Newt.
Saque a Charlotte lo mas rápido posible de esa cabaña. Me tenia bastante cansado el comportamiento de niño inocente de Theodore y del como se creía dueño de Charlotte. Llegamos a la cabaña después de tres detenidas cerca de cualquier basurero o algo para que Charlotte vaciara su estómago borracho. Era increíble el como no se podía ni su propio cuerpo. La tuve que llevar sujeta del brazo todo el viaje. Cuando vomitaba tenia que sujetarla firme para no dejarla caer y de alguna manera, sujetarle también el cabello para que no lo ensuciara.
Apenas llegamos, la recosté en el colchón. Fui por un vaso con agua y se extendí. Ella lo recibió de mala gana y lo bebió sin protestar. Mientras lo hacia, me miraba. Tenia las pupilas dilatadas y sus ojos brillaban mas debido a los efectos del alcohol dentro de ella. Tenia el cabello desordenado y algo de sudor por lo que algunos pelos se adherían a su frente mojada. Pero lo mejor de todo; era que se veía radiante, como siempre.
—Eres un rubio muy mandón—dejo el vaso de agua a un lado y se cruzo de brazos. En verdad parecía una niña pequeña.
—No estas en condiciones de debatir eso ahora, Char.
—Me la estaba pasando bien.
—Si, con un tipo que solo tiene intenciones de besarte y hacerte quien dios sabe—añadí—. Aparte de que se cree tu maldito dueño, Charlotte.
Ella sonrió divertida por todo esto.
—¿Estas celoso, Rubio?—pregunto de la nada y sentí que se me bajo la presión. Me aclare la garganta sin romper el contacto visual.
—Estas divagando, chica del arco. Mejor toma una siesta, la necesitas.
cambie de tema rápidamente. Tal vez no iba a recordar la mayoría de esto mañana así que tampoco podía decirle la verdad, no en este estado.
—No te hagas el tonto, rubio.
—No me hago el tonto—respondí con simpleza—. Solo que no vamos a sincerarnos si estas ebria.
Ella sonrió casi ida.
—No estoy ebria. Si quieres me paro en un pie.
La observe mientras se colocaba de pie pero apenas podía estabilizarse. Ni siquiera pensé que haría tal cosa, pero lo hizo. Vi como cerraba los ojos unos segundos en busca de que sus mareos desaparecieran. Los abrió y me lanzo una mirada engreída seguida de una sonrisa.
—Mira, ya verás que no estoy borracha.—hablo arrastrando las palabras. Estaba autoconvencida que las tres cervezas que tomo, no le habían hecho nada.
Levanto un pie con dificultad tratando de no perder el equilibrio. Lo intento tres veces mas pero aun así no lo lograba. Y aunque estuviera en ese estado que me tenia preocupado, me hizo reír. Se veía linda intentar estar parada en un pie y el como cada vez que lo intentaba: fallaba. Pero era terca y no iba a admitirme que estaba borracha aunque yo ya lo supiera.
Su quinto intento fallo y se enredo con sus propios pies. Me levante rápidamente del colchón y la alcance a sujetar en el aire antes de que aterrizara en el piso. Con una mano en la espalda y la otra firme en su cintura. Ella me miro aun sonriendo.
—El príncipe rescata a la princesa, ¿sabes que viene después?
yo negué con la cabeza manteniendo una sonrisa en mi rostro.
—El beso, Rubio.—dijo como si fuera obvio. Ella cerro los ojos y estiro un poco los labios.
Yo reí. No quería sonar malo riéndome pero fue divertido.
—Char, estas borracha. No te besare si estas en estas condiciones.
—Eres un rubio aburrido.—abrió los ojos y me miro. Tenia la oportunidad de besarla, pero no quería ni debia hacerlo. Estaba ebria y no pensaba con claridad. Se iba a arrepentir mañana de haberme besado y yo de aceptarle el beso en estas condiciones claramente no muy buenas. Sus ojos brillaban y esperaba encontrar algo de decepción por este rechazo. Pero eso no paso, y me alegraba.
—Debo preguntar, ¿Seguirás siendo tan terca para negarme el hecho de que no estas borracha y ahora me pides un beso?—hable en un tono de broma.
—¿Seguirás siendo tan sobreprotector conmigo, rubio?—pregunto.
—Solo si se trata de ti. «Siempre.»
No dijo nada. Solo sonrió y se sonrojo. Empezó a divagar y hablar de cosas que ni siquiera le entendía en los próximos dos minutos. La senté nuevamente en el colchón obligándola de que durmiera, pero tenia mas energía que una niña de cuatro años.
—Char, duérmete de una vez.—la empuje en broma hacia el colchón donde estábamos sentados. La empujaba con suavidad hacia un lado del colchón y volvía a sentarse negándose a dormir. Era divertido de verla.
En una de esas; se calmo y me miro. Solo me miraba con inocencia. Se veía jodidamente tierna y linda. "Mierda, esta chica me tiene mal. Enserio" pensé. No hay día en que no se vea linda, y mas si me mira así...
—¿Paso algo, o te vas a desmayar?—bromee manteniéndome alerta. En una de esas, mi broma salía verdad.
—No...me gusta mirarte y pensar.
—¿Pensar en qué?—pregunte curioso.
—Pensar en que me salvaste y eso te lo agradeceré siempre.—ella me sonrió.
Con sus dos pequeñas manos—y digo pequeñas porque a comparación de las mías. Quedaban grandes—. Coloco ambas en mis mejillas, se acerco y me dio un tierno beso en la punta de la nariz. No me lo espera, y mucho menos el sonrojo que me pego como el olor a la comida recién preparada de sartén. Seguido de eso, me abrazo y yo le devolví el abrazo. Sentí su aliento en mi cuello y se me erizaron los pelos.
—Te amo, Newtie...—la escuche susurrar. Quede algo atónito pero para que no se me notara tanto, la abrace mas fuerte. Pude sentir como enterraba su cara en mi cuello, absorbiendo mi aroma.
—Me... ¿me amas?—pregunté.
—Si, rubio. Te amo...—confesó ella.
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No te vayas de mi lado
MaceraDesde que Thomas y el resto de sus amigos dejo a Newt en el berg, el pensó que estaba perdido. Pero en verdad no era así, no hasta que conoció a una chica, su nueva amiga y compañera de supervivencia, su chica del arco, su todo. Newt se dijo a si mi...