🔥CAPITULO 36🔥

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Un día después...

💦<<{Stefan}>>💦

Charlotte: Me pueden sacar esta mierda.

Gruñe cuando la hacemos sentar a desayunar con nosotros con la tobillera aún puesta.

Stefan: No, intentaste escaparte en la tienda de ropa, eso es lo mínimo que puedo hacer si quieres caminar libremente por la casa ¿o quieres que te vuelva a sentar encima mío?

Sus mejillas se sonrojan haciéndonos sonreír a mi amigo y a mí, sus ojos bajan al plato frente a ella mientras juega con el tenedor.

No dijo que sí, pero tampoco que no.

La dejamos libre de presiones cuando nos ponemos a hablar entre nosotros sobre la llegada de nuestros recientes socios, no sabemos qué hacen aquí, solo que solicitaron una reunión urgente.

Joshua: Llegarán en dos horas, ya ordene a los hombres que vigilen a la salvaje en todo momento.

Stefan: ¿No es mejor encerrarla en la habitación?

Joshua: Suerte con eso amigo, nada te asegura que no grite o escape.

Asiento con la cabeza entendiendo su punto de vista, pero todavía me preocupa que la vean, ella es mi mujer y dejarla a la vista de ellos puede ponerla en un inminente peligro.

Hombre: Llegaron.

Con mi amigo nos miramos con el ceño fruncido.

¿Cómo puede ser que hayan llegado si faltaban horas?

Joshua: Háganlos pasar.

Sea como sea que se hayan adelantado hasta aquí no puedo darme el lujo de dejarlos afuera, son socios y eso es mejor a tenerlos de enemigos ahora mismo.

...: ¿¡Dónde está!?

Me apresuro a ir hacia el grito dejando a mi amigo con nuestra mujer y dos hombres más para cuidarla.

Al llegar el cañón de varias armas se presionan contra mi frente haciéndome sonreír, mis hombres rodean a todo el grupo de hombres que acaba de entrar a amenazarme a mi propia casa.

Stefan: Tal parece que la tregua se acaba de romper, debo decir que no eligieron el lugar indicado para hacer esto, este es mi territorio.

Alexander: ¿¡Dónde mierda tienes a mi mujer!?

Giovanni: Te vimos llevártela.

Stefan: Deben haber visto mal porque a la única mujer que me traje es a la mía.

Es mía.

Alexander y dos hombres más golpean algunos de mis hombres y empiezan a correr en dirección a donde venía, los dejo ser porque no tengo nada que ocultar, pero los sigo y me pongo delante de mi mujer junto a mi amigo.

Alexander: ¡Córrete!

...: Pequeña, ven no hagas esto.

...: Naranjita ¿Estás bien?

...: Bebé.

...: Dulzura habla conmigo ¿Si? Yo no te hice nada, puedes decirme si estás bien.

Intenta acercarse a mi mujer por uno de los lados, pero mi brazo se levanta para apuntarlo directamente entre los ojos haciendo que levante las manos.

Charlotte: No hagas eso, no los apuntes -mi amigo la mira y la agarra cuando quiere salir de detrás nuestro- estoy bien sargento, ellos son buenos conmigo y son mejores secuestradores que ellos.

Señala a los demás y se ríe haciendo que el hombre al que estoy apuntando sonría.

Era la mujer de estos hombres, carajo yo mismo me metí en una guerra.

No puedo echarme para atrás ahora, es imposible, porque desde que los ojos de la diminuta mujer a mi lado se posaron en los míos me perdí, soy un esclavo de sus ojos, anhelante de sus labios y suspiros.

Alexander: Vuelve a casa princesa.

Charlotte: ¿Quieres decir a la casa en la que me encerraron o en la que está tu esposa e hijo?

El hombre parece avergonzado y dolido, pero no niega nada de lo que ella dijo.

Giovanni: Todo tiene una explicación nena, vuelve con nosotros, podemos sacarte de aquí.

Joshua: No, no pueden, ella es nuestra mujer.

Giovanni: A mi no me importa empezar una guerra.

Stefan: En eso estamos de acuerdo -miro a uno de mis hombres- llevenla a su habitación y no la dejen salir hasta que esto se arregle.

Se la llevan a la fuerza mientras retienen a los hombres que intentan llegar hacia ella.

Giovanni: Sueltala y puede que los deje con vida.

Stefan: Ella no se irá de aquí, es nuestra.

...: ¡Es nuestra mujer!

Joshua: No la cuidan lo suficientemente bien o no la hubiéramos encontrado sangrando, nosotros la cuidaremos de verdad.

Alexander: ¿Qué le diré a nuestra hija? ¿Que un par de imbéciles se la llevaron porque ella es jodidamente hermosa?

Stefan: No veo cuál sería la mentira ahí, somos unos imbéciles sí, pero estos imbéciles la cuidarán más que ustedes.

No tenía ni puta idea de que tenía una hija, no la mencionó en ningún momento, pero no le diré que voy a planear su secuestro también para que mi mujer tenga cerca a su hija.

Eso solo arruinaría el plan que se me acaba de ocurrir.

...: ¿Hola?

Frunzo el ceño mirando al hombre que estaba cerca nuestro, el que pudo intercambiar palabras con mi mujer atender el teléfono un poco desconcertado, su rostro se vuelve oscuro y enojado cuando escucha lo que se dice al otro lado de la línea e insulta en voz baja antes de cortar.

¿A quién se le ocurre atender el teléfono en medio de un enfrentamiento de mafiosos?

Giovanni: ¿Eres estúpido? Cómo se te ocurre atender el teléfono ahora.

...: Déjalo imbécil, este problema es culpa suya, después de todo ustedes llevaron a estos imbéciles a nuestra ciudad.

...: Tiene razón, también es culpa suya que mi mujer se haya ido, así que solucionen esto, que me quiero ir.

Joshua: Con una bala en la frente te irás de aquí.

...: Me iré de aquí con mi mujer.

Suerte con eso.

...: Ninguno tendrá a Charlotte porque ella no está aquí.

Todos y cada uno de nosotros lo mira y momentos después mi amigo y yo corremos escaleras arriba a buscarla, al llegar a su puerta encontramos muertos a los hombres que dejamos cuidándola, abrimos la puerta encontrando la ventana abierta de par en par.

No hay señales de mi mujer así que bajo corriendo y agarró del cuello al hombre que sabe dónde está mi mujer, pero tan pronto como mis manos envuelven su cuello su puño se estrella debajo de mi mandíbula haciéndome dar un paso hacia atrás, me recompongo rápidamente y le devuelvo el golpe haciéndolo escupir sangre, pero ni siquiera parpadea por eso.

Stefan: ¿¡Donde te la llevaste!?

...: Yo no me la llevé.

...: Eres el único que sabía que no estaba Lars ¿Que hiciste con mi mujer?

Lars: No hice nada con ella Ethan, nunca haría nada que pudiera lastimarla, no soy como ustedes.

...: Te la llevaste.

Lars: No fui yo, fueron ellas.

Escapando de mis demonios. [DISPONIBLE EN FÍSICO POR AMAZON]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora