— ¿Azul con verde?
— No, es muy básico.
— Tener todos tus pares de zapatos en negro y blanco es básico.
Charles rodó los ojos – Combinan con todo, déjame en paz.
La habitación de Max había sido invadida por sus dos mejores amigos quienes estaban tumbados sobre la cómoda cama del rubio. Max estaba en su escritorio, un golpe de inspiración le llegó al escuchar el nombre de su amado salir de la boca de uno de sus amigos, estaba escribiendo otra carta.
— ¡Max! Dile a tu Barbie que se controle.
— ¡Cállate!
Charles y George comenzaron a discutir juguetonamente, Max apenas y les había prestado atención. Estaba bastante concentrado.
Pasó el rato, la pequeña discusión había terminado, ahora tenían una charla profunda sobre sus parejas o intentos. Charles hablaba hasta por la nariz sobre Carlos, su guapo, ardiente e increíble español. Hablaba de cosas que ninguno de sus amigos quería saber.— ¡Iugh! Eso es asqueroso Charles, vas a perturbar al niño. – se quejó George.
— ¡Es completamente normal! No tiene nada de malo, además te aseguro que él ya lo ha vivido más que tú.
George en forma de respuesta solamente le mostró el dedo del medio a su querido amigo monegasco – ¡Nada que ver! Max es un poquito muy penoso, apenas puede besar a Sergio.
— Cállate George. – Max lanzó sin ver un pequeño trozo de borrador que paso su suerte cayó justamente en la cabeza del antes mencionado.
— ¿¡Qué?! Yo solamente digo la verdad.
— Pues no, no es verdad. – finalmente apartó sus manos del escritorio para girarse y así poder ver a sus dos amigos.
— ¿Entonces han ido más lejos? ¿Ya tuvieron sexo?
— ¡Charles! – ambos chicos se quejaron de su amigo que parecía no tener pelos en la lengua.
— ¡Es normal! Algún día pasará.
— No, quiero hablar con él sobre...Bueno, ya saben. – rascó su nuca.
— ¿Aún no le dices? Deberían hablarlo, los rumores están sonando de nuevo entre los pasillos, Max.
— Lo sé, pero, ¿Cómo le voy a decir a Sergio que literalmente me enredé con quien menos debía hacerlo? Que vergüenza.
— Sergio lo entenderá, deja de preocuparte tanto.
— No lo haré.
— ¿Cuánto tiempo tienen saliendo? ¿Un mes o dos? Deberías decírselo antes de que se entere por alguien más, Vettel por ejemplo.
— ¿Ese qué? Nada más se la pasa molestando al pobre de Sergio. – comentó George quien ahora estaba sentado sobre el colchón.
— Idiota, por lo mismo, Vettel se atreve a todo con tal de tener contento al otro, es su perro faldero.
— Lo haré pronto.
— ¿Entonces no han tenido sexo?
— ¡Charles! – se quejó Max una vez más, George simplemente rió al ver el rostro de su amigo que se había coloreado en menos de un segundo.
Max hablaría con Sergio sobre eso bastante pronto.
— No pude sacarle nada más.
— ¿Están saliendo?
— No me dijo nada, a lo que se puede ver es obvio que están saliendo. Acabas de perder toda oportunidad, superalo de una buena vez. – palmeó la espalda del británico.
— Soy una mierda de persona.
— Lo eres, por fin te das cuenta.
Lewis estaba realmente arrepentido de sus acciones del pasado. Aunque ya había transcurrido casi un año de aquel evento que también lo dejó marcado, aún le dolía ver a Max sonreír como tantas veces lo hizo para él. Extrañaba sentir sus cabellos entre sus manos, sus ojos azules tirando a turquesa mirarlo por minutos enteros, su piel tan pálida que se podía colorear con tan sólo pasar su dedo con un tanto de fuerza sobre ella. Max era un sueño, un privilegio, un tesoro que Lewis jamás volvería a tener entre sus manos. Añoraba tenerlo una vez más, estaba dispuesto a disculparse una y mil veces de rodillas, haría lo que fuera para regresar con él.
En una de las tantas fiestas a las que asistió se encontró con un chico bastante parecido al neerlandés, era totalmente idéntico a él. Sus impulsos pudieron más, pasó la noche con aquel chico. Cada parte de él le recordaba a su amor, juró que cada parte del cuerpo de aquel chico encajaba tan perfecto entre sus manos como alguna vez lo hizo el del mismo neerlandés.
Estaba enfermo, enfermo de amor. Cada vez empeoraba más, no soportaba ver a Max ser feliz con alguien más. Desearía ser él quien descansaba entre sus brazos y no Sergio. El odio que le tenía al mexicano era inmenso, jamás interactuaron ni un poco, de igual forma lo odiaba con todo su ser. Celos, era lo único que podía sentir.
— Cumple tu parte, hablé con Sergio, ahora habla con mis padres.
— Lo haré mañana.
— ¡Tan amable!
— Quiero estar solo.
— ¿Vas a correrme de tu casa? Hice un esfuerzo para venir y ahora me tratas como la mierda. – se quejó el alemán a la par que tomaba sus cosas del piso.
— Nos vemos mañana, pasaré temprano con tus padres.
— Bien.
Sebastian salió de la habitación del británico. Conocía su casa como si fuera la propia. Segundos después se pudo escuchar un buen portazo, Vettel ya había salido.
Lewis se quedó tumbado en su cama, pensaba en su próximo movimiento. Cada plan que había ejecutado pensando en que funcionaria fue sutilmente pisoteado por el mismo Max que ni siquiera le permitía acercarse. Intentó convencerlo de hablar una vez más con incontables regalos, flores, golosinas, incluso tuvo la estúpida idea de darle dinero en efectivo para hablar con él. Nada parecía cambiar la opinión de Max, no quería verlo ni hablar con Lewis.
Quedaba poco menos de un año para que llegara el día de graduación de Lewis, estaba realmente empeñado en seguir con su plan de conquistar una vez más a Max. Quería sentirlo un vez más, incluso se sometió a un buen periodo de abstinencia. No podía relacionarse con otra persona sin imaginar que se trataba de Max.
Estaba seguro de que pronto tendría al chico entre sus manos, lo tuvo una vez y lo tendría de nuevo.
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Estuve un poquito enferma en la última semana, apenas recuperé fuerzas. 😥
Tomen este capítulo como relleno, el siguiente posiblemente cargue con un problemita que ya tenía pre-escrito en mis borradores. 🫵🏻
Gracias por leer. 💓
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Heaven - Chestappen
FanficMax terminará profundamente enamorado del bonito chico de pecas que llegó de intercambio a su escuela, su "primer' y único amor adolescente. • • • • • • - "Say yes to heaven, say yes to me."