A L O N E ~ Kookmin

XXIV

Como ya es de costumbre, les dejo una canción con la que pueden leer el capítulo de hoy🖤

🕊✧☁♡ A L O N E ♡ ☁✧ 🕊

El pelinegro yacía expectante esperando a que la puerta frente a él sea abierta. Sintió sonar el cerrojo y luego de eso un rubio con una expresión apagada apareció frente a él.

Jimin tenía la mirada caída y sus parpados hinchados, estaba pálido.

Se cubría el cuerpo aún húmedo con una toalla y cuando abrió la boca para hablar su rostro se transformó en una mueca de dolor. Sus lágrimas batallaban por salir y mientras más se esforzaba por no dejarlas escapar frente a Jungkook, más sentía como su garganta le quemaba.

Estaba adolorido, tenía moretones en todo el cuerpo, los rasguños que se había hecho en los brazos le ardían.

Su pecho apretaba.

Su alma dolía.

- E-es que no puedo. – soltó en un susurro dolido, llevando una de sus manos a su rostro. Ya no quería que Jungkook lo siga viendo así.

- Oh, cariño. – Jungkook se acercó a él – estoy aquí – lo abrazó pegando sus labios en su frente. Dejaba pequeños besitos allí mientras movía su mano de arriba hacia abajo por la espalda del más pequeño – Kero está aquí contigo también. Todo va a mejorar, te lo prometo.

Jimin asintió en silencio.

Cuando Jungkook lo abrazaba de esa forma, casi sin dejarle espacio para respirar se sentía reconfortado. Era como si lo encerrara en una burbuja de calidez y protección. Estar tan cerca de él le permitía percibir su aroma perfectamente. En el momento en que sintió las caricias en su espalda y los labios del pelinegro rozar su frente reiteradas veces se dejó ir. Aquello lo estaba relajando, quería que Jungkook siguiera haciendo eso el resto del día, sin separarse de él absolutamente para nada.

- Quiero dormir – musitó sin alejarse del pelinegro.

- Ve a la habitación. Espérame ahí, te llevaré algo de comer. – Jungkook dejó un último beso en su frente, esta vez un poco más largo que los anteriores y se alejó de Jimin para prepararle una bandeja con comida.

El rubio caminó a paso lento hasta la habitación del más alto. Encima de la cama le había dejado el mismo pijama que usó la otra noche, por el que se había molestado. Esta vez agradeció en su interior que se lo prestase otra vez, se sentía suave y calentito durmiendo en él.

Terminó de secarse, tomó las prendas y se las puso. Abrió la cama, se metió en ella cubriéndose con las mantas hasta las mejillas. Su nariz chocaba con las sábanas y se dio cuenta de que tenían levemente el aroma de Jungkook. Olfateó un poco llenando sus fosas nasales con aquel olor, y se acomodó mejor en el lugar para disponerse a dormir. Sus parpados comenzaban a pesar cuando escuchó a Jungkook llegar al lugar. Observó como dejaba la bandeja con comida en la mesita de noche y se sentó al lado de él hundiendo un poco la cama. 

Jimin no se movió, no tenía energía para comer, solo quería dormir.

- Bello durmiente, tienes que comer algo primero.

- No quiero – respondió perezoso escondiendo su rostro en las sábanas. Jungkook entrecerró los ojos.

- Es una pena que se pierda lo que preparé con tanto amor. – fingió un puchero tratando de parecer triste.

Jimin subió un poco el rostro para observarlo solo con un ojo desde el lugar.

- ¿Preparaste algo rico? – preguntó curioso.