VII

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Tenía muchas ganas de llegar a casa y dormir por horas. Se sentía mental y físicamente agotado.

Había decidido que al llegar a casa se prepararía un poco de ramen instantáneo que le había sobrado y tal vez vería alguna serie de Netflix. Jimin disfrutaba mucho esos panoramas, sin embargo, hace mucho que no los hacía.

Fue extraño para él llegar y que la música proveniente de su casa se escuchara desde una cuadra de distancia. Pero mayor fue su sorpresa cuando entró a su hogar y vio botellas vacías regadas por la alfombra. El lugar olía a alcohol y cigarrillo. ¿Eso era marihuana?

 ¿Eso era marihuana?

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Saludó rápidamente a su tía y a su mamá y se dirigió a su cuarto

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Saludó rápidamente a su tía y a su mamá y se dirigió a su cuarto. Su tía no era su persona favorita en el mundo. Pero Jimin creía que era como todas las tías. Siempre le hacia comentarios despectivos, su hija estudiaba derecho y él ni siquiera había postulado a la Universidad. Su hija estaba por casarse y el jamás había presentado una novia en la familia. Pero por mas que a Jimin le molestara todo eso, jamás le respondía de mala forma. Porque a pesar de todo es su familia.

Al llegar a su cuarto se sacó su mochila y la sudadera. Cogió el plato del agua de Kero y lo rellenó con agua, tomó un poco de comida y movió el plato para que el gatito llegara. Siempre se escondía y al escuchar su comida salía ronroneando. Pero esta vez no fue así. Kero no llegó.
Rápidamente se agachó para revisar debajo de su cama y nada. Revisó el armario, detras de la cortina, miró afuera de su ventana tal vez estaba por ahí. Pero no se veía por ningún lado.

"nononono esto no está pasando"

Ni siquiera se dio cuenta en que momento había llegado corriendo a la sala donde se encontraba su mamá y su tía. Ambas con un cigarrillo encendido en la mano y riéndose de quien sabe que cosa. Ni siquiera habían notado su presencia. Otra vez.

- Mamá Kero no está – su respiración entre cortada y su rostro pálido ni siquiera inmutaron a su madre

- ¿Kero? ¿Quién es Kero? - Dijo con una sonrisa en la cara

- ¿Tenías otro hijo y no me contaste Em? – ambas soltaron una carcajada y Jimin sentía que cada vez le entraba menos aire

- Mamá no estoy jugando ¿Dónde está?

- ¿Y por qué crees que yo sé? ¿No eres tú el responsable de ese gato?

- ¿"Kero"? ¿Acaso no es el gato amarillo de Jimin? – Dijo la señora que yacía en la mesa con su mano apoyando su mentón

- ¡Sí! Así es mi gatito ¿lo ha visto?

- la mujer se tomó un tiempo para pensarlo -Mm, no. Ay no espera, ay no Em, ¿Acaso no era ese el gato que estaba en la calle hace un rato?

- ¡No no no no mamá Kero no sabe estar en la calle por eso no puede salir!

- ¿Disculpa? – De pronto la mirada de su madre había cambiado por completo -

- ¿Lo dejaste salir? ¡Kero no sale de mi habiatación ni molesta en nada! Tuviste que abrir mi puerta para que escapara

- Oye mocoso de mierda, ¿Quien te crees que eres para gritarme? No olvides nunca que yo soy tu madre Jimin ¿Me entiendes? Ahora como tanto te gusta mantener la puerta de tu habitación cerrada. Vas a ir allí y te encerrarás, y si ese gato de mierda decide no volver entonces no volverá y punto.

- N-no mamá, tengo que salir a buscarlo

- ¿No me escuchaste? ¿Acaso no ves lo que tengo en la mano? ¿eh? – A este punto la madre de Jimin tenía su mano apretando sus mejillas. Misma mano con la que sostenía su cigarrillo, de manera que este quedara frente a su ojo izquierdo. Estaba lo suficientemente cerca de él como para que le quemara al más mínimo movimiento y Jimin se asustó.

Se aguantó lo más que pudo las ganas de llorar y tomando un respiro hondo se dirigió a su cuarto.

Si Jimin hubiese tenido un poco de suerte y hubiera llegado 10 minutos antes, hubiese visto como su madre dejaba a su gato afuera apropósito a pesar de que el minino lloraba por entrar. Pero Jimin no creía en la suerte.

Esa noche, Jimin durmió sin Kero por primera vez. 

Esa noche, fue la primera noche donde sus pesadillas no lo dejaron dormir. 

A L O N E ~ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora