SIN EDITAR.
🫦<<{Ragnar}>>🫦
Llegamos a la casa de nuestra mujer, nos bajamos de la camioneta y entramos con la llave que ella nos dio, al entrar está estupefacta con la niña encima y la niñera a su lado hablándole, por su rostro estaba claro que no esperaba que la siguiéramos.
Al parecer hay que dejarle más claro que no puede escapar de nosotros, no seremos tan fáciles.
Johan: Zara puedes llevarte a babymiel a su habitación por favor, su abuela llega en la noche.
La niñera le pide permiso a mi mujer quien asiente, menos mal no me gustaría tener que cargarla en mi hombro a los gritos delante de la niña, pero es lo que se busca.
Zara se va junto a Emilia y Charlotte nos mira con un leve rubor en las mejillas, pero con la mirada dura y la frente en alto, cuando llegó tuvimos que enseñarle a no dejarse de nadie, ni siquiera de nosotros y fue gratificante como poco a poco dejaba ver esa fuerza que siempre supimos que tenía en el interior.
Charlotte: ¿Qué hacen aquí? estaba a punto de irme.
Como siempre que miente su nariz se frunce adorablemente lo que me hace sonreír.
Ragnar: Bebé, tu, yo y todos en esta casa sabemos que no tienes que irte a ningún lado, nosotros no somos como los hombres de tu pasado, no te dejaremos escapar tan fácilmente.
Sabiendo a ciencia cierta que la habitación de Emilia es insonorizada desde ambos lados levanto a mi mujer en el hombro escuchando como grita que la baje y golpeando mi espalda, me rio por que sus golpes solo causan ternura en mí, sus diminutas manos a penas y logran hacerme un rasguño a veces.
Johan: Naranjita ¿por qué gritas?
Le pregunta cuando la dejó sobre la cama de su habitación, ambos nos paramos frente a ella con los brazos cruzados y la mirada seria, su cabeza tiene que inclinarse hacia atrás para poder vernos por los buenos centímetros que le sacamos a su escasa y tierna estatura.
Ragnar: Vamos a dejarte claro una cosa ahora bebé.
Suelto mis brazos y me acerco a ella con un aura depredadora envolviéndome, puedo sentirla temblar expectante cuando mis dedos rozan su muslo, sigo subiendo hasta que toco su braga, mi otra mano hace el mismo recorrido por el otro muslo hasta que ambas manos están al alcance de sus bragas, contra lo que seguramente pensaba le saco el vestido en lugar de las bragas, puedo ver la intención que tiene de cubrirse, pero detengo sus manos sosteniéndolas por encima de su cabeza.
Su pecho sube y baja con respiraciones fuertes y nerviosas, pero no me detiene.
Ragnar: Lo que hiciste fuera de la empresa no se hace si nos vas a rechazar después, no puedes retractarte ahora, ¿recuerdas hace tantos años cuando te dijimos que el día que aceptaras nuestros sentimientos y los correspondieras nos besaras y nosotros sabríamos todo sin que tuvieras que decir nada?
Abre grande los ojos cuando le sonrío, ella podría haberse olvidado de eso, pero nosotros no, sabemos a ciencia cierta que ella nos ama tanto como nosotros a ella, compartimos muchos días juntos, criamos a una niña y fuimos el apoyo el uno del otro, lo que sentimos es profundo, tiene bases que no se rompen fácilmente.
Si quiere a los otros idiotas que la hicieron llorar bien, los tendrá, yo mismo hare que se arrodillen frente a ella para pedirle perdón antes de que ella los acepte otra vez, pero no dejaremos que la vuelvan a lastimar, ahora tiene dos hombres que la aman más que a cualquier otra persona en el mundo, a dos hombres que tranquilamente podrían prenderle fuego al mundo con tal de que este feliz.
Johan: Tomaste tu decisión al besarnos naranjita, eres nuestra.
Charlotte: Pero...
Ragnar: No, ahora no hables de ellos, aquí solo estamos nosotros, disfruta del ahora, del nosotros.
Rompo su braga haciéndola jadear, antes de que pueda protestar por la braga rota nos muevo a ambos para que su coño quede sobre mi rostro, sus ojos me miran con desesperación mientras intenta salir, pero mi agarre en sus caderas la mantiene cerca de mi rostro.
Ragnar: Solo dejate llevar bebé, nosotros cuidaremos de ti.
Jalo hacia abajo su cuerpo ubicando su coño completamente en mi boca y empiezo a chupar su clítoris con avidez, de sus labios escapan los gemidos mas jodidamente sexys que alguna vez he escuchado y pronto sus caderas empiezan a moverse frenéticas en mi rostro pidiendo por mas fricción.
Sus nalgas son abiertas por detrás y logro visualizar la barbilla de mi amigo, seguramente besando el precioso trasero de nuestra mujer.
Charlotte: ¡Johan!
Sonrío contra su resbaloso coño cuando pega un brinco al sentir la lengua de mi amigo en su trasero, meto mi lengua en su coño bebiendo con hambre y fascinación sus jugos, su pelvis se mueve sin parar buscando fricción contra ambos y eso solo hace que mi polla humedezca mi ropa.
Con mi lengua entrando y saliendo de su coño, mi pulgar jugando con su clítoris y la lengua de mi amigo entrando y saliendo de su trasero la sentí tensarse por su orgasmo y salgo haciendo que mi amigo salga también, su mirada furiosa me aniquila desde arriba, pero yo solo sonrío.
Johan: No te correras aun naranjita —lo veo susurrarle alto en su oído— primero aceptaras que eres nuestra.
Niega con la cabeza, no me enojo, sonrío y muevo mi dedo sobre su clítoris haciendo que gima por lo sensible que está.
Ragnar: Sabemos que quieres correrte bebé, deja de sufrir y danos lo que queremos —detengo mi dedo ganándome otro quejido frustrado que hace que mi sonrisa crezca— hazlo bebé, dinos que eres nuestra y te dejaremos correrte.
Johan: Imagínate el placer que te daremos con nuestras pollas, solo tienes que aceptar lo que tu cabeza se niega a admitir —pasa su lengua por el cuello de ella y la siento estremecerse sobre mi— eres nuestra naranjita y lo sabes.
Charlotte: ¡Bien si! ¡Soy de ustedes!
Ragnar: Y nos amas mucho.
Sonrío inocentemente mientras me mata con su mirada.
Charlotte: Y los amo mucho.
Acepta haciéndonos jodidamente felices.
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Escapando de mis demonios. [DISPONIBLE EN FÍSICO POR AMAZON]
Romance(Independiente) 😈Charlotte😈 ¿Cómo puedo volver a escapar de mis demonios cuando el tiempo solo incrementó mi hambre de ellos? ¿Cómo si lo único de lo que tengo ganas es de saltarles encima y besarlos? Pero hay un problema, ellos no vinieron a mí p...