— Deberíamos irnos, comenzará a llover pronto.
— No quiero volver a casa, déjame ir a la tuya.
— Bien.
Y ahí estaba el par de adolescentes, sentados bajo el mismo árbol aún. Después de unos cuantos besos más, después de que el rubio hubiese recuperado la confianza para sentir al pecoso, habían terminado completamente recostados sobre la fresca hierba que cubría todo el piso del lugar. El viento había comenzado a menear las hojas de algunos árboles, cada vez se intensificaba más dando a entender que una suave lluvia tocaría piso muy pronto.
Ambos jóvenes comenzaron a charlar una vez más olvidando, o mejor dicho ignorando el clima que cada vez parecía empeorar más. No fue hasta que la primera gota de lluvia cayó sobre la nariz del rubio.
— Está lloviendo, vámonos. – a toda prisa se levantó. Extendió su mano para así ayudar a su acompañante.
Ambos jóvenes ya estaban de pie. Comenzaron a caminar hasta llegar a una de las tantas banquetas del parque, caminaron a la vez que jugueteaban entre ellos. Pronto salieron del gran parque, tenían en mente llegar al hogar de Sergio, pasar un par de horas ahí y después de mala gana Max tendría que irse a su propio hogar. El camino a la casa de Sergio era corto, no faltaban más de tres cuadras cuando la fuerte lluvia se soltó derrepente.
— Carajo.
— ¡Cabrón, no te quedes ahí! – gritó el pecoso al ver al rubio detener su paso. Él mismo ya había comenzado a correr.
— Ya me mojé, ¿Qué sentido tiene correr? – llevó sus manos hasta su frente para así poder hacerle una especie de sombra a sus ojos, apenas y podía ver.
Sergio solamente lo miró. Ambos ya estaban empapados de pies a cabeza, apenas y unos cuantos coches estaban pasando por las calles. No había ni una alma andando por ahí aparte de las suyas. Los cabellos medianamente largos de Max se habían pegado a su rostro, se veía bastante curioso a los ojos de Sergio, jamás había visto a alguien tan alto, grande e imponente parado a mitad de la calle completamente empapado sin hacer ni el mínimo esfuerzo para buscar refugio.
— ¡Pareces un cachorro mojado, dios! – comenzó a reírse del aspecto de Max.
Max estuvo a punto de reclamarle aunque fuera juguetonamente pero no fue capaz de hacerlo. Escuchar la risa de Sergio una vez más hizo a su corazón encogerse, finalmente estaba ahí de nuevo. La risa del azabache pareció ser el único ruido del lugar, sintió que sus oídos se tapaban, tal vez por la lluvia, pensó. Comenzó a sentirse tan real, todo comenzaba a pesar más de lo normal.
Entonces se dió cuenta de lo frágil que parecía ser Sergio en todo aspecto. La culpa volvió a atormentarlo, ¿Cómo fue capaz de dejarlo solo por días enteros? Comenzó a ser consiente de lo que estaba sucediendo. Había salido de casa sin avisar sobre su destino, estaba bajo la lluvia, completamente mojado, sus pertenencias como su celular, billetera y su costoso reloj posiblemente estarían arruinados. Sergio estaba ahí, riendo, parecía que ya había olvidado todo problema que tuvieron con anterioridad.
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Heaven - Chestappen
FanfictionMax terminará profundamente enamorado del bonito chico de pecas que llegó de intercambio a su escuela, su "primer' y único amor adolescente. • • • • • • - "Say yes to heaven, say yes to me."