Capítulo 17, Parte 1. Intercambios familiares.

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Muchos trolls hablaban a la vez, algo extraño sucedía.
Parece ser que alguien muy parecido a "El generoso" estuvo entregando invitaciones en cada capullo.

Descubre a la nueva estrella de Villa Troll.
Jueves 10 a las 10:00 pm en la plaza principal de la Villa.

—¡Por lo Troll! Necesito averiguar de quien se trata. —Exclamó la Reina del Pop. —A menos que... Ya lo conozca.—Habló en voz baja mientras se acercaba más al troll azul.

—Te enterarías si hubiera sido yo, pero no es así, Poppy.—Puso los ojos en blanco.

—Lo sé, tu jamás me mentirías, ¿No es así?—Respondió en un tono sarcástico.

—Sí, como tu digas. —Suspiró—¿Quieres ir al volante conmigo?

—¡Pero por supuesto que sí!

Un vehículo de aproximadamente 6 metros de largo. Quizás exageró un poco, pero iba completamente preparado, para un día.

Por dentro, había una pequeña cocina, con una mesa para unas 3 personas, un refrigerador regular, donde caben perfectamente unas cuantas latas de cerveza, obviamente no podía faltar el jugo de Morabrosa, pues todos lo amaban, algunas frutas frescas y golosinas, empacadas por Poppy.

Lo que correspondía a ser la sala, consistía de 3 sofás lo suficientemente largos para que se sentaran o recostaran libremente, dejó la nueva televisión a su alcance, instaló igual una mesita en donde colocar bebidas y frituras. Constantemente pasaba por ahí la aspiradora automática, odiaba ver migajas en el piso.

Todos llevaban a su compañero de asiento. En estos meses, Chiquilina encontró un buen amigo en John Dory, pues ambos tenían aquella chispa de aventureros, si a JD se le ocurría hacer alguna expedición en lo más profundo del bosque de Villa troll, ella iba tras él.
Floyd era un buen amigo de absolutamente todos, aún no encontraba un compañero del todo especial para compartir sus debilidades y sentimientos. Bruce tenía ya a su esposa e hijos, aunque en este pequeño descanso no estuvieran aquí, los llevaba siempre en su mente, también por que después de regresar a Vacay Island tendría que hacerse cargo él solo de sus hijos, pues Brandy iría a visitar otra isla.
Grandulón tenía al Señor Peluche, Diamantino no necesitaba mejor compañía que la de su hijo, Cooper era feliz con su propia compañía, y se la pasaba hablando tonterías con las gemelas.
Viva tenía a Clay, mientras él se encontraba pleno con la compañía de sus libros.

—Verifica que estén todos, Poppy. —Ordenó Ramón.

—¡Bien!—En el área del volante había una división desde la otra parte del vehículo, se podía mirar desde el otro lado a través de una ventana. Al abrirla, pudo mirar a todos sus seres queridos conviviendo felizmente.

—¡Todo está listo, ChiquiRamón!—Exclamó Poppy con entusiasmo esperando que la Van iniciara a moverse.

—¿Estás segura de no querer ir en la parte de atrás?

—Claro, espero que esta vez si me dejes conducir.

—Ni lo sueñes. La última vez que lo hiciste, chocaste casi al instante.

Tuvieron una pequeña discusión, que Ramón ganó al tener argumentos bastante válidos, tuvo que tolerar a Poppy reproduciendo canciones en bucle desde el autoestéreo, pero era lo que mejor podía hacer para protegerla, no soportaría la idea de perderle.

El asiento del conductor era amplio, lo suficiente para que ella siempre estuviera junto a él. Por momentos cuando no encontraba de qué hablar o entretenerse, prefería recostarse en el regazo de Ramón, sujetando su rostro con el afán de molestarlo.

Aventura sin destino. +15Donde viven las historias. Descúbrelo ahora