32. For the stoic mind and the bleeding heart.

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"Para la mente estoica y el corazón sangrante."

El actual jefe de la aldea del ala caída estaba descansando en cama con varios vendajes alrededor de su torso. Los encargados de hacerle curaciones todos estos días que no había despertado (y vez que lo hacía no estaba consciente del todo) habían sido Brutilda y el viejo Agnar. Ambos hicieron un buen trabajo pues ahora, finalmente, se podía ver en (T/N) una expresión de descanso, de comodidad.

Quien ayudaba respecto a la limpieza general, cambiar su ropa y preparar la comida era su madre, siempre silenciosa, pero no menos preocupada. Oddvar, solo iba a verlo de vez en cuando y solo hacía eso, lo miraba un par de minutos y se iba.

Hipo venía de vez en cuando, por sus deberes de jefe no podía estar todo el tiempo y para su mala suerte, siempre que venía de visita te encontraba durmiendo.
Ante la ausencia de un jefe, Agnar se hizo cargo de manejar la aldea por ti mientras te recuperabas. 

Hipo te estaba mirando con una tristeza profunda en sus ojos y un enorme sentimiento de culpa que abarcaba todo su pecho, llenaba su corazón

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Hipo te estaba mirando con una tristeza profunda en sus ojos y un enorme sentimiento de culpa que abarcaba todo su pecho, llenaba su corazón. Estaba sentado junto a tu cama. No podía soportar el verte así en ese estado tan delicado y frágil. Tu jamás habías sido frágil y el verte de esta forma lo destrozaba por dentro. Podría haber apartado la mirada, era incapaz de hacerlo. Te extrañaba y verte ahí, aunque le diera mucha pena, lo hacía sentir tranquilo de algún modo.
Con suavidad acarició tu mejilla y suspiró suavemente, agotado. Lo único que podía hacer era esperar y eso estaba haciendo. Esperar.

- Hipo ¿Qué haces ahí sentado? Deberías ir a comer.

- Tilda... Ya sabes... solo estoy... Esperando.

- No es cómo que vaya a irse por ahí corriendo ¿No?

- Hm...

- ¿Mal chiste? – Arqueó una ceja.

- Listo, pero no es buen momento.

- Insisto en que deberías comer. Cuando el caballerito despierte va a querer verte en tu cien.

El jinete de dragón te miró unos segundos y luego vio a Brutilda. Su mirada, sus ojos decían con claridad que no estaba seguro sobre tal cosa ¿Cómo podría estarlo? Por su culpa, el contrario estaba así, herido y a duras penas levantándose. 

- ¿Crees que querrá verme después de todo esto?

- ¿A qué te refieres?

- Está así por mi culpa... Ha pasado una semana y no hay muchas mejoras. Estaba tan-

- ¡No hables de él como si estuviera muerto, Hipo!

- Lo siento, es solo que-

- Mira, sé que te culpas enormemente por lo que le pasó, pero ya ocurrió. No hay modo de cambiar algo que ya pasó ¿Verdad? - Se cruzó de brazos.

🍃ᴇʀᴇs ᴍᴜᴄʜᴏ ᴍᴀ́s🍃 Hipo X Male Reader.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora