Capítulo 20. Apoyo a la felicidad.

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-No, John, ¡No puedo irme sólo así!

-Considera tu felicidad, piensa en los beneficios que traerá para tu carrera.

-Lo sé, pero... ¿tres meses? Tienes que reducir esto, es mucho tiempo. No puedo dejar sola a Poppy.

-¿Entonces crees que ella no puede hacerse cargo de la villa como la reina que es?

-¡P-por supuesto que no hablo de eso! Me refiero a que... nunca hemos estado lejos uno del otro tanto tiempo...

-Entiendo ese detalle, dependiente emocional.-Agregó en un tono sarcástico-Pero como sabes, ya estamos comprometidos con esto, ya sabes, tú cantas, nosotros dirigimos. Así que... es mejor que le digas lo antes posible, Bitty B.

Estaba muy abrumado, literalmente firmó un contrato con una vigencia estipulada, no podía incumplirlo, o se vería como un troll irresponsable.

Se tomó algunas horas para meditar su decisión y encontrar las palabras correctas, tenía que hablar con un grupo de trolls bastante importante en su vida antes de llegar a Poppy, en busca de sugerencias, pues era algo que podría cambiar su relación.

Por otro lado, la Reina del Pop, disfrutaba de "El día dormilón" en donde podías despertar a la hora que quisieras, sin tener que cumplir ni una obligación. Habían algunas condiciones para esa fecha del año para que no entraran en caos.

Yacía en su cómoda cama descansando, cualquiera que la hubiera visto sabría que pasó una buena noche, pues sus cabellos se encontraban revueltos y algo enredados, su pijama estaba mal puesta, un movimiento más y caería al piso.

Las horas pasaron, y en cuanto despertó, se miró al espejo. Le pareció gracioso el aspecto que tenía e intensificó su situación con más risas, haciendo muecas raras que la entretuvieron por un rato.

Curiosamente era temporada calurosa, así que para refrescarse se dio un baño, al recostarse en la tina dejó que el agua hiciera fluir sus pensamientos. Usaba un shampoo con olor a moras, que inundó el pequeño espacio de baño, quería organizar sus ideas con la esperanza de hacer muchas cosas de su gusto.

Al salir, se vistió con su típico vestido verde, tenía varios en el mismo tono y modelo, por que el verde era su color favorito.

Se sintió un poco aliviada al no tener que usar una corona, aunque sea por un día. Caminó por la Villa y disfrutó del silencio que reinaba en el lugar.

Tarareaba alguna de sus canciones favoritas mientras disfrutaba del trayecto.

Hello, darkness, my old friend

I've come to talk with you again

Because a vision softly creeping

Left its seeds while I was sleeping

And the vision that was planted in my brain

Still remains

Within the sound of silence

De pronto, quiso un helado. Hace días que necesitaba un sabor dulce y frío en su boca, como las morabrosas.

No tenía tiempo de ir, necesitaba atender la Villa. Pero hoy era la excepción.

Presionó el botón que la atendería, de inmediato una mano robótica salió del puesto, dándole un cono de helado de morabrosas. Pidió el tamaño extra jumbo, así que tuvo que usar sus dos brazos para llevarlo, buscó una mesa en donde sentarse y comenzó a degustarlo. Tenía un sabor magnífico. Y le ayudaban a aliviarle el dolor de cabeza que traía, pues antes de salir de su capullo, al cepillar su cabello, encontró un nudo muy complicado, que le costó mucho desenredar, y tuvo que tirar de su melena varias veces.

Aventura sin destino. +15Donde viven las historias. Descúbrelo ahora