Parte 2

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Newt salió del Berg y empezó a transitar por la vereda, las calles eran un caos, como si fuera el maldito fin del mundo (aunque claramente no era así). Habían edificios y hogares con ventana rotas y la pintura descarrillada; basura desparramada por todas partes, vehículos volcados, sucios y quemados, y arboles en lugares donde no debían crecer. Newt pensó que su pesadilla había empeorado, pero recién estaba empezando.

Muchos Cranks deambulaban por las calles, jardines y la acera. Y al referirse con muchos Cranks, parecía un maldito ejercito, como una plaga de infectados caminando por ahí sin saber que hacer con su vida. Tal vez algunos estaban mas cuerdos que otros pero ninguno de ellos estaba del todo bien de la cabeza.

El chico siguió caminando pero la herida vieja de su accidente comenzó a doler, su renguera estaba empeorando. Se obligo a sentarse contra un poste caído que ni siquiera tenia idea de como llego eso tan alto y pesado al suelo, tampoco es que le interesará. Su mirada recorrió el perímetro; Vio una familia acurrucada sobre el césped marchito comiendo algo que Newt desconocía a su vista; Vio a otra mujer de espaldas a una pared de cemento, llorando; vio grupos pequeños de personas que hablaban con susurros y observaban a su alrededor el caos que sucedía en esos momentos.

De la nada un estruendo lleno los tímpanos de Newt que llegaron a doler y pensó que le explotarían pero eso no llego a suceder. Algunos Cranks cercanos se marcharon a toda velocidad al ver los monstruos metálicos sobre ruedas. Así le había puesto Newt a aquellos camiones gigantescos. Cuando aquellos camiones se detuvieron, el sonido también desapareció de golpe dejando un eco destrozado.

 Un grupo compuesto de hombres y mujeres salieron de la cabina vestidos de pies a cabeza con atuendos negros y grises, algunos llevaban camisas rojas, protección sobre sus pechos y cascos. Todos llevaban un lanzador que los tomaban como si fuera la cosa menos dañina del mundo. Aunque esas cosas, te dejaban peor que cuando en el Área mordían a un corredor y pasaba por la transformación.

Siguió observando todo el espectáculo que se empezó a formar a unos cuántos metros de él. No estaban matando a los Cranks, solo los paralizaban y los dejaban aturdidos temporalmente con esos lanzadores (o al menos eso creía el chico). Muchos gritaban y lloraban mientras se desparramaban por el duro cemento. Luego los soldados los arrastraban con la menor delicadeza posible hacia unas puertas inmensas hechas de acero de la parte trasera de los camiones aun detenidos a mitad de calle. Newt observaba la cacería casi sumido en eso, hasta que por fin volvió a la realidad de que él estando ahí, también corría peligro.

Se levanto del piso y empezó caminar lejos de ahí, aunque su reguera no se lo permitiera mucho, el siguió tratando de hacer todo lo posible por escapar de ahí sin saber a que se debía todo eso, pero lo averiguaría mas tarde. Por ahora debía correr (mas bien caminar) y ocultarse antes de que fuera demasiado...

«Tarde»

Se escucho un sonido eléctrico que conocía demasiado bien porque ya había disparado con aquella arma unas cuántas veces. Un lanzador.

Newt lo invadió un miedo y un escalofrió que le movió todos los huesos de su cuerpo. Se volteo lentamente esperando lo peor y eso seria un maldito disparo. Se encontró con tres soltados (hombres o mujeres, no se podía ver a través del casco oscuro), de camisa roja, apuntándolo con sus armas directamente a su pecho

—Levanta las manos o te disparamos. —hablo uno de los soldados, su voz resonó a través del casco que se pudo escuchar claramente a través de este. Era ronca y áspera. Era definitivamente, un hombre.

Por instinto de supervivencia, Newt primero se había aferrado a su cuchillo grande (el de Tommy), que se encontraba en uno de sus bolsillos de su pantalón. La voz de otro soldado volvió a llamar su atención, esta vez era de una mujer.—¿Estas sordo acaso? Levanta las manos o te disparamos a la cuenta de tres.

No te vayas de mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora