🔥CAPITULO 14🔥

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SIN EDITAR.

😈<<{Charlotte}>>😈

Entro en la empresa con una radiante sonrisa en el rostro que muchos corresponden en el acto, me subo al ascensor y presionó el botón del último piso que es donde trabajo.

EmiArts es una empresa reconocida en toda Suecia que es el lugar donde me escapé hace casi siete años con ayuda.

La peor ayuda del mundo, pero me sirvió en su momento, pedirle dinero a mi tío el abusador no me enorgullece, pero no lo cambiaría, con ese dinero pude comprar todos los pasajes de avión para que esos hombres no supieran en cual me subí.

Claro que tuve que prometerle decirle exactamente dónde me iba porque él vendría por mi, estúpidamente el creyó que seguía siendo la estúpida niñita a la que casi viola, por suerte para mí al aterrizar me encontré con dos encantadores, fuertes y estupendos hombres que me ayudaron y fueron mi apoyo desde entonces.

Johan y Ragnar, ambos son amigos de toda la vida, tienen varias empresas de tecnología alrededor del mundo y me ayudaron a hacer que nadie pueda encontrar donde estoy, ellos bloquearon mis datos con un contacto que tenían en la CIA y desde entonces vivo bien en Suecia.

Me ayudaron a abrir mi propia empresa luego de que terminara la universidad y fueron mi sostén todos estos años, sin ellos no sería hoy la exitosa mujer que soy hoy, mi fortuna podría considerarse poca al lado de la de ellos, pero para alguien que nunca ha tenido esta cantidad es exorbitante.

Tranquilamente podrían vivir hasta mis tataranietos sin trabajar.

Hubo altibajos algunas veces, momentos en los que desee morir, pero no podía, tenía una razón para vivir.

La más importante sin dudas.

Mi preciosa hija Emilia Davis de seis años, por ella es que me mantengo de pie, por ella sonríe cada día, por ella trabajo tan duro.

Abro la puerta de mi oficina encontrando a mi hija en mi silla, a Johan y Ragnar en las dos sillas al otro lado del escritorio fingiendo tomar notas de las órdenes que dicta mi hija.

Charlotte: Que cumplan todas tus órdenes amor, no seas indulgente con ellos.

Ambos se ponen una mano en el corazón como si mis palabras los hirieran mientras hacen un quejido.

Johan: Eso me dolió naranjita.

Ragnar: ¿Qué mal te hemos hecho para que apoyes a la pequeña dictadora? bebé.

Se ríen cuando mi pequeña hija salta de la silla y corre hacia mí como si hubiera tardado diez años y no veinte minutos en bajar hasta el carro.

Emilia: Mami, ellos no son buenos siguiendo órdenes.

Johan: Mentirosilla, hicimos todo lo que quisiste.

Ambos me la sacan de los brazos y le hacen cosquillas hasta que mi hija chilla que ya basta.

Ragnar: ¿Ya podemos irnos? Tengo hambre.

Emilia: Siempre tienes hambre papi.

Niego con la cabeza, la sonrisa en mis labios ya no vacila por qué mi hija les diga papis, prácticamente ellos la criaron junto a mi, se que ambos sienten algo por mi y yo siento lo mismo por ellos, pero no puedo darle esperanzas cuando se que a ellos no son los únicos que amo y deseo, por eso me he mantenido al margen de nuestra amistad e intente que Emilia no les dijera papás, pero es lo que fueron toda su vida.

Ellos la llevaban algunas veces al kinder cuando yo estaba en la universidad, le cocinaban, la llevaban al médico y la amaban, son sus padres.

Salimos de la empresa juntos, mi hija en brazos de Ragnar y yo entre medio de ambos hombres, sus enormes cuerpos prácticamente evitan que cualquiera pueda verme, nos montamos en la camioneta de ellos ya que le di mi carro a mi asistente para que lo deje en mi casa.

Al llegar al restaurante nos sentamos en una mesa de cuatro, la mirada de algunas de las personas están en nosotros al igual que los susurros sorprendidos, no es nada nuevo, los tres somos bastantes reconocidos y aunque yo me cuide para que mi rostro no salga en ningún lado ellos dos si han sido vistos.

Emilia: Quiero nuggets papi.

Johan: Claro cariño ahora te pido.

El hermoso castaño le sonríe a mi hija, sus ojos verdes parecidos a los de ella brillan cada vez que la mía, la ama, se que lo hace por la forma en que la cuida.

El rubio no es diferente, ambos la aman como si fuese propia.

Ragnar: ¿Traseras a tu madre esta semana?

Tomo un trago de agua mientras reviso mi agenda mental, supongo que esta semana estará bien.

Charlotte: Sí, me dijo que no hay nadie que la siga o descubra que viene, así que sí.

Así nos hemos visto todos estos años, viene en avión y dura una semana visitandonos así no levanta las sospechas de mi primo, mi hermano y mi mejor amigo que nunca han dejado de ir a verla para saber como esta y si hay noticias mías.

Incluso me dijo que unos días después de mi partida fueron dos hombres a los que por la descripción que me dio reconocí como el militar y su mejor amigo, Noah y Ethan, dice mi madre que de vez en cuando una camioneta militar se estaciona frente a su casa en las noches y dura dos días.

Eso sí me sorprendió después de todo, solo fue una noche, una encantadora y excitante, pero es lo único que pasamos juntos.

Johan: Naranjita estás muy hermosa hoy.

Le sonrío cuando sus nudillos acarician mi mejilla, mira mis labios e inconscientemente mi lengua sale a humedecerlos, quiero besarlo, como siempre y como siempre me echo para atrás.

Desde el primer día que lo vi me dice naranjita, según él yo soy su media naranjita porque soy chiquita.

Es tan tierno.

Charlotte: Uhm, cielo tienes algo aquí.

Le digo cielo por sus hermosos ojos celestes, me fascinan.

Señaló mi comisura para que sepa dónde está manchado, la lengua de él sale a intentar limpiar lo que tiene fallando terriblemente así que me levanto y con mi pulgar lo limpio como si fuera un niño, sus ojos están intensamente puestos en mí mientras termino de limpiarlo y están igual de intensos mientras me siento.

Ragnar: Gracias bebé.

Dios la tensión sexual entre nosotros es cada vez más fuerte, pero me niego a arruinar lo que tenemos, me niego a lastimarlos porque amo a otras personas también.

Escapando de mis demonios. [DISPONIBLE EN FÍSICO POR AMAZON]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora