35. Érase una vez.

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"Papá y Pabbi"

Concentrado, no querías arruinar lo que tanto tiempo te había llevado. Habías pasado meses trabajando en esta pieza. Meses trabajando con mucho esmero. Estabas sentado cerca del fuego para ayudarte de la luz que este podía brindar y alrededor de la casa había muchas velas brindándote aún más iluminación. Estabas tarareando una canción cuando detrás del telar en el que estabas trabajando se asomó una pequeña cabeza de revoltoso cabello naranjo y ojos color marrón. Sonreíste al verlo.

- ¿Qué pasa, Helgi? – Devolviste tu mirada al telar, el pequeño se puso de pie junto a ti para ver que hacías.

- Pabbi... No puedo dormir ¿Podrías cantarme una canción? – Puso sus manitos en tu brazo.

- Mi pequeño pecoso. - Dejaste la tijera y la aguja de lado para dirigirle toda tu atención. – ¿Tuviste una pesadilla o algo así?

- No... Solo estoy muy pensativo. – Mientras hablaba lo sentaste en tus piernas.

- ¿Pensativo por qué?

- Es por papá.

- ¿Papá? ¿Qué pasa con él? – Arqueaste una ceja.

- Hilda y Olven notaron que... Él se ve triste.

- Ah mi pequeño pecoso... Lo que pasa es que tu papá, extraña a su mejor amigo. – Dijiste suavemente mientras peinabas su cabello con tu mano.

- ¿Hablas de Chimuelo?

- Así es.

Helgi, el mayor de sus hijos se quedó viendo el telar en el que estabas trabajando. Respiró hondo y dejó su cabeza caer hacía atrás, apoyándola en tu pecho. Seguía mirando el telar. Pensativo.

- ¿También estás triste? – Preguntó preocupado.

- Helgi, nosotros no estamos tristes. – Acariciaste su cabeza. – Solo extrañamos a aquellos que fueron parte de nuestra vida. – Respiraste hondo. – Tu papá quizás un poco más que yo... Él Pasó al menos seis años con Chimuelo. Yo a Nibbla la conocí poco en comparación. – Miraste por la ventana. Viste a Hipo afuera, solo viste su espalda. – Aun así. Era y es parte de mi familia.

El pequeño se dio la vuelta y te abrazó, lo abrazaste.

- ¿Por qué se tuvieron que ir? ¿Ellos no los querían lo suficiente para quedarse?

- Mi pequeño... No se trata de eso. Fue por fuerza mayor. No había nada más que hacer...

Escuchaste como se abría la puerta, sabías de quién se trataba. Sentiste un suave beso en tu frente. Helgi soltó una pequeña risita cuando le tocó un beso en la frente a él.

- ¡Papá! Tu barba me hace cosquillas... – Volvió a reír.

- ¿Qué haces despierto? – Hipo preguntó con una sonrisa.

- Estaba pensativo. – Bajó de tus brazos para sentarse en el suelo, en la alfombra de piel frente al fuego.

- Si tú estás aquí... Dentro de poco van a llegar... – Apenas Hipo dijo eso se escucharon pequeños pasos venir del pasillo.

- ¿Por qué están aquí? ¿No es hora de dormirse? – Una pequeña, su hija, habló arrastrando una hacha miniatura hasta sentarse junto a Helgi.

Helgi se puso detrás de ella. Con cuidado empezó a peinarla con sus manos, tal como (T/N) hacía con él. Con cuidado empezó a hacerle una larga trenza. Hilda, la de en medio, tenía un largo cabello color almendra y unos adorables ojos negros.

🍃ᴇʀᴇs ᴍᴜᴄʜᴏ ᴍᴀ́s🍃 Hipo X Male Reader.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora