¿Por qué Tommy vendría aquí? ¿Por qué no lo dejaba lidiar solo con la maldita llamara? ¿Por qué no lo dejaban en paz? Eso era lo único que el pedía: que no lo molestaran, y que se mantuvieran alejados de este lugar y de él.Dos cosas.
Dos simples cosas que sus amigos no pudieron entender.
Por fin se había amigado con la situación y por fin se sentía pleno. Pero no, todo se desbarranco con tal visita. Newt no era un mal agradecido pero era por la seguridad de todos.
Newt finalmente llego al salón de bolos, y ahí se encontraban sus amigos: Minho. Jorge. Tommy y con Brenda de la mano, como a una niña.
El rubio se sintió peor al ver a esos dos tortolitos. No odiaba a Brenda, pero al verla tomada de la mano de Thomas, hacia que su corazón se rompiera en pequeños pedacitos silenciosa y torturosamente.
Newt sabia algo bien claro; habían venido por él. A pesar de todo. A pesar de la nota que les dejo en el berg y el mismo mensaje que le escribió a Tommy. Aquí estaban y no había vuelta atrás.
Empezó a ver luces delante de sus ojos. sentía una ira silenciosa acumularse en su interior. Cada respiración le hacia doler el pecho y solo llenaba la mitad de sus pulmones. El hecho de que la decisión de dejar atrás a sus amigos y al berg había sido casi imposible e insoportable, había hecho lo correcto. Pero ahora se enfrentaba nuevamente a ese dolor de alejar a sus amigos una vez más...
Mas ira se acumulo, apoderándose de él como un humo de un gas venenoso. Por dentro y por fuera, como un cosquilleo poco inusual en su piel. Empezó a temblar y pidió que no se notara mucho para no preocupar a los chicos. Le dolía el pecho, el corazón y la cabeza. Los síntomas anteriores-los que fueron leves-, volvieron a asomarse entre la tinieblas. «¿acaso este era la línea que cruzaba cada persona con el virus antes de llegar a la locura extrema y no salir mas de ahí?» se pregunto el rubio mentalmente. Aquellas personas frente a sus ojos. Sus amigos. Los que conocía mejor que a nadie en el mundo, quería; gritarles, molerlos y destruirlos a golpes. Y ahí supo que la llamada había llegado a un nivel mas alto. Tal vez no un nivel 100% de locura, pero si un 65%, más que a como estaba antes.
Thomas abrió la boca para hablar pero Newt se adelanto. Recordó las palabras extrañas que solían usar en el Área como símbolo de rebelión contra sus captores.
-Maldito larchos. ¡No les deje bien claro lo que quería en la jodida nota!-las palabras salieron automáticamente de la boca de Newt. Sus pulsaciones se hicieron mas rápidas y se sintió como si cobraran vida, mientras empezaban a palpitar de un modo que jamás Newt creyó que podría suceder, un modo sobrenatural. En su sien, detrás de los ojos, en su cuello, en sus muñecas y en su pecho. podía oírlas con claridad.
-Newt, es necesario que hablemos.
Esa voz la reconocía muy bien. Thomas. Su visión aun era nublada pero al menos sus oídos aun le funcionaban, solo un poco debido a los latidos rancios de su mente.
Sintió una sombra sobre sus hombros y que dieron dos pasos.
-No te acerques, Thomas-intento bajar la voz y que sonara mas tranquila, pero esta sonó mas áspera y molesta-. Les deje indirectamente claro que no quería que me vinieran a ver. Estos estúpidos garlopos me encontraron en el Berg, comprobaron que tenia la llamarada, y me trajeron aquí por toda esa mierda de deber cívico.
Las mentiras salieron de su boca tan fluidamente que ni tiempo tuvo para procesar todo lo dicho. En fin de cuentas: la verdad ya no importaba. Necesitaba que se largaran de ahí, a toda costa.
Thomas volvió a hablar. Las palabras se escucharon como el maldito Polo Norte o el mismo Everest de Frío.
-Lamento haberte dejado en la nave, que te hayan atrapado y te trajeran a este lugar. Pero vinimos a recuperarte y sacarte de acá, Newt. A nadie le importa...
«¿Recuperarme? ¿Cómo un maldito juguete?»
Las palabras desaparecieron detrás de una estática ensordecedor, un zumbido que le hacia doler cada vez mas fuerte y avanzaba con fuerza con cada latido, para nada dispuesto a detenerse o callarse para darle lugar a la cordura.
-¡No quiero ser rescatado por ustedes!-Grito perdiendo casi el control total. Recordó que tenia el cuchillo del pelinegro en su pantalón. Lo saco y se aferro a él-. ¿Qué paso con la maldita nota que te deje, Tommy? Se que la leíste en un tiempo no debido. ¡Me traicionaste!
-Newt, yo no haría tal cosa.-dijo Thomas.
-La leíste cuando no debía ser el tiempo debido, ¡Me lo prometiste!-cada palabra salía con mas odio- ¡Todos traicionan a todos! Primero Teresa y ahora tú. ¿Quien seguirá después? ¿Brenda?
Thomas se coloco frente a la chica protegiéndola con su cuerpo. Por un momento, Newt pensó que había quedado sordo, aunque el sonido parecía provenir de todas partes, incluso de su interior. sintió un raro desprendimiento aterrador de la realidad. Como si todo el salón de bolos se estuviera desvaneciendo de la existencia. Moverse era lo único que Newt podía hacer para mantenerse aferrado a ella.
Volteo para enfrentarlos y siguió aferrándose del cuchillo de Tommy, como si fuera un salvavidas. Lo apunto hacia los chicos. Minho levanto las manos y hablo algo que el rubio no pudo descifrar entre el rugido de sus oídos y su mente. Su viejo amigo dio un paso hacia atrás, seguido de que los demás copiaron el mismo movimiento.
Se obligo a recobrar una poco la compostura y alejarse de la ira que nublada su mente. Solo un poco. Tenían que irse, debían hacerlo. Newt no sabia cuanto mas iba a durar antes de que todo empeorara o alguien saliera lastimado.
[CONTINUARA...]
ESTÁS LEYENDO
No te vayas de mi lado
AdventureDesde que Thomas y el resto de sus amigos dejo a Newt en el berg, el pensó que estaba perdido. Pero en verdad no era así, no hasta que conoció a una chica, su nueva amiga y compañera de supervivencia, su chica del arco, su todo. Newt se dijo a si mi...