6. Todo un espectáculo

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Tw: contenido sexual implícito con mayores de edad a finales del capítulo. Es Fyolai, pero no es la gran cosa, todo tranqui.

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Para Dazai no era nuevo encontrarse con "personas importantes", se supone que era algo normal ceder ante los deseos carnales según la edad que él tenía, pero no sentía lo mismo.

De hecho, había llegado a sentir cierta repulsión por tener sexo con otra persona, independientemente de su género. Quizás sólo no le interesaba, no lo veía como algo esencial en su estilo de vida.

Ir caminando por los pasillos de un burdel donde habrían hasta diez parejas teniendo coito no le generaba mucha comodidad; le preguntaba a ciertas personas, evitando encontrarse cara a cara con alguna trabajadora, intentando apresurarse y encontrar a Yosano lo más pronto posible.

Por la tarde tendría que salir a resolver un asunto sin importancia, después debía asistir a una reunión con otro par de viejos adinerados y luego detenerse a una ceremonia del té con la hija mayor de otro viejo irrelevante. No le gustaban mucho los asuntos elegantes -por llamarlos de algún modo-, todo lo que quería era encargarse de ellos pero desde la comodidad de su pequeña oficina.

Suspiró cansado, recargándose en la pared a su derecha mientras veía a Yosano ligeramente ebria en la habitación al frente suyo. Ella si disfrutaba su juventud aunque fuera mayor que él, aún con tantos años luchando por ganarse su estatus, en comparación suya que no hizo más que nacer.

Escuchó su risa cargada de gusto y disfrute, sus labios estaban pintados del labial de otra mujer, cosa que le hizo gracia.

Yosano jamás se preocupó por lo que dijeran otras personas, incluso si eran ataques muy personales que en realidad si le afectaban, era la representación exacta de lo que consideraba ser exitoso en la vida. Osamu sentía que no tenía nada, era imposible encontrar un propósito a algo que estaba totalmente vacío por dentro.

Carraspeó para llamar su atención, dejándola reír otro momento mientras se levantaba de su sitio y se despedía de las chicas en la habitación, cerrando la puerta detrás suya. Ella trató de acomodar su cabello y arreglar su maquillaje para lucir un poco más decente, abrazando a Dazai por los hombros con su brazo.

— Pero si es el nuevo señor de Yokohama, mira qué maravilla– dijo alegremente, con claros indicios de ebriedad — Dazai-sama, Dazai-sama, ¿cómo se encuentra después de su noche de bodas?

— Apestas a sake– se burló, ayudándole a no tropezar con sus propios pasos — ¿Te quedaste a dormir aquí?

— Claro que no, no tengo tanto tiempo como para disfrutar apropiadamente– se lamentó, riendo y obligándose a tomar el asunto con seriedad — ¿Por qué viniste a buscarme hasta acá? Iba a regresar en unas horas de todos modos

— El viejo dijo que le hicieras una revisión a mi nueva esposa, tal vez para comprobar si es fértil o algo así– respondió sin interés, llevándola consigo a donde se supone había dejado a Chuuya — Se llama Ozaki, por cierto

— Lindo nombre– soltó al aire — ¿Dormiste con ella?

— No, sabes lo que pienso de eso

— Lo sé, perdón si fue incómoda la pregunta– se disculpó de inmediato, tomando su abrigo del perchero que se encontraba en la entrada — Y... ¿la veré allá o...?

— Le dije que se quedara aquí, de hecho– contestó mirando hacia los lados, asomándose por los pasillos cercanos sin tener suerte — Dudo que se haya ido, habría escuchado el carruaje en la calle

Mentiras azules // SKKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora