destrozada y marcas de estrangulamiento se oscurecían alrededor de su cuello, uno de sus brazos estaba roto, las uñas  de sus manos fueron arrancadas de raíz.  Tenía cortes y heridas por todos lados a carne viva, incluso tenía varios huesos rotos y  moretones producidos por las cadenas y los constantes golpes encestados que emanaban horrorosos colores rojos, verdes y violetas. Su estado era miserable. Habían intentado de todo para forzarlo a hablar.

Ahora parecía un bulto de carne y sangre, era horrible. Algunas de sus heridas eran profundas y la perdida de sangre lo adormecía, sin embargo, por algún motivo no podía desmayarse. Kim Rok Soo durante el abuso entró en estado de Shock, ya no respondía, era como una cáscara vacía. No sé quejaba, no hablaba, y daba la impresión de que tampoco respiraba. El abuso que sufrió en ese cuarto había sido extremo.

La Estrella blanca, al final no consiguió ninguna pieza de información del pelinegro. Y en un ataque de locura, agarró al chico en un charco de sangre con heridas abiertas y fracturas en el cuerpo, y lo arrastró desde la sala de tortura hasta la locación en donde se encontraba Cale. Lamentablemente, a Kim Rok Soo no podría importarle menos.