Cuando las nubes dejaron de amenazar con convertirse en tormenta, Dazai se removió entre sus sábanas, abriendo los ojos a duras penas por culpa del molesto rayo de sol que golpeaba su rostro.
Tardó en acostumbrarse a la luz de la habitación, que quizás era el consultorio médico de Yosano transformado en un cuarto de descanso provisional. Sin embargo, sólo podía ver la mitad.
Con ayuda de su mano, retiró la venda que cubría su ojo izquierdo y de paso sintió el parche en su mejilla derecha, quejándose por la punzada dolorosa a un costado de su abdomen. Miró cuencos con agua a su alrededor, gasas, vendas, ungüentos raros que olían rico, hierbas medicinales y un Ango dormido sobre la mesa.
Pudo tener su pequeño momento de satisfacción, antes de escuchar la puerta abriéndose a discreción.
— Está... e-está despierto
— Por favor, no llores, Hirotsu– susurró débilmente, aún así sonriendo — Vas a despertar al bello durmiente
Ambos miraron a Sakaguchi, y luego las gotas rodaron por el rostro del mayor, quien se acercó con cuidado hasta el castaño intentando lo llorar más.
Su maldito hijo, irresponsable como el diablo, desconsiderado y recientemente apuñalado acababa de despertar, ¿cómo no abrazarlo como si fuese una flor de cristal floreciendo a medianoche? Hirotsu hace tiempo concluyó que la muerte no quería ver a Dazai ni en pintura, por ahora.
Entre sus brazos, Osamu dejó de retener todo ese peso en su ser, abandonando cualquier duda o cuestionamiento que le estresara. Su plan salió bien, todos estaban a salvo.
Y tenía una herida cosida que dejaría una cicatriz más, pero eso era lo de menos.
———》𑁍《———
Mas, no todos estaban tan bien como creía.
Chuuya se asfixiaba, el aire no llegaba a su cabeza como debería, y estaba ansioso cada minuto de cada hora. Su pierna se movía rápidamente, sentado en una banca y alejado de los demás.
Su cuerpo entero era una hoja seca sacudiéndose ante el viento, ya no era por el clima o por la llovizna, simplemente no era capaz de controlar el tren de pensamientos negativos que atropellaba por completo a los coherentes.
Se levantó a dar un paseo, dispuesto a calmarse un poco, encontrándose con Yumeno a mitad de camino, con dos platos de chazuke en sus manitas.
— Atsushi-san hizo de comer para todos, pensaba en traerte un plato– dijo el menor, con una bonita sonrisa en su rostro — Ven, desayunemos juntos
Dejando a un lado el hecho de que sus manos no cooperaban y casi se le resbaló el platillo, disfrutó la sensación reconfortante del calor del plato contra su piel. Sintió su pecho menos comprimido, soplando por encima de la superficie de la comida para que se enfriara.
— No has dormido muy bien, ¿cierto?– preguntó Yumeno, luego de dar un bocado bastante lleno — ¿No quieres que vayamos a descansar después?
— Suena bien, gracias
El menor arrugó la nariz, esto sería complicado. Los adultos siempre fueron raros ante sus ojos, incluso Dazai en algunas ocasiones.
Desvió la mirada hacia el vendaje que recubría todo su brazo, recordando apenas unos fragmentos de lo que ocurrió, pero el miedo se sentía como si hubiera pasado hace apenas unos minutos.
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Mentiras azules // SKK
FanfictionDazai Osamu era el hijo de un hombre despiadado, aunque lleno de riquezas hasta el tope; él, por su lado, no era más que un simple chico de un pueblo poco conocido, pero con dos maravillosas hermanas por las que estaba dispuesto a dar la vida. Así q...