EXIT

10. NEGRO LÍVIDO

10. NEGRO LÍVIDO

El inesperado cuatro contra uno definitivamente no fue un "baile" para Granger, como puedo ver por mí mismo la siguiente mañana.

De camino al desayuno, me detengo en el centro de comando para preguntarle a Potter sobre la Salida que Lovegood ya debió haber completado, desesperado por saber si tuvo éxito. Pero Potter no está aquí (si es que ya regresó al cuartel), así que me dirijo a la cafetería en su lugar.

Y ahí la desgarradora escena me espera.

Me siento en una de las largas mesas y le doy un sorbo a mi café negro y miro discretamente a través de mis pestañas a Granger de vez en cuando. Está sentada en una de las mesas más alejadas a la mía y esporádicamente le da un mordisco al sándwich que tiene enfrente mientras algún Weasley (George esta vez, si no me equivoco) le habla con insistencia.

El hecho de que esté distraída me da tiempo suficiente para estudiar su golpeado rostro. El estado actual de éste me dice que los mortífagos de hecho no estaban completamente desprevenidos cuando Granger y Thomas intentaron infiltrarse en su escondite. Un hematoma de colores brillantes adorna sus afilados rasgos y su labio inferior está roto y cubierto de sangre.

Hay algunas posibles explicaciones de por qué siguen ahí esas heridas tan visibles. Ya sea que Lovegood no haya regresado al cuartel todavía, o que Granger decidió no ir al cuarto de trauma. Podría incluso entender la última opción, ya que en años recientes yo también me he obligado a dejar que mis heridas superficiales sanen naturalmente. Como un recordatorio de lo mucho que merezco sufrir. Bueno, tal vez no somos tan diferentes cuando se trata de nuestro masoquismo.

Granger debe asistir al mismo entrenamiento que yo el día de hoy (a media mañana está vez) y me pregunto si, en esta condición, ella irá a la práctica. No tengo idea si tiene otras heridas, pero sólo el hematoma se ve bastante mal. Cubre la mayor parte de su mejilla izquierda, desde el puente de su nariz hasta su quijada, dando la impresión de que algo pesado la golpeó en la cara. Me descubro pensando que deberían checarla por una posible contusión lo más pronto posible.

Además de sus heridas, me doy cuenta de algo más, Granger se ve muy cansada. Apenas y logra ocultarlo, aún sabiendo que estoy aquí, porque ella definitivamente me vio entrar a la cafetería. En mi opinión, ella necesita un maldito descanso.

De repente me doy cuenta de mi preocupación inquietantemente sensible, niego con la cabeza y miro a otro lado. ¿Por qué me siento tan responsable cuando no es mi problema? Además, es Granger, maldita sea. Ella probablemente se burlaría de mí si supiera que me preocupo por su salud. Después de todo, ella me odia con todo su corazón y el sentimiento es mutuo. Básicamente.

Ginny Weasley me distrae con su llegada.

Ella se deja caer en el asiento vacío junto a mí, pero niega con la cabeza cuando le pregunto si sabe algo sobre los mortífagos capturados o sobre la Salida.

Realmente me gustaría saber a quién capturaron, pero una vez más los rebeldes están probando mi paciencia. Debería ya estar acostumbrado.

—Se ve horrible —murmura Ginny, mirando a Granger.

—Tsk, algunos lo llaman un baile. —contesto y sueno más acusatorio de lo que intentaba.

Inmediatamente siento la mirada curiosa de Ginny sobre mí, pero no se la regreso. Tal vez sueno muy molesto. Realmente debo contenerme.

—Ella estará bien. —responde segura.

En respuesta, yo asiento tenso, lo que termina con nuestra conversación.