acting - Heesun

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El lugar se sentía cerrado a pesar de contar con una gran ventana, que aunque estaba cubierta por una delgada cortina, dejaba entrar un poco de aire fresco. Cerró sus ojos con fuerza, imaginó los escenarios más lindos que podría percibir, pero simplemente su cuerpo seguía temblando constantemente.

El aire que aspiraba no parecía ser suficiente y probablemente las tres personas que estaban ahí lo veían morir de ansías, quizá le veían preocupado. Sunoo no sabía cómo sentirse.

—¿Kim Sunoo? — la voz femenina le hizo alzar el rostro casi al instante.

La mujer joven le sonrió con amabilidad, se notaba que trataba de transmitirle buenas vibras y sunoo lo agradeció tanto. Se puso de pie con todo el valor que tenía, sus piernas flaqueaban con dejarlo caer humillantemente frente a todos ahí.

Probablemente no les importaría, pero sunoo se sentía tan estresado que pensaba en todos los escenarios negativos que eran posibles.

—Adelante — le dijo la mujer abriendo una puerta celeste pastel.

Sunoo adoraba los colores pasteles de la clínica, era lindo, se sentiría como estar en el cielo sino estuviera muriendo del estrés.

—Gracias — logró decir en un tono bastante quedito, pero la mujer le escuchó y eso bastó para dedicarle una sonrisa.

Sunoo tragó en seco y entró a la habitación, cerrando la puerta detrás de sí con un poc de duda al respecto.

Sus ojos viajaron por toda la habitación. Esta era la tercera vez que pisaba ese lugar y siempre terminaba encontrando un objeto nuevo que no vio antes. Hoy habían unas lindas pinturas con acuarelas colgando en la pared.

No era lo único nuevo.

Notó una nueva planta cerca de los sillones, una planta muy bonita y un aroma a canela que le hizo sentir en casa.

—Buenas tardes ¿Cómo has estado? — dijo una mujer que le observaba con una mirada tan profunda, como si estuviera leyendo su alma.

—Bien — responde algo tímido y se permite tomar asiento en el sillón que había ofrecido la mujer.

—Me alegra escuchar eso...creí que no vendrías más — dice cautelosamente la mujer, aunque nunca borra su sonrisa amable.

Sunoo suelta una risa nerviosa.

En realidad, esa decisión fue demasiado difícil, a veces creía no poder lidiar con la responsabilidad de hacerse cargo de sus traumas.

Era más difícil de lo que esperó.

—Sí...sobre eso...— intentó explicar, sin embargo la mujer terminó poniéndose de pie.

—¿gustas un té? así puedes comentarme  cómo te sientes un poco más tranquilo — Sunoo terminó asintiendo ante la propuesta, sintiéndose aliviado por la reacción amable de la mujer.

El tiempo pasó volando, sunoo apretaba la taza entre sus manos y trataba de explicar sus confusos sentimientos, deseando que dejaran de ser un lío para que pudiera entenderlos con más facilidad.

Se acomodó en el sillón, observando como la mujer preparaba un té, luciendo tan tranquila que era inquietante, aunque sunoo quería llegar a eso. Sentirse libre, como si la vida no fuera un peso constante oprimiendo el corazón.

¿se sentiría así alguna vez?

Bueno, él lo estaba intentando.

La mujer volvió hacía él, dejó la bebida en la mesita y se sentó a una distancia prudente. Sunoo le dedicó una pequeña sonrisa y se sintió un poco tranquilo luego del primer sorbo de té.