Lewis lo estaba llamando, una vez más.
— No es nada. – dijo el neerlandés mientras tomaba su celular con ambas manos, el plato reposaba sobre sus piernas. Terminó por silenciar la llamada y toda notificación.
— ¿No era alguien de clase?
— No.
Los nervios de Max aumentaban cada vez más. Estaba tan tranquilo y cómodo, jodido fue el momento en el que olvidó silenciar su teléfono. Estaba seguro de haber bloqueado el número del chico de tez morena así como lo hizo en toda red social, pero al parecer lo había olvidado.
¿Cómo es qué Lewis aún tenía su número telefónico? Solamente un maldito loco mantendría el número de la persona a la que le jodió la vida.
Agradeció con toda su alma el no haber recibido una felicitación por año nuevo de Hamilton, sabía de lo capaz que era de patear la puerta de su vida una vez más haciéndolo caer una vez más, seguramente hubiera caído, después de todo seguía siendo un adolescente herido y necesitado.Pasó un rato, aquel silencio tan cómodo se había tornado en incertidumbre e incomodidad total. Max dudaba en contarle todo lo sucedido con Lewis a su ahora novio, confiaba en él pero aún no se sentía lo suficientemente listo para hablar sobre el tema con Sergio.
La respiración de Max había aumentado de velocidad, incluso después de varios minutos que pasaron desde que recibió aquella llamada seguía siendo más rápida de lo normal. Tragaba torpemente saliva constantemente, incluso sus manos habían comenzado a sudar mientras sostenía el cubierto que lo ayudaba a comer. Se había vuelto un nudo de emociones revueltas y para nada agradables.
Ambos chicos terminaron sus platos, Sergio al ser el anfitrión de la pequeña reunión tomó la responsabilidad de bajar los platos y cubiertos. Max se había quedado en la habitación, seguía en la misma posición, su mirada estaba perdida. No sabía que pensar, sabía que llegaría el momento de hablar con Sergio sobre Lewis pero no sería pronto, o eso esperaba.
Sergio volvió en menos de tres minutos. Se sentó en una de las orillas de la cama dándole la espalda al rubio quien ni siquiera se había dado cuenta de su presencia. Giró su propia cabeza levemente para ver al chico que permanecía inmóvil, su respiración se había tranquilizado.
Sergio terminó por sentarse en posición mariposa de forma que podía ver claramente al contrario quien finalmente notó su presencia.— ¿Está todo bien? – preguntó Sergio a la par que se acercaba ligeramente más al cuerpo del rubio.
— Lo está, ¿Por qué preguntas?
— Te noté nervioso cuando recibiste la llamada...
— No fue nada, chequito.
— ¿Estás seguro?
— Lo estoy.
— Bien. – sonrió ligeramente, la respuesta que recibió no lo había convencido completamente pero aún así la tomó, después sacaría el tema de nuevo.
Ambos quedaron en silencio de nuevo.
Max tomó la iniciativa ésta vez, tomó a Sergio del brazo para jalarlo gentilmente hacia él mismo. El rostro de Sergio se estampó muy suavemente en su pecho una vez más, llevó uno de sus brazos hasta la espalda del pecoso atrayendo su cuerpo un poco más. Los brazos de Sergio permanecían completamente pegados a su cuerpo. Max se deslizó lentamente hasta quedar recostado sobre la cama obteniendo una mejor posición para ambos. Llevó su mano libre hasta su cabeza, dejándola reposar ahí.— Tengamos otra cita. – Max soltó de repente.
— ¿Otra? ¿En dónde será? – preguntó el pecoso al mismo tiempo que dejaba tímidamente descansar uno de sus brazos sobre el pecho del rubio.
— Vayamos a otro acuario.
— ¿También te gustan mucho los peces? – preguntó seguido de soltar una suave risa.
— No, me gusta más verte a ti.
Sergio sintió sus mejillas arder al instante. Una sonrisa ligera se formó inconscientemente en su rostro.
Max no pudo notar la reacción del pecoso, pues su rostro estaba casi escondido, ya era común que el rostro del mexicano estuviera escondido en alguna parte de él, ya fuera entre su chaqueta, cuello o incluso hasta en sus cabellos. Ya era como un hábito para Sergio que a Max no le molestaba en absoluto.— Max, te quiero mucho.
— ¿Sí? – usó la mano que reposaba sobre su cabeza para apartar algunos cabellos que cubrían el rostro de Sergio, ahora podía ver aunque fueran sus cejas bonitas y pobladas.
— Demasiado.
— También te quiero mucho. – depósito un suave beso en la frente del contrario, aquella zona rápidamente se enrojeció logrando sacarle una pequeña sonrisa divertida.
Los cosquilleos en ambos cada vez eras mayores, los nervios tranquilos no podían faltar. La sensación de querer estar juntos por siempre era increíble, sentirse en las nubes era la sensación que experimentaban ambos adolescentes al juntar sus cuerpos aunque fuera en un simple apretón de manos. El deseo y total similitud emocional de uno al otro era inmenso, ninguno de los dos podía dejar de pensar en el otro. Las chispas que saltaban a todos lados cuando tomaban sus manos...Todo iba tan perfecto, tanto que se sentía como un cuento de hadas, un cuento que no querían finalizar nunca.
Nada podía salir mal en su cuento de hadas.
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Un poco más corto de lo normal, ya tenía un tiempito sin actualizar. Acabo de volver a tomar clases y ya estoy por morir de estrés. 😢
Estoy pensando en profundizar un poco más el tema de Max y Lewis, ¿qué opinan?
Es todo por hoy, gracias por leer. 💓
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Heaven - Chestappen
FanfictionMax terminará profundamente enamorado del bonito chico de pecas que llegó de intercambio a su escuela, su "primer' y único amor adolescente. • • • • • • - "Say yes to heaven, say yes to me."