No olvidaré la razón por la que empecé con esto. Asique trataré de volver con las actualizaciones diarias. Espero les sirva a ustedes también para salir un poco de la rutina y distraerse con algo que disfruten🖤.
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Cuando salió de la habitación y pasó frente a la mesa donde estaban los demás, no quiso mirar a nadie. No quería hablar con ninguno de ellos, tampoco quería hablar con Jungkook.
Estaba enojado con Namjoon, con él mismo, con el mundo y con la vida. Estaba cansado y molesto de ser siempre el débil a quien tienen que defender, de ser al que primero humillan y menosprecian porque saben que no se va a defender.
Tenía rabia.
Caminó con su ceño y nariz arrugada, sus manos vueltas pequeños puños. Bajó por el ascensor y cuando salió de este, caminó hacia la salida. Ignoró por completo a Henry, el conserje que siempre había sido amable con él.
Jimin estaba enojado, no tenía ánimos ni energía para fingir ser amable.
Caminó con las manos metidas en los bolsillos de su sudadera gris, mientras que en el departamento donde había estado hace unos minutos atrás se oían vidrios ser quebrados.
Era Jungkook.
Cuando lograron apartarlo un poco, lanzó con fuerza la botella con la que amenzaba a Namjoon, estrellándola en la pared justo al lado de la cabeza de este.
- ¿Cuanto tiempo duraste conteniendote? ¿Dos años? ¿Tres? - Namjoon seguía con su postura arrogante - ¿No extrañaban al gallito de pelea? - preguntó mirando a los demás aún con su espalda pegada a la pared.
Taehyung y Jin, quienes sostenían a Jungkook solo miraban a Namjoon con miradas serias. Suga estaba de brazos cruzados y con una ceja alzada mirando el espectáculo, esperando cualquier señal para interferir. No se podía negar asimismo que esto le divertía un poco, extrañaba los días donde se divertía con Jungkook.
Jung Hoseok solo revolvía cosas en la cocina con nerviosismo. Buscaba hierbas para hacerle un té a Jungkook y a Namjoon para poder calmarlos.
- No te reconozco, Namjoon - habló el pelinegro tratando de calmar su respiración.
- No. - Negó el peligris - yo no te reconozco a ti. ¿No te das cuenta lo que estás haciendo? - cuestionó llevándo su índice a su cien.Jungkook arrugó su entrecejo sin entender.
- Cuidas a este chico como si fueras su guardaespaldas. De pronto aparece un rubio y lo pones como prioridad sin saber absolutamente nada de él.
- ¿Acaso sabes algo que yo no? ¿Eh? Venga dime - insistió Jungkook.
- Yo no se nada - negó Namjoon - pero si creo algunas cosas - apretó su mandíbula - creo que en el fondo te sigues sintiendo culpable, - esta vez apuntó con su dedo hacia Jungkook - creo que te aferraste a la primera alma en desgracia que encontraste para hacer lo que no fuiste capaz de hacer años atrás. Pero adivina qué-
- ¡Cállate! - lo interrumpió - ¡No tienes ni puta idea de lo que estás hablando! - Jungkook no le gritaba a Namjoon con rabia. Jungkook se estaba rompiendo.
- ¡Leia está muerta! - fue Namjoon quien alzó la voz esta vez.
- Cállate - pidió con voz rota.
- Jimin jamás va a ocupar su lugar.
Jungkook podía ser el mortal más hijo de puta que pisaría esta tierra, era la persona con más odio y rencor guardado en el fondo de su alma. Si lastimas a alguien que él quiere es capaz de convertir tu existencia en una miseria aunque le cueste 10 años conseguirlo.
Pero sí había algo que podía romperlo por completo... la muerte de su hermana... y que sus seres queridos se lo restrieguen en la cara.
Como Namjoon lo estaba haciendo.
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A L O N E ~ Kookmin
Hayran Kurgu¿Estar solo es igual a sentirse solo? ¿Por que Jimin se sentía solo la mayor parte del tiempo? Vivía con su madre pero eso parecía no importarle a ella. ¿Realmente su madre lo quería? Parecía que Jimin no le importaba a nadie. Menos a ese Pelinegro...