Parte 36

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Narrador omnisciente.

La chica se quedo todo el rato a lado del rubio. Jamás se movió para no despertarlo. Sabia que lo que él estaba atravesando era más difícil de lo que uno pensaba. Charlotte espero pacientemente a que el rubio volviera a la conciencia con la esperanza de que hubiera alguna mejoría. Pero para su mala suerte: se vio igual de mal a como unos minutos atrás.

Newt empezó a despertar algo desorientado. Sus ojos se empezaban a adaptar a la luz que entraba por las ventanas trizadas y rotas. Se sentó derecho con rapidez buscando a la ondulada, que para su sorpresa, estaba al lado de él.

Charlotte lo miro y le tomo el brazo con suavidad para que Newt se calmara. Ella pudo ver que se altero un poco pero se calmo casi al instante al sentir su tacto.

—Hey... esta bien. ¿Cómo te sientes?—era una pregunta estúpida a como se veía el chico. algunos pelos rubios aun pegados a su frente, las venas azules algo más marcadas que hace minutos, unas ojeras entre rojas y moradas resaltaban en su pálida piel,  y con cada segundo que pasaba no se veía muy bien, o la mejoría era nula.

—Terrible.—se sincero Newt. Ambos sabían que mentir a estas alturas no serviría de nada, y tampoco atrasaría las cosas que sucederían más adelante.

Newt se volvió a alterar cuando toco por fuera la parte de su bolsillo y no sentía algo. Le faltaba algo dentro del bolsillo: El cuchillo...

El rubio se giro con rapidez buscando donde lo había guardado o tal vez caído. Charlotte se aparto un poco cuando el chico se levanto del piso buscando algo que ella desconocía.

A unos pocos metros de ambos, se pudo observar el objeto que Newt buscaba. El chico camino hacia el y lo recogió del piso como el objeto más delicado del mundo— aunque no era un objeto delicado, pero era si era el más preciado—. Lo sostuvo entre sus manos, mirándolo, sintiéndolo, y canalizando la energía. Aunque se escuche raro, ese cuchillo guardaba una energía que era la de Thomas, por lo que se sentía bien a ver guardado ese recuerdo de su mejor amigo...

 —¿Por qué siempre te aferras a ese cuchillo?—pregunto curiosamente la chica, quien estaba a espaldas del rubio.

La pregunta hizo que el corazón de Newt se acelerara. Una simple pregunta sobre un tonto cuchillo. Pero para él, era más que un tonto cuchillo. Podría mentir al respecto, pero no lo iba a hacer.

—Por Tommy...—respondió Newt. Y se giro hacia Charlotte quien camino hacia una góndola para buscar comida y guardarla en la mochila—aquel chico nos saco de ese maldito laberinto.

«Y también ocasiono caos con su llegada y su maldito plan de crear ese infernal lugar.»

Newt sacudió la cabeza por ese repentino pensamiento de odio. La llamara lo consumiría en un par de días.

Era obvio.

—Thomas fue... digamos que un amor imposible.—Confeso él. Charlotte solo lo miro y asintió sin juzgarlo ni nada. Por eso amaba a esa chica.

—¿Creaste sentimientos por alguien a quien no te correspondía pero ya era muy tarde para saberlo?

El chico asintió.

Ella le había dado en el clavo. Thomas jamás sintió algo por Newt, y eso dolía. Pero, ¿Por qué tanta tensión entre ellos? ¿Por qué tantas miradas desviabas y nerviosas de parte de Thomas hacia Newt? ¿Por qué? habían tantas cosas que hacían dudar si los sentimientos de Newt en verdad no eran correspondidos hacia Thomas.

—Dime, ¿Qué pasa con el laberinto? ¿El área?—pregunto Char—¿Cómo se sintió vivir ahí?

Una punzada en el pecho empezó a sentir el rubio. Charlotte no tenia la culpa de esas preguntas inofensivas. Para ella solo eran preguntas, pero para Newt: eran preguntas dolorosas que les dejaba un vacío cada vez que las pensaba y recordaba los buenos y malos momentos en el Área junto con los chicos.

No te vayas de mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora