36. Historias.

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"Su Pabbi y yo estábamos sentados en el risco, disfrutando de la compañía del otro cuando nos dimos cuenta de que nuestros dragones habían sentido algo, una presencia extraña. Algo que se ocultaba en lo profundo de un bosque cercano al risco... Uno de los pocos lugares que quedaban con vegetación salvaje en la vieja Berk."

Ambos dragones seguían acurrucados. Ambos alzaron sus cabezas con curiosidad. Sintieron algo extraño. Una presencia ajena. El par se puso de pie a una misma vez y caminaron con cuidado hasta el borde del acantilado. Se vieron entre ellos y asintieron. Decidieron ir a investigar sin esperar a sus jinetes.

Descendieron en un lugar lleno de naturaleza, humedad. Un lugar lleno de plantas en el que aún no se ha interferido con la construcción de casas para más dragones.

El lugar en cuestión era un bosque lleno de neblina gracias a la concentración de naturaleza. Estaba oscuro. Había un suave aroma a tierra mojada, un olor similar al que queda después de que hay lluvia y el suelo estaba lleno de pequeñas malezas junto con hojas caídas. La luna se asomaba en el cielo. La luz que esta reflejaba se filtraba entre las hojas de los árboles.

Chimuelo y Nibbla caminaron entre las plantas. Se detuvieron cuando vieron algo inusual. Era un dragón como ellos. La gran diferencia era el color de sus escamas, blanco. El misterioso dragón parecía estar durmiendo. Abrió sus ojos lentamente y miró a su alrededor confuso. Parecía no estar seguro de en donde estaba, apenas los vio, les gruñó.

Nibbla saltó frente a Chimuelo para "protegerlo." Aunque él fuese un alfa, ella siempre era la primera en saltar en su defensa.

Ella le gruño de vuelta al intruso. De forma más agresiva. Este extraño dragón blanco era más pequeño en comparación. Ella no se sintió intimidada. El invasor solo retrocedió. La hembra de furia nocturna miró a su acompañante con una expresión de "Así se hace." Y este solo frotó su cabeza contra su cuello, casi sonriendo.

Luego de un rato entre los tres mirándose de forma curiosa (algo precavida de parte de los dragones furia nocturna.) El dragón blanco contrajo sus pupilas y lanzó un disparo de plasma directo a los árboles. Chimuelo volteó a ver mientras que Nibbla le golpeó la cabeza al invasor (o invasora) con su pata, casi como diciendo "¿¡Qué te pasa!?"

De entre los árboles aparecieron nada más y nada menos que tú con Hipo, Quién se quedó viendo como estúpido a la criatura. Sin moverse. Lleno de curiosidad.

El dragón blanco, similar pero no exactamente igual a una furia nocturna, estaba por lanzar plasma nuevamente cuando Chimuelo le empujó, desviando el disparo a otro lado del bosque.

- Por todos los... ¡Hipo! – Lo agarraste del brazo, atrayéndolo a ti. - ¡Ten más cuidado!

- ¡Chimuelo, Nibbla! ¡Díganle que somos amigos, no enemigos! – Hipo dijo tambaleándose mientras tú lo sostenías.

El dragón al ver a ambos furia nocturna acercarse voló lejos de ahí, desapareciendo en el cielo nocturno tras otro disparo de plasma.

Spurningatími.

Hora de preguntas.

- Y luego de que su Pabbi me salvara... Él decidió que un buen nombre para el dragón, como especie o subespecie de la furia nocturna, se llamase "Furia Diurna." Lindo nombre ¿No? – Hipo dijo mirando a los pequeños, ellos asintieron.

- Pero como nombre o apodo especial, la llamé "Blindandi" que significa "Cegadora." – Alzaste tu cabeza del telar unos momentos para verlos mientras hablabas.

- Entonces... ¿Era una ella? – Preguntó Hilda emocionada.

- Sospecho que lo era. Por cosas que vimos con su papá... Puedo teorizar que sí. – Devolviste tu mirada al telar.

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⏰ Última actualización: Mar 16 ⏰

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🍃ᴇʀᴇs ᴍᴜᴄʜᴏ ᴍᴀ́s🍃 Hipo X Male Reader.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora