Escapando de mis demonios. [DISPONIBLE EN FÍSICO POR AMAZON]

🔥CAPITULO 26🔥

SIN EDITAR.

Cinco días después…

💋<<{Johan}>>💋

Los días en casa han estado mortalmente tensos, mi mujer va a trabajar diariamente como siempre, pero toda la empresa está en un sepulcral silencio cuando ella llega, pareciera como si todos notarán ahora un poder nuevo en su aura, una autoridad que antes no estaba.

En la casa se la pasa día y noche con baby miel, por alguna razón que desconocemos ha estado durmiendo con ella y prácticamente nos dirijo cuatro palabras en todos estos días, después de decirnos que ya se habían puesto de acuerdo ella y Fénix la sonrisa desapareció de su rostro y las siguientes palabras fueron mordazmente dirigida a los seis hombres de su pasado.

Claro que ninguno de ellos le hicieron caso y se fueron como se lo pidió, se quedaron y continuamente intentan pegarse a ella para que los sienta a su alrededor o de entablar una conversación, la cual no tiene con nadie desde que Fénix se liberó.

No sé qué le hicimos, pero en estos cinco días Ragnar y yo ya pasamos por la fase de negación en donde decíamos que no le pasa nada solo sigue en shock por lo sucedido, de miedo en donde estábamos seguros que nos dejaría, de tristeza en donde estábamos afirmando constantemente que ya no nos amaba, de aceptación en donde decíamos que al menos podríamos tenerla como amiga otra vez y finalmente hace dos días nos asentamos en la fase de enojo en donde decidimos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que ella sea nuestra quiera o no.

Y por eso mismo nos aliamos con el enemigo, los seis hombres de su pasado, debo darle el mérito a Alexander, el fue el de la idea y estábamos en negación, pero es sorprendente lo que una charla abierta y un mismo propósito pueden lograr, tomamos la decisión que nos pareció más razonable a los ocho, luego hablamos con Isabel quien estuvo reticente al principio, hasta que le dijimos que todo iba a salir bien y que Charlotte sería la mujer más amada del mundo.

Mentira, costó muchas más palabras y un generoso soborno de dulces, noches de cine y videojuegos a babymiel para convencerla.

Estamos a solo unos minutos de llevar a cabo nuestro plan, todo está saliendo según lo acordado y mi naranjita está en la empresa.

No ha dicho nada acerca de que ya no la acompañamos como antes o sobre qué Adams sacó casualmente unas vacaciones ahora para cuidar de su madre.

Lo cierto es que Adams fue obligado a tomar unas vacaciones bien pagadas, es demasiado leal a mi mujer y era imperativo que él no supiera nada de nuestro plan o le diría todo.

La puerta de la casa se abre en el momento menos indicado cuando Isabel y babymiel se están yendo como acordamos, pero a las dos entrometidas amigas de mi naranjita no parece sorprenderles nada que mi suegra y mi hija se vayan con maletas en la mano.

Lo cual no me sorprende, por alguna razón ellas siempre saben todo, y si no lo saben lo inventan o imaginan y para mi desgracia siempre le aciertan.

Angela: Disfruten el viaje.

Janice: Estaremos en contacto.

Isabel: Cuídense.

Ambas le dan un asentimiento de cabeza y se mueven a un lado para vernos, la mirada de ambas nos escanean y como siempre me hacen poner nervioso entre más calladas están, pero debería estar acostumbrado ellas generalmente no hablan mucho, las únicas veces que las he escuchado hablar tanto es con Charlotte.

El resto no parece ser merecedor de palabras.

Idiotas.

Janice: No nos insultes.

Gruñe mientras me mira fijamente.

¡Bruja!

Johan: Yo no hice tal cosa.

Rueda los ojos.

Janice: Tu rostro te delata, sientense Charlotte debe estar por llegar.

Ragnar: Oh si siéntanse como en su casa con total libertad.

Angela: Una parte es nuestra imbécil, ¿Lo olvidas?

Puta madre.

Sí, siempre olvidamos que las tres compraron la casa para que Janice y Ángela tuvieran un lugar donde dormir cuando estuvieran en la ciudad, lo cual es casi nunca a menos que mi mujer las necesite y cuando están siempre están en un hotel.

Siempre sospeche que la razón por la que las tres la compraron es porque mi mujer se enamoró de esta casa y en su momento no tenía el dinero para comprarla y como toda orgullosa y vergonzosa no nos lo pidió a nosotros aún siendo sus mejores amigos y los padres de babymiel.

Bueno, la llevábamos criando seis meses como a nuestra hija.

Charlotte: ¡Llegue!

Angela: ¡En la sala pendeja!

Mi naranjita llega a la sala y nos ve a casi todos sentados salvo por dos o tres que no entraron y están de pie, sonríe un poco y se sienta junto a sus amigos para mirarnos, recién ahora notamos los sobres en su mano y por alguna razón eso me pone más nervioso que el plan que tenemos.

Charlotte: Llegaron los resultados, se los leeré.

Henry: Por favor.

Noah: ¿Puedes leerlos todos y decir el nombre? Me pone nervioso que leas en voz alta uno por uno.

Todos asienten estando de acuerdo con él y ella sonríe tiernamente como nunca en estos últimos días.

Ella abre todos los sobres, sus amigas que son más chismosas que las vecinas aunque lo nieguen se inclinan y también leen todos los resultados y sonríen.

Janice: Ya deseo ver cómo se desmaya.

Angela: Y como llora.

Alexander: Ya callense, princesa por favor di quien es el padre estoy que me meo encima.

No se porque, según nos contó tiene un hijo ya.

Esa es una de las cosas por lo que no estoy tan cómodo con él, no sé cómo el hecho de que tenga un hijo afectará a mi mujer.

Charlotte: El padre es…

Janice: Batman.

Angela: Superman.

Janice: No, ya dije Batman.

Angela: Estás vieja y no ves bien.

Janice: Mensa.

Giovanni: ¡Silencio!

Angela: Uy el viejo grito.

Janice: No te vaya a dar un ataque al corazón.

Charlotte: Chicas basta —ambas murmuran un “de acuerdo” antes de quedarse silenciosamente sentadas con su espalda pegada al respaldo tan imperturbables como si todo lo que acaban de decir nunca hubiera pasado, raras— tú eres el padre Alexander, Emilia es tu hija.

El hombre que creí el más frío y trastornado del mundo cae de rodillas al suelo con sus manos temblando un llanto silencioso cayendo por sus mejillas mientras mira a mi naranjita con una abrumadora emoción.

Alexander: ¿Nuestra?

Mi naranjita hace una mueca, pero asiente con su cabeza.

Charlotte: Sí, Emilia es biológicamente tu hija.

Las carcajadas de las dos amigas empiezan a llenar el espacio cuando un ruido sordo de un cuerpo cayendo revela que efectivamente Alexander se desmayó.

Ni siquiera fue inteligente para caer en la alfombra.