Parte 23

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Charlotte.

Días después con Newt, unimos más lazos amistosos. En las noches, cuando me dificultaba dormir, el me hacia dormir. Básicamente me mimaba y me sentía segura cuando lo hacia. Todos los pensamiento y preocupaciones se iban en un chasquido. En el pasar de los días, nuestra rutina era casi la misma: comer, entrenar, bromear y algunos jugueteos mas por parte de Newt que por mia. Cada vez que Newt se me acercaba, mi corazón daba un vuelco y mi pulso se volvía loco, deseando y esperando cuando llegaría el maldito día o momento para besarme.

«¿Cuándo, Newt?»

«¿Cuando?»

Después de entrenar por unas cuantas horas. El sol bajaba de a poco. Cuando llegamos a la cabaña. Newt fue a servir un vaso de agua y yo deje mi arco con mi bolso con flechas en una esquina de la habitación.

«Es ahora o nunca, Charlotte.»

Pensé. Estaba temblando porque hace horas pensé en arriesgarme y la ansiedad me estaba ganando. ¿Quien dijo que una chica no podía dar el primer paso?

Cuando el rubio sirvió el vaso con agua y se acerco para entregármelo, supe que esta era mi señal y mi oportunidad. Aquí podían ocurrir dos cosas, y claramente no muy buenas.

O la jodia.

O me rechazaba.

-A la mierda.-dije. Tome el vaso con agua de las manos del rubio y lo deje en la mesa.

Me acerque mas a él, cerré los ojos y lo bese.

Mis labios estaban sobre los suyos. Tardo en reaccionar, pero cuando lo hizo, cerros sus ojos y abrió la boca para corresponderme el beso. Sus palmas bajaron a mi cintura atrayéndome mas hacia él. Coloque mis brazos alrededor de su cuello y enrede mis dedos en su cabello rubio. Fue un beso suave, dulce y delicado. podía oír el rugido de mi pulso en los oídos. Algo inesperado pareció ocurrir entre nosotros y, por un segundo, parecía que no éramos solo unos simples amigos o compañeros de cabaña como pensaba, o me decía a mi misma, e incluso esto parecía disolverse, al comenzar a pensar que ya no éramos ni tan siquiera dos personas sino dos seres. Me gustaba el como sus labios se movían en sincronía con los míos y su lengua buscaba la mia. El como su agarre era firme y su respiración agitada. Me hacia sentir a gusto y segura. Tener tan cerca a Newt, y no digo a centímetros ni pulgadas, tenerlo realmente cerca al punto de que aun no asimilaba que nos estamos besando, era jodidamente embriagador y la cabeza me daba vueltas.

Me aparte para encontrarme con aquellos ojos marrones oscuros. El aire era abochornado. El rubio se relamió los labios mientras yo me apartaba de golpe de él. Newt no tuvo tiempo de reaccionar porque yo ya iba saliendo por la puerta principal de la cabaña. Comencé a caminar con rapidez entre el largo y amplio pasillo lleno de tiendas de campañas de Cranks.

«La cague, lo se.»

Muchos pensamientos pasaban por mi mente, pensamientos como: «no me va a querer volver a ver», «Cuando vuelva a la cabaña todo será jodidamente incomodo» ó «No más entrenamientos por las tardes»

Metí la pata a fondo, pero, ¿Por qué me devolvió el beso?

¿Le gusto? Eso es estúpido, Charlotte. Me ve como una amiga nada más.

Nada más...

¿Cierto?

Seguí caminando, atravesé unas cuantas cabañas luego de la Zona Central y toque la puerta frente a mi en una cabaña en especifico.

Luego de dos minutos, por fin abrieron la puerta.

-¡Char! Que gusto me da verte.-Theo me sonrió. Haciéndome un gesto que pasara.

No te vayas de mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora