A L O N E ~ Kookmin

XXXII

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Estaban desnudos. Ambos contemplándose a la luz de la luna.

Jungkook tomó su rostro para besarlo, Jimin subió sus manos hasta la nuca del más alto y cuando sus cuerpos se rozaron y pudieron sentir sus erecciones frotarse piel con piel, fue una sensación exquisita para ambos.

- Quiero cuidarte Jimin - jadeó Jungkook - déjame hacerlo.

- Hazlo, Jungkook - Jimin respondió de la misma forma.

Entonces Jungkook se dejó caer lentamente de rodillas al suelo, elevó su mirada y cuando Jimin posó una mano sobre su cabello, lo sintió como luz verde para acercar su boca lentamente a uno de sus muslos.

Aquellos muslos tan exquisitos con los que había fantaseado alguna vez, los tenía desnudos frente a él. No desaprovechó la oportunidad para besarlos. Los besó y mordió, asegurándose de que le quedaran marcas, anhelaba ver los muslos de Jimin con sus marcas.

Con sus manos delineó sus pies, subió por sus pantorrilas rozando la piel blanquecina con la yema de sus dedos, pasó por sus muslos y se desvió a los gluteos desnudos de Jimin.

Subió un poco su rostro hasta quedar frente al miembro erecto y nuevamente elevó su mirada esperando aprobación.

Cuando vio a Jimin asentir lentamente, acercó su boca hasta la ingle, donde besó y succionó mientras que con sus manos presionaba su trasero para atraer más el cuerpo del rubio hacia él.

- J-jungkook, s-sigue.

El pelinegro sentía su cuerpo arder, tenía a Jimin frente a él, totalmente desnudo y le estaba costando mantener la cordura.

Sacó su lengua y la llevó hasta el glande del menor, la pasó por allí y en cuanto lo hizo, elevó la mirada viendo como Jimin tenía la cabeza hacia atrás.

Ya no aguantaba más.

Movió sus manos que estaban en el trasero del rubio y las pasó por su abdomen subiendolas hasta sus pechos.

Gimió con el miembro del más pequeño en su boca y ahuecando sus mejillas succionó mientras que sus manos jugaban con los botones duros del mas bajo. Apretaron y tiraron de ellos a la vez que hundía el miembro de Jimin en su garganta.

Vio sus piernas temblar y escuchó jadeos salir de su boca.

- Aah J-jungkook, suficiente - Jimin se removió - se siente extraño.

El pelinegro se paró quedando nuevamente a su altura y tomó su nuca atrapándolo en un beso.

- Pruébate - gruñó en medio del beso. Pasaba su lengua por sus labios y luego la entraba para rozarla con la del más bajo. - eres absolutamente delicioso, Jimin.

Bajó su mano hasta el miembro del rubio y comenzó a acariciarlo de arriba a abajo.

Sentir a Jimin gemir en su boca, fue una de las sensaciones más excitantes que Jungkook había experimentado en su vida.

Jimin llevó su mano al miembro del más alto imitando su acción y escuchó un gruñido en respuesta.

Aquello lo humedeció.

La mano derecha de Jungkook viajó hasta la mandíbula del rubio que lo veía con ojos perezosos, estaban rasgados por la excitación, su respiración entrecortada, sus mejillas sonrojadas, sus labios rojos e hinchados...

Era un maldito espéctaculo sexual.

Pasó su pulgar por el labio inferior de Jimin, lo estaba provocando.