- ¿Y Jimin dónde está? – un nervioso pelinegro miraba detrás de su amigo buscando a un rubio pequeño.
- Está en el auto, se quedó dormido.
- Bien – hizo el amague de correr, pero Namjoon le tomó el brazo para detenerlo.
- ¿Qué tienes con él?
- ¿Disculpa? – Jungkook entrecerró sus ojos frunciendo el ceño.
- No me malentiendas. Quiero cuidarte Jungkook. Me preocupa porque ese niñito huele a problemas. No creo que sea bueno que lo sigas viendo.
- Pues no te preocupes tanto. Recién lo estoy conociendo, pero te aseguro que es buen chico. Además, lo que tenga o no con él no es tu problema. – Jungkook quitó su brazo con algo de fuerza del agarre de Namjoon y le miró serio. No le gustaba la actitud que estaba teniendo respecto a Jimin.
- Somos amigos y soy como tu familia al igual que tú para mí. Sé lo que es mejor para ti y créeme cuando te digo que él te va a traer problemas. Explícame sino ¿por qué acude a alguien que recién conoce cuando le pasa la mínima cosa? Lo encontré llorando en la playa Jungkook. Tú no eres niñero de nadie.
- Somos familia, pero reconoce los límites y quédate en ellos – Jungkook frunció el ceño. - soy libre de relacionarme con quien yo quiera. Y si él necesita mi ayuda entonces se la daré. No hagamos esto más grande Namjoon. Gracias por el favor, pero no necesito terapia hoy.
Dicho lo último caminó rápido hasta el auto del hombre que le miraba con el entrecejo fruncido. Abrió la puerta de copiloto y se encontró a Jimin durmiendo en el asiento. Su mejilla se aplastaba y sus labios se veían abultados. Lo despertó de a poco y le ayudó a bajar.
Se despidió de Namjoon alzando un poco su mentón y se adentraron al lugar. Seguía molesto con su amigo por la actitud que había tenido. Nunca se había entrometido en sus relaciones interpersonales y no entendía porqué lo hacía ahora.
- ¿Dónde estamos? – susurró Jimin observando el lugar aun medio dormido. Habían muchas mesas y en el centro de esta un pequeño escenario con un micrófono. Tenía una especie de rocola al costado. Asumió que era un karaoke, pero estaba vacío.
- Es mi rocola. Vengo a cantarle a mis señoras todos los viernes. Al parecer a su edad no trasnochan asique mi espectáculo termina temprano. Ven siéntate - le acomodó una silla para que se sentara mientras acercaba otra para quedar a su lado.
- ¿Vienes a cantarle a señoras?
- Claro que sí.
- Entonces tienes otro trabajo o....
- No no, me gusta mucho cantar y a ellas parece gustarles mi voz asique vengo aquí. Es mi pasatiempo, lo disfruto mucho y me desconecta un poco de todo. - Jungkook lo observaba con el codo en la mesa y su mano sosteniendo su cabeza. Vio sus ojitos hinchados y su mirada estaba triste otra vez. Llevó su mano libre a su mejilla y acarició levemente - ¿tu como estás?
Jimin subió sus hombros y antes de responder ya tenía su cara empapada con lágrimas.
- Ven aquí, no llores – Jungkook lo tomó en un abrazo
- Soy un tonto.
- No eres tonto Jimin.
- No se cuando aprenderé a defenderme, siempre dejo que pasen por encima de mi como si no valiera nada.
- ¿Qué sucedió?
Jimin le contó todo con detalle y a medida que iba detallando, la cara de Jungkook se ponía cada vez más seria.
ESTÁS LEYENDO
A L O N E ~ Kookmin
Hayran Kurgu¿Estar solo es igual a sentirse solo? ¿Por que Jimin se sentía solo la mayor parte del tiempo? Vivía con su madre pero eso parecía no importarle a ella. ¿Realmente su madre lo quería? Parecía que Jimin no le importaba a nadie. Menos a ese Pelinegro...