XXIII

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Como siempre, les comparto una canción. Si gustan pueden escucharla mientras leen el capítulo🤍

🕊✧☁♡ A L O N E  ♡ ☁✧ 🕊

Era mediodía, Jimin lo sabía porque a esa hora escuchaba llegar a mamá.

Llevaba días sin comer, días sin poder dormir bien. No había tenido tiempo de procesar nada de lo que había pasado, no entendía por qué seguía encerrado en su habitación.

¿Cuál había sido su error?

Ya no le quedaban lágrimas por derramar, Kero tampoco había podido comer bien, dormía todo el día. Parecía aturdido.

Jimin quería acabar con todo de una vez.

Mamá siempre llegaba a cierta hora del día a dejarle comida. Cuando escuchó pasos acercarse supo de inmediato que ese momento había llegado.

La vio entrar a su habitación con el rostro serio. No le dirigió la mirada al igual que los días anteriores. Dejó la bandeja de comida sobre la cama y se dispuso a salir por la puerta.

- Mamá, espera. – Jimin se había movido para tomarle la mano haciendo que se detenga – mamá sácame de aquí por favor. – soltó al borde de las lágrimas – hablemos, no se que está pasando. Por favor. – suplicó.

La señora cerró sus ojos respirando lento, su primer instinto había sido abofetearlo, pero se contuvo.

- ¿Para que quieres salir? ¿Para denunciarme? ¿O para denunciarlo a él y hacerme perder mi trabajo? ¡¿Eh?! – se giró y con un tirón soltó su agarre. – piensa un poco Jimin.

- ¿Qué? No, mamá no voy a denunciarte. – Jimin tenía la cara empapada – mamá él intentó abusar de mi y luego de eso me encerraste aquí no-

- ¡Cállate! Esto lo hago por nuestro bien, ¿no entiendes?

- No, no entiendo mamá – susurró.

- ¿No podías quedarte callado? ¿Sabes cuánto dinero nos hubiese dado si hubieras cooperado? ¡Me hiciste perder al cliente más importante! – el entrecejo de la señora estaba fruncido, su rostro estaba rojo. Estaba enojada.

- Q-que – Jimin no podía creer lo que acababa de escuchar. – ¿querías vender a tu hijo?

- Ay Jimin por favor, a veces tenemos que sacrificarnos por la familia. – la mujer se encogió de hombros. – logré hablar con él, dentro de estos días va a volver y tú vas a cooperar esta vez ¿entendido?

- Que mierda estás hablando. – Jimin susurró con la cara empapada. - ¡¿Qué mierda estás hablando?! – le gritó cerca de su rostro con las manos en la cabeza. A este punto el rubio sentía que enloquecería. Todo lo que había escuchado parecía ser una broma de mal gusto. Su madre había enloquecido absolutamente. – ¡Soy tu hijo joder! ¡Que mierda tienes en la cabeza!

- ¡No me grites! – Jimin sintió un golpe en el rostro, luego otro y otro. Sus mejillas ardían y su pecho apretaba – te vas a quedar aquí y cuando vuelva estarás calladito y cooperando ¿escuchaste bien? – la mujer se acercó hasta la puerta para cerrarla.

Jimin supo que si lo encerraba otra vez sería su fin.

Antes de que la puerta fuera cerrada la jaló hacia atrás haciendo que su madre retrocediera de golpe.

- ¿Qué crees que haces? – los ojos de la madre habían cambiado por completo. Estaban negros y oscuros, la vena de su frente se marcaba notoriamente y lo miraba con ojos grandes.

Jimin sintió miedo.

La vio sacar un cigarrillo y prenderlo, caló una vez sin dejar de mirarlo.

- Vi los mansajes de tu teléfono. – Jimin arrugó el entrecejo. – ese tal Jungkook, ¿es un Jeon? - ¿Jungkook? ¿Y cómo sabía su apellido? – Me saliste maricón y encima te ves con un Jeon a mis espaldas. – la hoyó decir luego de soltar el humo. - Quítate la polera.

A L O N E ~ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora