ㅤ ₍ 27 ₎ Primeras veces ?ˀ

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Era un viernes por la noche, Max y Sergio estaban descansando sobre la cama del último mencionado. El resto de la familia de Sergio no se encontraba en casa, habían salido para encontrarse con algunos familiares y no regresarían hasta el domingo por la noche para retomar sus actividades el lunes por la mañana.

Sergio se había quedado en casa con la excusa de estar enfermo, en realidad quería pasar más tiempo junto a su querido novio.

El rostro de Max estaba escondido entre el hueco del cuello del pecoso, después de un buen rato de pelearse por elegir una buena película terminaron en esa posición donde Max estaba sobre el cuerpo de Sergio, casi aplastandolo. Ambos estaban extrañamente cómodos en esa posición. En la televisión que estaba al frente de la cómoda cama de Sergio se estaba reproduciendo una película sobre un típico romance adolescente, justo como el que ellos estaban viviendo a excepción de que ese era un romance jodidamente heterosexual. Max y Sergio no lo eran ni un poco.

En realidad el único que prestaba atención a la televisión era Sergio, Max estaba dormitando sobre el cuerpo de su amado. Habían pasado todo el día juntos, habían ido a distintos lugares, entre ellos habían terminado en una gran tienda de lejos donde compraron algunas pequeñas figuras para armar, era un bonito león y un oso panda que ahora decoraban el escritorio de Sergio. También habían comprado un par de camisetas a juego que justo llevaban puestas, eran dos blancas con letras y dibujos en color negro. Por supuesto que también habían parado a comer, Sergio fue casi obligado a terminar su plato justo como en su primera cita. Habían pasado unos de los mejores días en su relación donde estuvieron juntos casi desde que ambos abrieron los ojos por la mañana hasta el momento en el que ambos estaban por dormir.

— Sergio.

— Dime.

— Gracias por el día de hoy.

— Gracias a ti, corazón. Fue tu idea, muchas gracias. – comenzó a acariciar suavemente la nuca de Max. Algunos de los cabellos del rubio se habían colado por su rostro haciendo posible que el olor que emitía inundara sus fosas nasales, era un olor increíble, liberaba suaves notas de coco.

— Sergio.

— Te estoy escuchando.

— Te amo.

Los suaves movimientos de Sergio se detuvieron por completo. Max finalmente lo había dicho, sintió que su cuerpo cambiaba de temperatura incontables veces. Sus manos temblaron, incluso comenzaron a sudar ligeramente. Sergio sentía una emoción inexplicable. No fue capaz de articular ni una sola palabra.

— ¿Sergio...? Dios, no quería incomodarte, ¿Lo hice? Perdón.

— Cállate Max.

— Bueno. – arrugó levemente su nariz.

Sergio seguía inmóvil. Parpadeó en repetidas ocasiones, todo se sentía tan irreal para él.

— Sergio..

— Sabes que yo te amo aún más. – una suave sonrisa terminó por formarse en su rostro, buscó el rostro de Max con el propio, una vez que lo tuvo al frente se acercó tímidamente a sus labios. – Te amo demasiado.

Lo besó, lo besó tan suavemente. Sin querer habían quedado a la par de los protagonistas de la película que se reproducía en la televisión. Era un beso lento, suave, lleno de amor y cariño mutuo. Se sintió totalmente diferente a los que normalmente se daban, quizás producto de lo que Max acababa de confesarle a Sergio. Max lo amaba, ni siquiera él se creía capaz de decírselo alguna vez. Aquel beso tan gentil llegó a su fin bastante pronto.

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