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Chapter Twelve

──Oye Takemicchi ──Mikey abrió la puerta de su salón alarmando a todos los allí reunidos mientras enseñaba una sonrisa dirigida a la rubia de ojos azules ──, ya casi es hora del cambio de turno, salgamos a jugar

──Estoy en clases Mikey-kun ──dijo algo tímida

──No importa

Mikey entró sin importarle los reclamos del profesor. Se acercó, la levantó agarrándola de la muñeca con delicadeza, cuando ya estuvo de pie la acercó por la cintura y así empezó a obligarla a caminar para salir

── ¿Chifuyu? ──dijo la de ojos azules con una mirada de cachorro hacia su amiga

──Tranquila compañera ──le sonrió ──, luego te presto los apuntes

──Eres mi salvación... ──al termino de esa palabra Mikey había cerrado la puerta del salón haciendo un gran estruendo

El rubio caminaba agarrando a la chica de la cintura. Takemichi tenía un sonrojo que se podía notar a kilómetros y los nervios le tenían impedido decir algo o simplemente reclamar, o sea ¿Quién tendría la valentía de contradecir al Invencible Mikey? Solo conocía a pocas personas capaces de eso y entre ellas estaban Baji Keisuke, Ryuguji Ken y Sano Shinichiro

Algunos alumnos que estaban regados por los pasillos debido a que se estaba efectuando el cambio de turno justo en ese momento, los veían pasar y murmuraban cosas por lo bajo. Manjiro se había encargado de hacerles saber, sin decir nada directamente, que Takemichi era intocable y luego del espectáculo que montó Kiyomasa hace unas semanas les quedó más que confirmado, aunque nadie sabía de los golpes que Mikey le había dado a este en aquel hospital abandonado. De hecho, nadie sabía que esa rubia con apariencia miedosa y que no tiene aptitudes para pelear en lo absoluto tenía un cargo tan importante dentro de la pandilla regente en dicha ciudad y no solo con ella, nadie se imaginaba que una chica tan sensible como Seishu, o tan tierna como Souya, o tan buena como Takashi fueran parte de ella. La más creíble era Chifuyu y porque cuando estaba en la secundaria ella sola acabó con todos los pandilleros de tercer año aun estando en primero, pero eso solo aplicaba para los que la conocían desde entonces, los que la conocieron ya en preparatoria ni se lo imaginarían. Lo mismo para las gemelas Kawata, ellas habían sido las líderes de una pandilla donde las conocieron como ‘‘Las Gemelas Demonio’’ y en el caso de Seishu, nadie tampoco se imaginaría que formó parte de la octava generación de los Black Dragons al mando del actual líder de Tenjiku, que era fanática de los integrantes de la primera generación y que trabajaba a medio tiempo en el taller de motocicletas del primer líder de esa pandilla junto con Draken

── ¡Takemicchi! ──la rubia se asustó al escuchar una voz susurrante cerca de su oído, había estado tan inmersa en sus pensamientos que la tomó desprevenida, ni siquiera se había percatado que ya habían salido de la escuela ── ¿Me estabas escuchando? ──Mikey le estaba haciendo un puchero súper tierno, puchero que se le hizo irresistible a la rubia

──Lo siento, Mikey-kun ──Takemichi lo miró apenada ──. Es que estoy preocupada por mis ausencias a clases. Tengo miedo de que me quiten el derecho a examinarme por saltarme tantas

── ¿Me estás diciendo que te causa problemas que te saque de esas aburridas clases? ──Mikey la miró con ojos amenazantes ──. Si alguien es capaz de prohibirte algo le parto la cara

Takemichi temió que hiciera eso sabiendo que aquel pequeño rubio era bastante capaz de hacerlo

──No, no, no ──negaba a la par que movía las manos ──. No es necesario que hagas esas cosas Mikey-kun ──suspiró

──No me ocultes nada Takemicchi ──Mikey la puso de espaldas y la pegó contra su pecho poniendo a descansar su cabeza en el hombro de ella ──. Sabes que puedes contar conmigo y con toda la Toman

──No es necesario involucrar a la Toman en asuntos escolares ──soltó una leve carcajada nerviosa

Temiendo por el carácter impulsivo de aquel rubio, Takemichi comenzó a mirar a su alrededor buscando algo que lo ayudara a cambiar de opinión hasta que sus ojos chocaron con una cafetería. Suspiró de alivio, había encontrado la distracción perfecta

──Mira Mikey-kun ──la chica señaló con su dedo hacia delante haciendo que el chico levantara la vista pues todavía estaban en la misma posición y había hundido su cara en el cuello de ella para aspirar su aroma ──, vallamos a comer algo ¿Te gustaría? ──a Mikey le brillaron los ojos

──Por supuesto Takemicchi ──la agarró de la muñeca y comenzaron a correr en dirección a dicho establecimiento

El resto de la tarde ambos se la pasaron comiendo y riendo. En una de esas Takemichi tuvo que aguantar a Mikey para que este no se le abalanzara al dependiente pues, y como siempre, había pedido el menú infantil y no le habían dado su banderita. Gracias a un curso rápido que le había dado Draken de cómo debía ‘‘soportar’’ a Mikey esta tenía siempre en el bolsillo de su falda de uniforme y dentro de su bolso escolar muchas banderitas para evitar esos altercados en donde muy a lo probable ese pequeño ser rubio pudiera destruirlo todo solo porque en su comida no hubiera ese pequeño objeto

Ahora Mikey se estaba encargando de llevarla hasta su casa. Como quería pasear con Takemichi sin malgastar ni un segundo había dejado su motocicleta sabiendo que o Emma o Draken se la cuidarían, por lo que en ese preciso momento estaban cruzando un puente para peatones de esos que sobrepasaban la calle

Ya era oscuro aunque había bastantes personas. Para cuando Takemichi estaba a punto de bajar por las escaleras para por fin llegar al otro lado, justo en el momento en que cerca de ella había un gran número de gente y hasta se había separado de Mikey producto al gentío, siente como la apuñalan

Todo había pasado tan rápido para Mikey quien ya había llegado a la otra acera. Para él la escena estaba ocurriendo en cámara lenta. El grupo de personas dispersándose dejándole ver a una Takemichi cayendo de frente con el vientre manchado de sangre mientras esta lo miraba con ojos apagados y expresión trémula. Se había quedado congelado, sus ojos estaban desorbitados y su cuerpo se había quedado sin fuerzas incapaz de mover un solo músculo

──Mi...key...kun ──ahí fue cuando reaccionó, justo antes de que Takemichi cayera rodando

Subió los escalones que faltaban y la agarró. Las personas que habían visto esto se alarmaron y comenzaron a rodearlos. La cabeza del rubio estaba en blanco. Normalmente era capaz de esconder sus emociones pero, tener delante de sus ojos a la chica que le gustaba mientras esta estaba prácticamente agonizando lo habían dejado temblando

──Takemicchi ──la tocaba y sentía como esta poco a poco iba respirando más lento ──. Takemicchi, no me hagas esto ──apretaba una de sus manos ──. Takemicchi me lo prometiste, prometiste que conquistaríamos el mundo junto a la Toman. Takemicchi ──sus ojos se comenzaron a aguar ──, no me dejes de esta forma Takemicchi ¿Quién más va a ponerme banderitas en la comida aparte de ti o Ken-chin? Takemicchi...

──Mikey...kun... ──su voz sonaba quebrada ──, no llores... Mikey-kun... No me pasará nada porque... ──tosió saliéndole así sangre por la boca ──,... porque Mikey-kun está conmigo...

──Takemicchi ──se sentía un poco aliviado de que le estuviera respondiendo ──, no hables más. Guarda fuerzas, ya una de estas personas llamó a una ambulancia

──Te estoy...diciendo...que...estoy bien... ──volvió a toser y le puso una mano en la mejilla para acariciarlo y así reconfortarlo, sabía que ese gesto de ella le gustaba ──, solo que...tengo...sueño... ──soltó su mejilla de repente

── ¡Takemicchi! ──gritó alarmado

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