¿Estar solo es igual a sentirse solo? ¿Por que Jimin se sentía solo la mayor parte del tiempo? Vivía con su madre pero eso parecía no importarle a ella. ¿Realmente su madre lo quería? Parecía que Jimin no le importaba a nadie.
Menos a ese Pelinegro...
Esa mañana, Jimin despertó con más energía de la habitual. Abrió los ojos y lo primero que hizo fue saltar de la cama para sacar el brazo por la ventana, asegurándose de si hacia frío o calor y poder elegir un outfit adecuado. Habían días en donde le gustaba sentirse bonito, combinar su ropa y accesorios, tal vez usar un poco de maquillaje siempre y cuando su madre no lo vea claro. Hoy era uno de esos días.
Corrió rápidamente a la ducha mientras dejaba remojando su cereal en leche. Lavó su cuerpo y cabello y 5 minutos después estaba corriendo por su casa con una toalla puesta para vestirse rápidamente puesto que sentía que se congelaría. Como outfit eligió una camisa azul a cuadros y unos jeans oversize. Tomó sus zapatillas y estaba por ponérselas cuando su gatito llegó maullando al dormitorio
- ¡Ay Kero perdóname! – salió corriendo de la habitación – olvidé tu comida, ten – llenó su plato de comida y corrió nuevamente a por sus zapatillas. Luego de colocarlas tomó unos aros que no usaba desde hace tiempo y los puso en sus orejas. Observó por un momento el collar que se había autorregalado para su cumpleaños anterior que jamás usó y lo puso alrededor de su cuello. Maquilló solo un poco las esquinas de sus parpados y aplicó brillo labial. Se sentía bonito esa mañana.
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Tomó el bowl con el cereal ya blandito por la leche y en 2 sorbos lo había vaciado, corrió nuevamente al baño y cepilló sus dientes otra vez. Metió las llaves y lo que necesitara a su tote bag y salió de casa sin antes darle un besito a Kero. Era el primer día que iba contento a su trabajo del mes y medio que llevaba allí.
Al llegar al lugar, se dio cuenta que Jackson no se encontraba, solo estaban sus demás compañeros conversando en el sector de la escalera que daba al segundo piso de la bodega. Decidió saludarlos como se debía, quizás intentar tener una buena relación no era tan malo como creía.
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