— ¿Max? ¿Por qué lloras?
Las cálidas manos del mexicano se paseaban por las mejillas de Max quien aún se negaba a contarle sobre su sueño o mejor dicho pesadilla. Sergio limpiaba todas y cada una de las lágrimas de Max, ambos estaban sentados sobre el colchón en el que apenas pasados unos minutos dormían. La mirada del rubio estaba perdida, no había dicho ni una sola palabra.
— ¿Quieres contarme lo que pasa? – preguntó Sergio casi susurrando.
Max negó con la cabeza.
— Bien, habla cuando te sientas listo. – dicho eso volvió a limpiar las mejillas un tanto irritadas del chico que tenía al frente.
Las caricias pronto pasaron al cabello rubio, peinaba con sus dedos los cabellos que aún estaban ligeramente húmedos. Sergio decidió volver a la posición en la que se encontró a Max, fue inmediatamente seguido por el mismo. Sergio estaba boca arriba, tenía a su amado pegado como un bebé mono a su madre. Ante el suave toque Max había dejado de llorar, tan sólo sufría de pequeños espasmos involuntarios producto de su llanto incontrolable del principio. Su nariz aún incomodaba, sentía ardor y dolor a la vez.
— ¿Te sientes mejor?
— Estoy mejor. – fue la primera vez que habló en todo ese rato.
El rostro de Sergio se entristeció al oír el tono de voz de Max, su voz se podía oír tan desgastada e irritada. Aún quería saber la razón que había puesto tan mal a Max, no quería preguntarle por el miedo de verse muy intenso. Decidió no volver a preguntar, al menos no lo haría ahí. Recordó que estaban compartiendo habitación con los mejores amigos de Max, milagrosamente ninguno de los tres se había despertado mientras lidiaba con el llanto de su novio.
Sergio se limitó a continuar acariciando la cabeza de su novio y de vez en cuando dejando suaves y cortos besos. El peso que tenía sobre su cuerpo incrementó ligeramente, Max estaba quedándose dormido una vez más, el toque de Sergio parecía ser mágico. Cada caricia que Sergio le daba a Max era como un roze al corazón que lo ayudaba a calmarse. El olor del perfume de Sergio aún se mantenía ahí, en su camiseta, fue una ayuda extra para tranquilizar su angustia.
Pronto Max cayó dormido. Sergio al sentir la calidez del gran cuerpo del otro chico se sintió extrañamente aún más cómodo. Terminó por velar el sueño de su amado por un rato, no fue mucho pues en lo que se supone que sería un parpadeo de unos pocos segundos se quedó profundamente dormido.
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Heaven - Chestappen
FanficMax terminará profundamente enamorado del bonito chico de pecas que llegó de intercambio a su escuela, su "primer' y único amor adolescente. • • • • • • - "Say yes to heaven, say yes to me."