Parte 3

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Había una chica apuntándole con un arco de flecha directo a su cara. Ella tendría un año menos que Newt. Era un poco mas baja que el; vestía con pantalón negro que tenia unos cuantos bolsillos hasta los bordes del muslo antes de llegar a la rodilla; un arne en el muslo derecho con dos dagas que se veían muy filosas y brillantes; una polera corta de mangas que también era negra y se le apegaba a su abdomen plano, pero le cubría todo el estomago; y tenia una apertura con dos botones en la parte del pecho dejando ver algo de su cuello; también llevaba unos guantes de tiro para no herirse los dedos al lanzar las flechas.

«Wow, esta chica si que le gusta el color negro.» pensó, aunque ese pensamiento no disminuyo el miedo que sentía en esos momentos.

—¡¿Quien eres?! Y ¡¿Porque estas en mi cabaña?!—Hablo la chica bruscamente sin bajar su arco de flecha. Su cabello era color castaño oscuro que combinaba con sus ojos, el pelo le caía alrededor de sus hombros, era liso con unas pequeñas ondas, su cara era pálida con algunas pecas salpicadas en sus mejillas y pequeñas pero notorias ojeras entre color azul, negras y rojas debajo de sus ojos. La chica era muy bonita y su mandíbula era firme y marcada como el filo de un cuchillo.

—¿Te comieron la lengua los ratones o los Cranks acaso? Te hice una pregunta. Responde o disparo, y te advierto que tengo buen tiro.—Ella volvió a hablar sacando a Newt de sus pensamientos, no sabia cuanto tiempo llevaba mirándola y examinándola, pero era mejor que empezara a hablar si no quería un flechazo con esa cosa. Ya se había salvado de que los soldados le dispararan con el lanzador, ahora no podía arriesgarse. No otra vez.

—Primero podrías empezar con que bajes esa cosa, Chica del arco. Y luego podremos hablar como gente civilizada.— dijo el rubio, pero al parecer lo empeoro porque la chica tiro más de la cuerda, lista para soltarla.

—Habla, rubio oxigenado. A menos que quieras un lindo tatuaje en el cráneo con mi flecha.—le advirtió ella.

El chico no tuvo mas remedio que decirle la verdad, no toda, solo la parte de que iba caminando por las calles, llegaron unos soldados y lo subieron al camión en la que se transportaron hasta llegar aquí y ahora no tenia un hogar donde pasar la noche.

Ella finalmente bajo el arco pero aun lo mantenía en su mano, solo que no apuntándolo a el.

—Entonces...indirectamente me estas pidiendo que si puedes quedarte aquí.—espeto ella secamente.

—No, no es así... Es...—la chica lo miraba confundida por su selección de palabras no muy claras. Suspiro—. Bien, si. Necesito un alojamiento y ya que estoy aquí me preguntaba si...

—No.—soltó sin que Newt terminara.

—Espera, ¡¿que?!

La chica levanto una ceja y se cruzo de brazos. Ella solo se quedo en silencio y se dirigió hacia una esquina de la habitación donde se suponía que era la cocina había una mesa algo pequeña y tres sillas alrededor de esta, luego tomo una de las cuantas latas de comida que se encontraban apiladas en orden sobre el piso en una esquina y luego se giro hacia Newt.

—Espero que te gusten los frijoles porque es lo único que tengo para darte de comer—ella se dio la vuelta, tomo una olla algo oxidada, abrió la lata con un cuchillo que tenia en el bolsillo del pantalón trasero y vacío el contenido a la olla—. Y cierra la puerta con llave. Estos malditos Cranks olerán la comida y vendrán corriendo a devorarla antes de que nos sentemos a la mesa.

No te vayas de mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora