Parte 22

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Pasaron alrededor de tres a cuatro horas hasta que su pulso regreso a la normalidad y la neblina en sus ojos se cristalizara en claridad, a medida que el rugido en sus oídos se transformara en silencio. De algún modo había regresado a la cabaña, aunque no sabia como lo había hecho. Al llegar se dio cuenta que Charlotte aun no almorzaba y que tal vez ya estaba fría la comida. La chica estaba sentada en la mesa esperándolo pero se levanto al instante al ver el rostro de Newt. Tenia los ojos hinchados y algo rojos, aun temblaba levemente.

Charlotte se acerco a Newt quien no tenia ganas de hablar ni recodar lo que había pasados horas atrás.

—Newt...

—¿Por qué no comiste? Te dije que no me esperaras.—dijo el rubio conteniendo las lagrimas. Tenia un nudo en la garganta y no miro a Charlotte. No quería que lo viera jodidamente vulnerable.

La chica se acerco mas a él y coloco ambas manos en sus mejillas para hacerlo mirar.

—Newt....—hablo ella con suavidad. Una lagrima se resbalo por la mejilla del chico. Charlotte lo abrazo de tal manera que el se sintió seguro y protegido. Como cuando una madre abraza a sus hijos a mitad de la noche por una pesadilla demasiado real.

Una vez mas, Newt colapso. Colapso en brazos de Charlotte.

Lloro y lloro mientras ella lo calmaba y le brindaba todo su apoyo. Newt no soportaba tanto, y eso que el soportaba todo, pero esta vez paso su límite. Ver a sus amigos ahí que le pidieran regresar al berg con ellos. Tener que apuntarle con el cuchillo a su viejo amigo Minho, perder casi el control total de la situación y ver a Tommy como se giro hacia él antes de darle la espalda y salir de la sala de bolos. Joder... esa escena fue de las peores para Newt.

El chico pudo sentir su tristeza irradiar del cuerpo de Thomas.

Un dolor tan profundo que hacia doler cada hueso dentro de él y lo volvía loco el no poder hacer algo a cambio. Algo en que Thomas creyera que Newt estaría bien sin ellos.

Sin Tommy.

Pero eso ya cambio, y era muy tarde hasta entonces...

Charlotte se sentó en el colchón y Newt recostó su cabeza en el regazo de ella. Newt miraba el techo con los pensamientos flotando en el aire de su mente y mas lagrimas se deslizaban por los bordes de sus ojos silenciosamente. Charlotte le acariciaba el cabello rubio suave con una mano, mientras que con la otra le sobaba el pecho. Estuvieron así unos 25 minutos más.

Newt finalmente se calmo pero aun tenia la mirada perdida y fija en el techo de la cabaña.

—Perdón, Char...—murmuro Newt.

—¿Perdón porque?

—Por esta estupidez...

—Si te refieres por llorar en mi hombro, no te disculpes.

—Pero Char...—Newt iba empezar a hablar nuevamente, pero la ondulada se le adelanto.

—No. Esto no es una estupidez, Newt—aclaro y continuo—. No deberías sentirte avergonzado, vulnerable o algo por el estilo porque lloras o porque lo hiciste frente a mi. De hecho nadie debería sentirse así, porque es algo normal el desahogarse y no guardarse ninguna mierda hasta que te consuma y te carcoma el jodido cerebro.

Newt la miro por primera vez después de muchos minutos. Ella tenia razón y la admiraba. Mucho.

—La sociedad es una mierda porque dicen que si los hombres lloran son maricones y porque si las chicas lloran son muy sensibles—espeto ella—. Somos seres humanos, ¡joder! Tenemos sentimientos y emociones que necesitamos dejar salir y demostrar. No somos unos malditos robos. ¡Somos humanos, como todos!

Ella siguió.

—No te tienes que avergonzar por algo tan normal como llorar o llorar frente a una chica, frente a mi. En total de cuentas; yo también lo hice contigo y esta bien. No me arrepiento porque me diste el apoyo, la protección y el consuelo necesario. Un consuelo que necesitaba desde hace mucho pero jamás lo obtuve. Claro, hasta que llegaste tu, mi rubio...—ella le dio una cálida sonrisa.

Los ojos de Newt se llenaron de agua nuevamente. Asintió y se volteo hacia Charlotte. Envolvió sus brazos en la parte baja de la cintura de ella, acerco su cara hacia su abdomen, enterrando su cara ahi, y la abrazo. Aspiro la fragancia femenina de Char, que lo hacia sentir embriagado y en paz.

La chica le volvió a hacer mimos en el cabello al rubio, con una sonrisa en la cara.

—Gracias...—susurro Newt y se durmió en esa misma posición.

Era increíble el hecho de pensar que Newt y Charlotte terminarían siendo la cura del otro.

Tal vez no la cura para la llamarada.

Pero si la cura para aquel corazón roto...


No te vayas de mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora