Parte 8

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Los días pasaban. Charlotte y Newt se hicieron mas amigos. No eran tan apegados o con demasiada confianza pero, a Newt le encanta molestar a Charlotte con su encanto.

—Vamos Char, admite que te gusta convivir con este rubio tan lindo.—bromeo Newt mientras comían cereales con leche.

Newt siempre tenia esa pregunta presente en su mente, el «¿Cómo tenia toda esta comida, si parecía que nadie mas la tenia?»

La chica casi se atraganto mientras comía, a lo que Newt se rio mientras le daba palmaditas en la espalda.

—Maldito rubio egocéntrico.— refunfuño, y le lanzo una miraba asesina a Newt.

***

Mas tarde. El humor de Newt cambio radicalmente, más bien era la llamarada lo que le estaba afectando.

Su mente estaba alterada.

Le temblaba todo el cuerpo.

sentía ira, y no sabia el: ¿Por qué o que?

Tenia muchos pensamientos por minuto. Pensamientos que le carcomían el cerebro pero no sentía ningún remordimiento.

No quería que: le hablaran, tocaran o lo miran.

Hace una hora mas menos, Charlotte le quiso hablar, de hecho lo hizo y le pregunto que si se encontraba bien. Pero Newt sintió mas ira y le grito. No quería hacerlo, pero lo hizo.

La chica se alejo de el y no le dijo nada. No parecía dolida pero en el fondo si fue un golpe duro y bajo. Sin mas, Charlotte tomo su arco y sus flechas—creadas por ella misma con palos—, y salió de la cabaña dándole un fuerte puertazo que la ventana con el pequeño trizado, llego a retumbar.

Dos horas mas tarde.

Charlotte llego de entrenar—más bien era para dejar a Newt y su mente loca en paz—. Ella lo encontró durmiendo en el colchón, arropado con su mantita rosa. Ella sabia lo que era tener que lidiar con alguien que le consumía la cabeza un maldito virus.

La chica no hizo más que sentarse en una de las sillas junto a la mesa y comer algo. Largos minutos después: Newt por fin despertó.

El chico se sentó en el colchón y miro a Charlotte quien lo miraba sin ninguna expresión en la cara.

—¿Quieres comer algo?—murmuro la chica. Newt negó con la cabeza levemente debido a que esta le dolía como el infierno.

El chico sentía una fuerte presión detrás de los ojos y en toda la cabeza. Sus pensamientos eran como una maldita montaña rusa.

No hablo. Se veía como si tampoco lo haría en un buen lapso de tiempo. Se llevo las rodillas al pecho, sujetándose los lados de la cabeza con ambas manos. El dolor era tan punzante, fuerte y doloroso, que le producían náuseas y mareos fuertes. La poca cordura le quedaba, la mantenía a flote, ya que no quería asustar a Charlotte. En su garganta, ahogo gritos y palabras horribles que quería dejar salir. Desde que le dijeron que no era inmune a la llamarada, esta jamás presento este tipo de síntomas. No hasta ahora.

«Solo necesito descansar más, tal vez así, esta mierda se me pase cuando despierte nuevamente.»

Newt volvió a recostarse en el colchón, tapando toda su cara y gran parte de la cabeza con la mantita, y una vez mas: se volvió a dormir.

No te vayas de mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora