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Chapter Thirty three

Inupi conducía en silencio e increíblemente despacio. Al pasar de los días estuvo distraída totalmente de todo y sumándole a eso en su cabeza rondaba el hecho de que Koko quisiera hablar con ella. Porque estuvo evitándolo y al final decidió encararlo

Estando cerca de una avenida próxima a su casa tuvo que frenar de repente porque un auto se le cruzó en el camino producto a que ella iba tan distraída que no lo vió venir. Con pena se disculpó y emprendió el recorrido otra vez

── ¿Eh? ──se sorprendió de ver a Koko esperando recostado en el muro de la entrada de su casa

Suspiró y aceleró. Al estar cerca, sin bajarse todavía, le lanzó su bolso escolar cosa que sorprendió al pelinegro y entre risas confusas lo atrapa antes de que este tocara el suelo

──Tienes los reflejos bien metidos en el interior... ──soltó una pequeña risa amarga ── ¿Qué haces aquí afuera? ──se comienza a bajar y adentrar la moto hasta su jardín donde la aparcaba

──Pues esperarte ¿Qué no es obvio? ──la seguía

──Podías esperar adentro, no como un menesteroso en la puerta de mi casa ──decía en tanto que buscaba la llave en su bolso qué aun sostenía Kokonoi y posteriormente proceder abrir la puerta

──Si, como no

Cuando entraron Seishu se percató de que su casa estaba a oscuras

──No hay nadie ──dijo prendiendo la luz de la sala común

──Ahora entiendes ──le dijo Koko con algo de burla ──. Toqué y no había nadie, así que decidí esperarte afuera

──Bien ──suspiró ──, espérame en mi habitación en lo que preparo algo de té

Koko asiente y sube las escaleras hacia la habitación de la rubia. Había estado allí muchas veces, por lo que la conocía de memoria. Era una habitación increíblemente femenina, de colores azules pastel, cortinas y juego de cama color blanco. Una repisa llena de peluches. En su comoda había un espejo y sus utensilios de maquillaje y peinado junto a un marco que tenía como foto un collage de diferentes momentos que vivieron juntos, desde que se conocieron en el kínder hasta una que se tomaron hace unos meses en el cumpleaños de Koko

Reparó también en una cajita de las que se usan para guardar anillos en donde reposaba una sortija con el diseño de una corona de laurel dorada. Sortija que le había regalado a Seishu en su cumpleaños número diez

──Juraste jamás quitártela ──dijo sabiendo que Inupi lo había estado observando hacia unos minutos

──Quise empezar a hacerme la idea de no tenerla ──suspiró y procedió a entrar a su propia habitación cerrando la puerta tras sí y colocando la bandeja que traía con dos tazones de té sobre la mesita ubicada en el centro para luego sentarse sobre la cama ──. Un día me casaré y para ese entonces que le diré a mi marido ‘‘Es un regalo de mi primer amor que juré jamás quitarme’’. Sería una vergüenza para él, así que por eso... ──miró a Koko y este tenía la mirada puesta completamente en ella, una mirada sorprendida y de ojos brillantes

No era tonta, sabía lo que había dicho. No se había pasado varios días pensando en él y en que quería hablar con ella por nada. Llegó a la conclusión de que por mucho que tratara Koko no la veía como Inui Seishu, sino como Inui Akane, así que decidió ser sincera y clara con sus sentimientos. Un consejo que por extraño que pareciera había venido de Mikey

── ¿Qué...que fue lo...? Repite eso de nuevo ──tartamudeó un poco por el shock

Kokonoi Hajime si había estado enamorado de la mayor de las hermanas Inui, pero estando en cuarto de primaria justo el día del incendio solo había pensado en la menor de ellas

Gracias a Dios solo estaba Inupi dentro de la casa y Akane estaba junto a él, pero en ese momento solo pensaba en Seishu y solo en ella. Se arriesgó el pellejo por rescatarla del fuego importándole menos los gritos de advertencia de Akane

Luego de eso se la pasó en el hospital cuidando a que despertara y fue el que más contento estuvo cuando lo hizo, después de todo tuvo el privilegio de ser quien la vio abrir los ojos

Hablando con Akane años después de eso, se percató de que lo que sentía por Akane era admiración y fijación hacia el hecho de haber sido ella ‘‘su primer amor’’ pero luego del comentario que le había hecho ...Tú amas a Sei. Sino la amaras no la hubieras rescatado de las llamas, ni cuidado por dos semanas en el hospital, ni celado cuando se le declararon en el festival cultural de la primaria, ni regalado una sortija y hacerla jurar jamás quitársela... se empezó a percatar de ciertas acciones de él mismo hacia ella y se dio cuenta de que había estado enamorado de ella desde siempre, solo que pensaba de forma incorrecta sobre sus sentimientos

── ¿Qué cosa? ──arquea una ceja ── ¿Lo de que me estoy entrenando para cuando valla a casarme?

──No ──negó y comenzó acercarse a ella ──, lo otro

── ¿Hablas sobre lo que dije de que eres mi primer amor?

──Si, eso ──se sentó a su lado en la cama

──Pues eso ──se encoje de hombros ──, que eres mi primer amor y que estoy completamente enamorada de ti ──se tiró sobre su cama dejando sus pies colgando en el borde de esta

── ¿Por qué nunca me dijiste? ──Seishu volteó a verlo con una ceja alzada y con una mirada incrédula

── ¿Es broma? ──se acostó de costado y apoyó su mejilla sobre la palma de su mano izquierda ── ¿Sabes cuánto me he esforzado en que te fijaras en mí? Pero tú solo veías a Akane

──Tú eres la que debería estar de broma Inupi ──arqueó una ceja mientras se apoyaba de sus codos ──. Yo si he estado enamorado de ti desde que tengo memoria, solo que Akane me ha ayudado y la aprecio mucho ¿De dónde sacas que estoy enamorado de ella?

──Pues eso es lo que demuestras

──Para mí no es así ──se removió un poco y la obligó a ponerse boca arriba ya que él se había puesto sobre ella ──. Te he regalado un anillo para que todos sepan que ya tienes dueño, te llevo y te traigo todos los días de la escuela aun cuando la mía está más lejos, te espié aquel día porque tenía celos ¿Qué más quieres?

──Que te acuerdes de mí, que pienses en mí, que te rías conmigo, que...

Hajime la había callado con un beso. Esta se removía pero Koko la agarró de los brazos para inmovilizarla y que así dejara de resistirse, cosa que consiguió

──Seishu ──le susurró con voz ronca al oído, un tono de voz que hizo estremecer a la rubia sintiendo calambres por todo el cuerpo y las tan famosas mariposas en el estómago ── ¿Te acuerdas cuando lo hicimos? ¿Qué nombre era el que estaba gimiendo? ¿A quién era a quien agarraba de la cintura? ¿A quién era a quien miraba con deseo? Era a ti, Seishu, no era a Akane

──Pero tú... ──la volvió a callar con un beso

──Nada de peros Inupi ──acomoda un mechón detrás de su oreja ──. Aceptemos que nos gustamos, nos amamos, nos deseamos y lo que sentimos, de una vez por todas

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