28. Demasiado lento para partir.

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La mente nublada y el corazón pesado.

Era temprano por la mañana. La gente iba a un mismo ritmo con el sol. Apenas sus primeros rayos tocaron la tierra, la gente se "levantó" junto con el que se asomaba entre las montañas.

El jinete y el viajero se levantaron más temprano que nadie ese día. Estaba aún oscuro cuando prepararon todo para salir. Estaban de pie en el muelle, viendo el amanecer. Estando juntos se sentían bien, pero esta vez... Era distinto. Había cierta tensión y tristeza en el aire.

El muelle, una antigua estructura de madera sobre el agua, de vez en cuando la madera crujía, ya sea por quienes caminaban sobre él o por como la madera empezaba a contraerse gracias al clima. Si bien el muelle se usaba por los barcos y todo lo demás, mucha otra gente iba ahí durante el día para disfrutar la vista, la tranquilidad, el amanecer. Ya sea solos o con la compañía de quienes más aman.

Un barco ya había llegado y solo estaba esperando a que alguien abordara.

- Me tengo que ir, pero voy a volver ¿Sí? Ten por seguro que volveré. – Le puso una mano en el hombro, con firmeza. — Lo prometo.

- ¿No podría ser después?

- El único modo en que podemos hacer que dejen de hacer a esos pobres dragones pelear entre ellos es si el jefe lo dice y ese hombre... Ese hombre no hará eso. Tengo que ir y reclamar lo que es mío.

- (T/N) ... Tal vez deberías esperar más. – Hipo trataba de convencerlo de quedarse.

- Y lo haré, pero no aquí. Pasaré al menos una semana en... Casa. Entrenando y bueno, preparándome para retarlo.

El de ojos verdes se quedó viéndolo preocupado, debía confiar en las habilidades de (T/N). Él Había sido de mucha ayuda en la aldea. Sabía que era fuerte y por cómo le había ayudado en sus labores de jefe, sabía que tenía madera para ello. Se le daba naturalmente eso de ordenar, organizar y optimizar. 

Aun sabiendo todo esto, los ojos de Hipo expresaban extrema tristeza. Aunque quería confiar ciegamente en el contrario, no podía. Su humano corazón le hacía temer y preocuparse de todos modos.

Sentía el estómago vacío y el pecho pesado.

(T/N) llevó una mano a la mejilla de Hipo y lo miró tranquilo.

- Te encargo a Nibbla.

- El viaje en barco será largo...

- No puedo arriesgarme a que la vean. – Alejó su mano, eso solo hizo a Hipo verse aún más triste.

Hipo tomó ambas manos de (T/N) y lo miró de forma determinada. Su expresión era seria pero por dentro estaba gritando de los nervios, del miedo.

- Ahora seré directo. — Sus ojos verdes buscaron enseguida a los ojos _____ de (T/N).

- ¿Con qué?

- Di que mi corazón es rápido todo lo que quieras... Eso no cambiará el hecho de que me gustas, me preocupo y preocuparé por ti. No cambiará el hecho de que yo... Espero que cumplas tu promesa y vuelvas. – Estrujó las manos de (T/N).

- Hipo... - Estrujó sus manos de regreso.

- Así que te voy a esperar. Te esperaré. Todo lo que necesites. – Miró a las manos de ambos y luego levantó la cabeza, sonaba seguro. – Y no hablo solo de tu regreso a Berk.

- Pero yo-

- Sé que en esa piedra a la que llamas corazón – Empezó a reír levemente. – Sientes algo por mí.

Levantó ambas manos del contrario y las llevo cerca de sus labios. Cerró sus ojos y con cariño le dio un beso a cada una.

- Y voy a esperar felizmente a que estés listo para decirme lo que sientes. — Alzó la mirada una vez más para verlo directamente. Tenía una suave sonrisa adornando sus labios.

(T/N), un poco sonrojado soltó ambas manos de Hipo para poder poner una de las suyas en la mejilla de este con cuidado.

- Te prometo que volveré... Pero no puedo prometer que será de inmediato.

- Entiendo. — Puso su mano sobre la de (T/N) que sostenía tan suavemente su mejilla. Lo miró a los ojos tratando de verse seguro.

Ambos presionaron su frente contra la del otro, cerraron los ojos y se quedaron así un momento. Simplemente sintiendo la cercanía.
(T/N) fue el primero en separarse, pero también fue el primero en besar la frente del otro.

- Me vas a hacer llorar... — Susurró.

- Jefazo, manténgase firme. — Bromeó un poco, sacando una pequeña risa de Hipo.

Hipo cerró los ojos y respiró hondo. Había algo que debía aceptar, algo que ya había aceptado y necesitaba que el otro lo supiera.

- Necesitas paz para tu mente... Para poder descansar y aunque amaría que te quedes. — Lo miró con esos ojos llenos de aprecio y cariño. —No puedo quitarte la oportunidad de sentirte tranquilo.

- Oye... Siempre dicen que el amor gana al final ¿No? — (T/N) dijo esto suavemente mientras le sonreía a Hipo. — Y si eso es verdad, no te preocupes. Voy a volver.

- ¿Estás diciendo que yo soy tu motivación? ¿(T/N)? — Preguntó juguetón, aunque quería seguir bromeando como hacían siempre, seguía estando triste.

- Cada día de la semana. — Tomó la mano de Hipo y la acarició con su dedo pulgar.

Se miraron unos segundos en silencio. Eventualmente (T/N) soltó su mano y...

Se fue.

El jinete sabía que la cabeza del otro estaba totalmente puesta en eso, su meta. En cumplir ese propósito que se le había dado. Sabía bien que no había nada que él pudiera hacer para hacerlo cambiar de opinión así que solo lo aceptó.

Aceptó que el contrario necesitaba la paz mental que hacer esto le podía dar ¿Quién era él que se digna a sentirse tan importante? ¿Quién era él que creía que era razón suficiente para que el otro no se fuera? Nadie. Solo era un amigo. Un buen amigo.

Solo podía esperar a que todo saliera bien ¿Verdad? (T/N) ya había aplazado su partida lo suficiente.

La mente de (T/N) estaba puesta en que debía ganar, derrotar al jefe de su aldea que tanto lo había humillado en el pasado. Se mantenía ahí, estoico. No había nada ni nadie capaz de hacerlo cambiar de opinión y... No lo hubo. Ante esto el corazón de Hipo parecía ponerse pesado, con latidos lentos, tristes, pero no menos furiosos y dolorosos. Un recordatorio de que no fue razón suficiente para que el viajero se quedara.

Su corazón parecía sollozar ante el hecho de que (T/N) simplemente se fue, pero también esperaba apasionadamente por su regreso.
Su mente por otro lado, quería actuar de manera lógica, confiar en todo lo que se le había dicho. Tenía las acciones de (T/N) para comprobar que se podía confiar plenamente en sus palabras.

Mientras su mente decía "Espera." Su corazón le decía que debía ir detrás de él. Protegerlo. La última vez que el viajero había estado en un barco no había salido bien. Estaba preocupado.

Mientras tanto (T/N) ya en la cubierta, sintiendo la brisa marítima en su rostro estaba debatiéndose si era o no buena idea hacer todo esto, se preguntaba si estaba preparado. Quería pedirle disculpas a toda su aldea, quería el perdón de la gente que ahí habitaba, pero también quería sostener la mano de Hipo. Dejar que este besara su mejilla.

Entre más se alejaban de Berk, más serio empezaba a ponerse y más se nublaba su juicio.
Se volvió la piedra que era antes de golpe cuando escuchó una voz familiar detrás de él. Una voz molesta. Un zumbido.

- Ó, það ert þú... Aftur. — (T/N) habló firmemente, serio y sin darse la vuelta.

"Oh, eres tú... De nuevo."

🍃ᴇʀᴇs ᴍᴜᴄʜᴏ ᴍᴀ́s🍃 Hipo X Male Reader.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora