La verdad. Trato

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Kim Rok Soo despertó bruscamente  en medio de una densa oscuridad.

No sabía dónde se encontraba, ni qué había pasado con Cale. Tampoco tenía conocimiento sobre el estado de la misión. Lo único que recordaba era haber sido drogado hasta perder por completo el conocimiento. Y no creía que la Estrella blanca pudiera dejarlo con vida sin una buena razón.

Cuando intento moverse no pudo hacerlo y ahora que prestaba mayor atención a su estado físico, dolía y quemaba insoportablemente. Sudaba frío y temblaba violentamente. Era la sensación más desagradable que experimentaba en su vida y la más horrible. Se moría en vida.

El escozor, los piquetes, la comezón, la desperación producto de dichas sensaciones y el terrible dolor, en conjunto lo estaban volviendo loco. Se sentía como si hubiera tragado lava o algunos insectos se lo carcomían desgarrando sus órganos de poco en poco y la impotencia de no poder aliviar esas sensaciones lo frustraban demasiado. Ya que, cómo si de un prisionero se tratase, sus manos estaban esposadas tras su espalda y sus piernas también estaban encadenadas a lo que parecía una silla, en dónde había estado sentado todo este tiempo. No podía moverse.

«¿Dónde estoy?»

«!Maldición esto duele!»

—Ughhhh...
Intentó forzar las esposas, pero no dió resultado y el esfuerzo solo trajo más dolor a su cuerpo.

—Fhuuuu....fhuuu...ughhh

«Quiero arrancarme la piel, esto es insoportable»
«Alguien... por favor... ayúdeme»

Su cara estaba empapada en lágrimas y su cara se volvió tan blanca como papel, aunque por dentro se sintiera en llamas. Asimismo, su boca estaba tan seca que su garganta no lograba emitir más sonidos que unos cuantos alaridos de dolor.

Kim Rok Soo era un completo desastre.

De pronto, una luz que apuntaba a su rostro se encendió en la oscura habitación, aunque no pudo despejar por completo la misma si se pudieron vislumbrar mucho mejor los contornos y siluetas de las cosas a su alrededor. Sin embargo, eso no era lo más importante, ya que dicha luz no pudo haberse prendido por si sola, había venido alguien. La Estrella blanca y los dos subordinados que siempre le seguían.

—¡Pero miren quién despertó!...eres bastante sorprendente Kim Rok Soo.
El pelinegro le lanzó una mirada llena de odio que solo causó gracia a la Estrella blanca.
—Jajajajaja jajajaja jajaja jajajaja Fuiste un gran actor, me engañaste muy bien...pero... jajaja Cale fue tu perdición.
—Eres un maldito bastardo entrometido. No sé a qué querías llegar intentando ser el príncipe que ayudaría a la princesa, sin tener ningún respaldo. ¡Es una completa estupidez!

—Haaa...

—Sin embargo, debo agradecerte. Kim Rok Soo fuiste de gran ayuda para atraer a Cale hacia mí. Jajaja jajajaja ¡su cara fué la mejor!

—La hermosa desesperación y la grandiosa traición que presenció en menos de unos pocos minutos, jajaja...si lo hubieras visto. Te odia tanto...que desearía verte muerto.—La Estrella blanca estaba encantada, capturó a Cale e hizo que sufriera golpe tras golpe para verlo destrozado emocionalmente.

Había logrado uno de sus objetivos y necesitaba presumir su victoria con otros. Kim Rok Soo era el candidato perfecto para la ocasión. La Estrella blanca odiaba a Kim Rok Soo con todo su ser por haberle robado a Cale e interponerse en su camino, así que de forma similar que con el pelirojo, lo haría sufrir de las peores formas y luego lo mataría frente a Cale.

Mientras tanto Kim Rok Soo se alarmó frente a la impactante información.
«¿Qué? ¿Qué hice mientras estaba inconsciente? ¿Qué pasó con Cale?»
La Estrella blanca al ver la mirada del pelinegro le contó todo lo que pasó.

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