Capítulo 1. Un primer momento para siempre.

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Todo ha cambiado en Villa Pop desde que la princesa Viva fue finalmente encontrada

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Todo ha cambiado en Villa Pop desde que la princesa Viva fue finalmente encontrada. Con la familia de Ramón y Poppy finalmente reunida, el reino parece haber encontrado un nuevo equilibrio. Aquél lugar que alguna vez fue inquietado por viejas enemistades, en la actualidad, se enfrentaba a un panorama de estabilidad y alegría. La reina Poppy, después de sus grandes aventuras por el bienestar de su gente, asumió su rol con la dedicación que caracterizaba a sus otros colegas líderes.

Desde el rescate familiar, nada volvió a ser como antes en Villa Pop. Se habían tomado decisiones impulsivas e inoportunas para salvar a su gente, pero ahora sentía que había sido egoísta al actuar así solo por un troll: su troll especial. Aunque no fue intencional, esa acción le dejó una sensación de culpa. Estaba decidida a compensar a todos los trolls con los mejores servicios que pudiera ofrecer la reina Poppy.

Su agotamiento se hacía cada vez más evidente. Mientras cenaba, se quedó dormida en la mesa. Ramón, que la apoyaba en todo, también estaba cansado, con ojeras y un aspecto somnoliento. En los momentos de calma en el reino, iban al búnker, el lugar más silencioso de toda la villa, donde dormían tranquilamente durante horas. Consideraban esos momentos como tiempo en pareja, ya que la apretada agenda no dejaba espacio para mucho más.

Últimamente, Viva y Peppy se habían vuelto cada vez más preocupados por la salud de Poppy. Cuando cantaba y bailaba, se mareaba con facilidad, y dormía siempre que podía, a menudo sin darse cuenta. Además, rara vez hacía recortes, lo que les preocupaba aún más.

La mayor decidió dar un paseo con la reina, su hermana menor.

—Poppy, ¿qué te sucede? Te noto demasiado diferente —dijo Viva, acariciando su rostro y notando las prominentes ojeras—. Quiero ayudarte, no es bueno verte así.

—Me encuentro bien, solo que... es muy agotador reinar desde que descubrimos más trolls. Siempre debo estar al pendiente de lo que necesiten. Es muy exigente —suspiró—. Pero realmente me gusta hacer esto. Disfruto ver a todos felices por el esfuerzo que pongo... —respondió Poppy, recostándose en el piso. A ese punto, ya no le importaba dónde se quedaba dormida.

—¿Qué te parece si te tomas un descanso, aunque sea por un día? —preguntó Viva, levantando a Poppy del suelo—. Podrías pasar tiempo con Ramón; él también está agotado y seguro que disfrutaría estar a tu lado.

Ambas se dirigieron hacia el capullo de Poppy para recostarse.

—¿Quién se encargaría? —preguntó la menor, visiblemente nerviosa al pensar en todos los pendientes que tenía—. Papá está muy cansado, y sería grosero de mi parte dejarle todo el peso de la villa, aunque sea por un día.

Mientras trenzaba el cabello de Viva en un intento por mantenerse despierta, su hermana respondió:

—¡Yo puedo hacerlo! Lideré el santuario por muchos años. Puedo manejar esto, hermanita.

Aventura sin destino. +15Donde viven las historias. Descúbrelo ahora